Cosas que ya hacen los coches chinos y los europeos ni siquiera sueñan
Nadie sabe cómo serán digerido por mercados extranjeros y con qué responderán sus competidores
Yangwang U8
No tienen prejuicios. Ni vergüenza, que dirían muchos. Pero no de la vergüenza que provoca sonrojo, sino de la que te permite ir más allá de lo conocido y razonable. Los coches chinos están empezando a hacer cosas que a las marcas occidentales jamás se les ocurrirían, y muchos deberían ir tomando nota.
Los vehículos fabricados en Occidente han atendido durante décadas a las necesidades de casi todo el planeta. Americanos, japoneses y europeos, a los que en algún momento se sumaron los coreanos, han creado durante muchos años una escalera de refinamiento y acabados, pero son bastante previsibles.
Cuatro ruedas, un volante, una carrocería y un motor, ese es el principio, pero no el fin. En estas asignaturas nadie falla; sin embargo, sus problemas empezaron cuando se les atragantó la electrónica, una materia que a los chinos se les da de miedo. No en vano la fabrican y desarrollan desde que el resto del planeta les compra todo chirimbolo tecnológico que entre por la puerta de casa, o sea, desde hace años. Esto, unido a la desbordante imaginación de los chinos, está trayendo un elemento más de preocupación a los fabricantes de siempre.
Cuando el pasado 27 de agosto se presentó el Xpeng Mona M03, pasó bastante desapercibida una imagen promocional muy concreta. El nuevo modelo de la marca china mostraba una idílica imagen de una pareja, frente al mar y en un atardecer, que disfruta de una película. La peculiaridad reside en que esa película es proyectada sobre una pantalla que se engancha entre el portón trasero abierto y la zona que circunda el parasol trasero. El M03 puede convertirse en una sala de cine con un par de accesorios sencillos y baratos. Pero hay más.
Este mismo modelo dispone, como opción, de un dispensador de olores. La atmósfera interna del vehículo puede odorizarse a placer con un sistema similar al de los ambientadores que hay en los establecimientos públicos. Curiosamente, uno de los aromas más populares no es el del consabido pino verde que cuelga del retrovisor, sino el de olor a coche nuevo.
La marca IM ha publicado en fechas recientes un video en sus redes sociales de su modelo LS6, un coche puesto a la venta recientemente. El vehículo es capaz de aparcar por sí mismo. Esto no es nuevo; muchos coches lo hacen. La particularidad de este es que lo hace desplazándose de lado.
Su sofisticado sistema de tracción a las cuatro ruedas hace que estas interaccionen entre sí de manera sincronizada. Con un sistema directriz en todas ellas, giran en contrarrotación y consiguen este movimiento. Al ponerse de forma paralela a una plaza de parking de espacio ajustado, se introduce en el exiguo espacio con una sorprendente facilidad. Al ver el vídeo, muchos llegaron a pensar que se trataba de una demostración generada de manera artificial, pero es muy real. Tanto que ya hay otros modelos, como el Dongfeng M-Terrain, que hacen lo mismo.
No está claro si el IM LS6 traerá de serie esa capacidad, porque el vídeo mostrado parece un prototipo, probablemente desarrollado a última hora. Lo que sí está claro es que ha sido acogido con bastante éxito. Con una potencia anunciada de hasta 787 caballos, ha colocado diez mil unidades en su primera semana a la venta.
En estos días están previstas las primeras entregas del hiperdeportivo Yangwang U9, un impactante modelo con un aspecto similar a los Ferrari o Lamborghini con los que quiere competir en su segmento. Se trata de un eléctrico de nada menos que 1.287 caballos y tracción a las cuatro ruedas. Con semejante musculatura es capaz de alcanzar los 100 km/h en 2,36 segundos.
Mucho dinero, pero barato
La marca prémium de BYD carece del pedigrí, tradición y predicamento de su competencia, pero tiene un arma secreta: un precio imbatible. El U9 sale a la venta en China a cambio de 1,68 millones de yuanes, que al cambio son unos 213.000 euros. Su contraparte lógica, como supercoche eléctrico occidental, es el Rimac Nevera, otro espectacular deportivo eléctrico con cifras parecidas, pero que cuesta unos dos millones de euros. No son exactamente iguales; sin embargo, por el precio del biplaza croata te podrías comprar nueve Yangwang U9 y te sobraría para ponerles algún extra.
Si esa no es una razón de peso para los compradores, tiene otros atractivos. Una de sus peculiaridades, técnicamente parecida a las del IM LS6, es que puede girar sobre sí mismo, como un trompo. Una de las cualidades de los coches, sobre todo los usados en entornos urbanos, es su capacidad de maniobra, su radio de giro. Los coches pequeños suelen maniobrar mejor debido a unas dimensiones más contenidas, pero los grandes SUV, berlinas y deportivos tienden a necesitar mucho más espacio para girar en circunstancias como calles estrechas, aparcamientos o salidas a la calzada.
Hermano todoterrenero y acuático
El Yangwang U9 comparte con su hermano, el Yangwang U8, esta utilidad. Este espectacular todoterreno eléctrico de ultralujo desarrolla unas impactantes prestaciones, y sus acabados le permiten poder ir con él a la ópera vestido de etiqueta y no desentonar o participar en el Dakar y salir de la prueba con dignidad.
Lo que no posee es una exótica capacidad que sí tiene este otro modelo: sabe nadar. Sí, puede navegar, casi como un barco. El truco sería de una enorme utilidad en caso de apuro cuando el agua te rodea, llega una inundación o es necesario vadear una corriente inesperada.
En ese caso, los sensores del vehículo activan el Modo Flotación y ejecutan un pequeño guion. Elevan todas las ventanillas para evitar la entrada de agua o salpicaduras y abren el techo solar por si fuese necesaria una salida de emergencia de sus pasajeros. A partir de ahí, sumerge en el agua su anatomía hasta una altura de 1,40 metros con una leve inclinación hacia delante. El aire acondicionado se cambia a circulación interna, y el motor térmico ocluye sus entradas si detecta agua entrante.
Submarino no es, pero navega
Todo el U8 ha obtenido la certificación IP68, así que podría decirse que es sumergible al menos durante media hora, sin causar problemas a su mecánica. También es capaz de caminar sobre las aguas a una velocidad de 3 km/h ayudado por el giro de sus ruedas. Incluso en esas circunstancias puede ejecutar su rotación de 360 grados.
Al igual que en el caso de este tipo de maniobra, que puede causar un desgaste excesivo y prematuro de los neumáticos, el fabricante recomienda no dar mucho uso al modo barco. Es más, indica que sería recomendable pasar por un concesionario tras una experiencia de este tipo, aseverando que barco sí, pero lo justo.
La pregunta es: ¿son necesarios todos estos gadgets, utilidades y viguerías? La respuesta será seguramente no para la gran mayoría de conductores, pero muchos encontrarán que son perfectas para cubrir alguna que otra necesidad.
Preguntas en el aire
Cada uno de estos sistemas encarece el producto, añade peso y complicaciones, y las aseguradoras con toda seguridad tendrán algo que decir. Pero en otras generaciones de automóviles, muchas soluciones ajenas al mero transporte llegaron sin mucho sentido aparente y acabaron haciéndose imprescindibles.
Lo que resulta indudable es que la imaginación a la hora de equipar los coches occidentales flaquea desde hace tiempo, y en los chinos resulta desbordante, incluso excesiva. Allí, en un mercado sin apenas tradición y exento de prejuicios, les está funcionando.
La pregunta es cómo será digerido por otros destinos y con qué responderán sus competidores. Va a ser divertido, para todos menos para los que se queden atrás, y probablemente fuera de muchos mercados.
