Fernando Alonso desata la locura con su retorno al podio

Pedir más sería puro exceso. El piloto español Fernando Alonso ha vuelto a pisar la madera, y tras dos años de sequía, le ha debido sentar como si hubiera ganado el título en la primera carrera. El bicampeón ha acabado en tercer puesto en el Gran Premio de Bahréin, cita inaugural de la septuagesimocuarta temporada de Fórmula 1, subido en su nuevo Aston Martin. Logra así su pódium noventa y nueve, y se ha llevado el protagonismo absoluto de una carrera excitante desde sus primeras vueltas.

Sin incidentes graves, y con unos Red Bull como claros favoritos desde el inicio, el de Oviedo se llevó la mayor parte de las ovaciones, no por lo logrado, sino por el trayecto en conseguirlo. La prueba acabó en un merecido doblete de Red Bull, con un Max Verstappen ganador, y el mexicano Checo Pérez segundo.

Los Ferrari sufren para mantener vivos sus neumáticos, con un Carlos Sainz cuarto, y el más rápido de los dos coches rojos, Charles Leclerc, que abandonó transcurridos dos tercios de la prueba nocturna, en la vuelta 41. Los Mercedes, muy igualados en rendimiento con su cliente Aston Martin, no pudieron sujetar el ritmo del ovetense, y sucumbieron a su martillo pilón, a la hora de hacer vuelta tras vuelta con una eficiencia fuera de lo común. 

Primera carrera, primer podio

La cita inaugural del calendario, carrera nocturna en el reino petroimpulsado de Bahréin, fue divertida. No de las que hacen historia, pero discurrió y aunque sin accidentes reseñables, mantuvo la atención de todos durante sus 57 giros. La parrilla quedó tal y como cabía esperar; los Red Bull liderando, los Ferrari tras ellos, y los Mercedes a continuación… con una anomalía, algo completamente inesperado: Fernando Alonso colocó su bólido en quinta posición, justo por delante de las estrellas plateadas.

En Mercedes sufren con un concepto de coche que el año pasado les dio decenas de quebraderos de cabeza, y del que Toto Wolff, su máximo responsable, ya ha dejado entrever que posiblemente desechen en el transcurso de este mismo año. O no han obtenido de él el rendimiento que esperaban, o se han dado cuenta de que el concepto está agotado y sin vías de desarrollo con los que crecer. Ahora les queda digerir que a la primera de cambio, uno de sus clientes no solo les supere, sino que haya llegado al cajón con sus propios motores. Debió ser muy dura la vuelta 38 en el box plateado —ahora pintado de negro, como sus coches— al ver como el de Oviedo dejaba atrás a Lewis Hamilton en una muy peleada posición.

Alonso, con un monoplaza muy equilibrado, que aparentemente va sobre raíles, que desgasta sus neumáticos de forma mesurada, y que disfruta de la fiabilidad de los motores Mercedes, ‘tan solo’ tuvo que esperar a ver como caían las gomas de Sainz, y Leclerc quedaba fuera de combate, para acelerar hasta alcanzar el tercer puesto final.

Equipo nuevo, vida nueva

Muchos daban por acabado a Fernando Alonso, que cumplirá 42 años el próximo 29 de julio, pero con actuaciones como la de hoy demuestra estar en forma como cuando ganó sus dos títulos. Ya vino avisando en los test de pretemporada, no ya con registros sorprendentes para el coche que dejó Sebastian Vettel el año pasado, sino porque fue un monoplaza que acabó séptimo el año pasado.

Cabía esperar, y era lógico, que avanzasen tras la llegada de ingenieros de postín desde Mercedes y Red Bull, pero lo que no entraba dentro de los cálculos de nadie es que avanzasen tanto y tan rápido, al menos en este inicio de temporada. Desde Silverstone, justo frente al circuito del mismo nombre donde tienen su sede, prometen actualizaciones y mejoras durante la temporada, para plantar cara a los demás. Serán estas, y las ajenas, las que dicten el devenir de su concurso durante el resto de temporada regular, nada menos de veintidós carreras.

Fernando ha llegado a un equipo donde se le han entregado sin más desde el primer día. Llegó, empezó a despertar el entusiasmo en el seno de la formación, y ahora los tiene a todos en el bolsillo. Al depredador del asfalto, al tipo al que todos temen con un coche digno en sus manos, ese al que estar lejos del podio sienta como a un penado a galeras, lo de descorchar de nuevo el espumoso le ha revitalizado. Los que pensaron que irse del cuarto equipo, al que pasaba por estar penúltimo cuando se anunció su fichaje en agosto de 2022, pueden estar bien contentos de haberse equivocado. Vuelve el espectáculo. Alonso por fin tiene un coche con el que llamar a la puerta de las victorias.

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José M. Zapico