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Las marcas se rebelan contra la reventa de sus coches

Durante la etapa más dura de la covid, hacerse con algunos modelos de vehículos nuevos era complicado

Las marcas se rebelan contra la reventa de sus coches

John Cena y el Ford GT-40. | Europa Press

Comprar y darles el pase con un beneficio obtenido del aire gracias a la especulación. Ocurre con algunos modelos de relojes Rolex, los pisos, y de un tiempo a esta parte con los coches. Ya sea por su exclusividad, por su escasez, o por las limitaciones impuestas por sus fabricantes, la reventa de coches nada más recibirlos se ha convertido en un negocio muy lucrativo. Pero enerva a las marcas, que buscan soluciones y alternativas para evitarlo. 

La jugada no es nueva, aunque creció de forma exponencial durante la época más dura de la pandemia. Los fabricantes sufrieron los rigores en la falta de suministro de microchips, y las ventas reflejaron un enorme bajón debido a cifras productivas por debajo de lo esperado. Ante la escasez, subieron los precios, las marcas borraron de un plumazo ofertas, descuentos, y promociones, y se llegaron a dar casos paradójicos. 

A un conductor de la costa este española que se había comprado un todoterreno japonés un mes antes de estallar la crisis de la covid-19, le llamaron desde el concesionario. Le ofrecían casi el doble de lo abonado a cambio de que devolviera su coche, porque otro cliente estaba emperrado en tener uno y llegó a ofrecer esa cifra. 

Adivina quién viene a cenar esta noche

Su nombre completo es John Felix Anthony Cena, y se le conoce como John Cena. Ha sido rapero, jugador de fútbol americano, y en la actualidad es actor. Hace papeles de soldado, mercenario o policía cachas. Pero donde se ganó su fama y fortuna fue pegándose con otros forzudos como él, en el campeonato WWE, también conocido como Wrestlemania, donde ha sido campeón más de una decena de veces. Este, cuando atiza, sabe muy bien cómo. 

Pero en 2017, aparentemente, la jugada le salió rana. La compañía Ford sacó un modelo muy exclusivo, el GT-40, un hiperdeportivo del que derivaba vagamente de una versión que había ganado en las 24 de Le Mans de 2016. La firma de Michigan fabricó solo 500 unidades, y realizaron una dura selección de destinatarios. Cena, debido a su fama y popularidad, fue uno de ellos. Algo poco explicado debió pasar durante el primer mes de propiedad, porque el actor se deshizo de manera casi instantánea de su coche, con apenas 50 kilómetros en el marcador, y por el que pagó 437.574 euros. 

Ford le demandó porque el contrato de adjudicación reflejaba que no podría revenderlo antes de pasados al menos dos años, algo que Cena adujo no le advirtió el concesionario. El exluchador se lo vendió a un granjero, y se sobreentiende que con un beneficio en el pas’. Esa es la razón por la que Ford le reclamó sus 437.574 más el margen obtenido. Al final llegaron a un discreto acuerdo y el exceso, que lo hubo, fue a parar a la beneficencia. Lo que Ford no quería, como cualquier otra marca, era adjudicar sus modelos más exclusivos a personas que obtuvieran esa ventaja y acabasen haciendo un negocio.

La venganza de las marcas

La respuesta de las marcas ante operaciones similares, y bajo la sospecha de ser desarrolladas con ánimo de lucro, no se hizo esperar. La última conocida es la de Porsche. Los germanos han lanzado al mercado el exclusivo 911 S/T, una edición limitada con la que no quieren que les ocurra lo mismo que les pasó en 2016. Aquel año sacaron el modelo 911R, un modelo de serie limitada a 991 unidades, y a un precio en Europa de 217.469 euros. 

Había muchos más compradores que unidades disponibles, y muchos de los afortunados a los que se concedió uno, los revendieron para obtener enormes ganancias. Algunos recompradores llegaron a pagar hasta siete veces la cifra original. En Porsche esto no gustó nada y han condicionado las entregas del nuevo 911 S/T a tenerlos en alquiler durante doce meses antes de que sus adjudicatarios acaben siendo sus dueños. Es un periodo que la marca entiende que resulta razonable a la hora de hacer perder el interés por un modelo tan exclusivo, y con ello, valor de reventa. 

Chevrolet amenazó recientemente a las personas que tenían pedidos de sus recientes sus coches de última generación con mayor demanda que anularían partes de la garantía si estos automóviles se revendían tras ser entregados. No solo eso, sino que prohibirían al revendedor adquirir futuros autos de todo el grupo General Motors. Esos modelos son los Corvette Z06, Hummer eléctrico, Cadillac Lyriq y Silverado EV y Escalade-V.

La firma de todoterrenos Ineos ha captado el espíritu de los Land Rover Defender con su Grenadier. Cuando la marca supo que varios clientes, que habían esperado hasta catorce meses por sus vehículos, los habían revendido, no sonrieron. Sus precios no se han disparado en el mercado de segunda mano, pero han dado casos de que se han vendido con apenas 300 kilómetros en el odómetro, con incrementos de entre un 10 y un 20% de su precio inicial. La marca ya ha impuesto limitaciones en los plazos ante la posibilidad de reventa. 

Profesionales del pase

Durante la etapa más dura de la covid, hacerse con algunos modelos de coches nuevos era tremendamente complicado. Tanto fue así que hubo quien vio un negocio a cuenta de esta escasez, y entre ellos llama la atención el caso de un tipo llamado Dennis Wang. Al parecer, este ciudadano estadounidense estaba en varias listas de espera de vehículos Tesla. 

Pidió varios, Model S, Model Y, o Model X, le dio igual. Los pedía, se ponía en cola, y cuando se los entregaban los ponía en venta. En su canal de Youtube confesó que obtenía un beneficio medio de unos 7.000 euros por coche. Wang se valía de redes sociales como Facebook para colocar sus vehículos. Si se echa un vistazo al grupo de usuarios en el que Wang revendía sus Tesla, había unidades de la marca Rivian o el Hummer eléctrico, cuyo precio final duplicaba ampliamente el del concesionario. Tesla detectó incrementos de entre el 20 y 40 % durante la pandemia en operaciones de este tipo. 

Va por barrios

En Francia, donde muchos usuarios han estado revendiendo coches eléctricos casi nuevos con una ganancia habitual de alrededor de 10.000 euros, el gobierno tomó cartas en el asunto. La gente de Macron cambió en junio de 2022 sus códigos para evitar la reventa inmediata de vehículos eléctricos comprados con incentivos estatales. Los propietarios ahora deben mantener sus coches durante al menos un año antes de deshacerse de ellos. Alemania tiene una restricción de seis meses para la reventa, pero está considerando aumentarla a un año.

El caso más duro no está protagonizado por un país, sino por un símbolo: Rolls-Royce. El Espíritu del Éxtasis eléctrico jamás podrá cambiar de manos. El presidente de la compañía británica, Torsten Müller-Ötvös, hizo hace poco una declaración contundente: los propietarios que decidan revender sus Spectres, el nuevo modelo a batería, serán excluidos permanentemente de la comunidad de Rolls-Royce. Esta condena ad aeternum podría cambiar, pero siempre negociando o al menos, tras obtener el beneplácito del fabricante. Por esto, Müller-Ötvös dejó caer que el proceso de selección de futuros propietarios implicaría no solo una evaluación financiera, sino también una comprensión profunda de las intenciones del comprador y su relación con el automóvil. Su coche, sus reglas. Siempre podrás comprarte uno más normal, aunque no será lo mismo. Y si quieres hacer negocios, es mejor que montes un compraventa, al menos las marcas te tratarán de manera condescendiente.

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