El grupo Chery sube un peldaño con el Jaecoo 7 antes de empezar a fabricar en España
Los de Chery parecen ser los chinos que mejor están entendiendo los deseos del público nacional
El grupo Chery es ambicioso, y con el Jaecoo 7 sube un peldaño el listón. Si su hermano pequeño, el Omoda 5, está arrasando en ventas, los planes para con este SUV con espíritu aventurero invitan a la compañía matriz a ir a más. Los chinos ya no están dando pasos en el mercado español, sino zancadas.
Y para poder avanzar a cierta velocidad, en un mercado postpandémico, con decenas de marcas ofreciendo vehículos similares, hay que poner a la venta un producto mejor. Hay coches más brillantes que el Jaecoo 7, pero cuestan más, o directamente mucho más.
El Jaecoo —pronúnciese «yáicu»— habita en un piso más alto que el Omoda 5, con acabados y calidades que van más allá. No solo eso, sino que pertenece a otro mundo, más completo, más versátil, y con otras posibilidades. Si el primer producto de Chery podría carrilear sin demasiadas dificultades, el Jaecoo 7 tiene la capacidad de salirse de las sendas e ir donde los caminos pierden su nombre.
Con 4,5 metros de longitud y 1,89 de anchura, su presencia es contundente, con un morro masivo y muy personal, identificable por la amplia rejilla delantera que van de lado a lado. Los tiradores de las puertas son retráctiles, y se pliegan cuando el vehículo echa a andar. Posee cámaras en los retrovisores, y en la trasera una luz de freno que viaja de lado a lado, tal y como mandan los cánones actuales; es raro el coche de nuevo lanzamiento que no cae en esto. El maletero, de apertura motorizada, tiene una capacidad de 451 litros que se va a los, 1.349 si se abaten los asientos traseros.
El conjunto está propulsado por dos opciones. La sencilla, en el modelo de acceso, con un motor de gasolina 1.6 turboalimentado que desarrolla 145 CV. Si el bolsillo da para más y esa caballería se antoja escasa, existe una versión híbrida enchufable que aporta 340 CV, más del doble. Su batería es capaz de hacerle rodar en modo 100 % eléctrico durante 90 kilómetros, y en ambos casos la velocidad máxima está limitada 180 km/h. La aceleración viaja desde los 10,8 y los 12 segundos de acuerdo con la caballería, y el consumo, según homologación WLTP, queda alrededor de los 8 litros.
El híbrido enchufable se suma al grupo de coches cuya autonomía supera los mil kilómetros, y la marca asegura que podrá superar los 1.200 sin detenerse a repostar. En las dos versiones se comercializará una posibilidad dual: solo con tracción delantera, o con tracción total.
Tan segura está la marca de sus propulsores, que extiende una garantía por defecto para todos ellos hasta los 500.000 kilómetros; al menos para sus primeros clientes, siempre y cuando reserven su adquisición a cambio de una señal de 600 euros. Para los que lleguen más tarde, lo habitual serán 150.000 kilómetros o siete años, lo que llegue antes.
Una vez su interior, la percepción del acabado transmite cierto grado de calidad, con asientos cubiertos con ecopiel, refrigerados los de delante, y calefactables todos los del habitáculo. El volante está recubierto de cuero, y la parte inferior sigue una tendencia bastante de moda, achatado, para dejar algo más de espacio para las piernas del conductor.
Hay mucho espacio disponible, con enormes huecos en cajones, bandejas y generosos porta-bebidas entre los pasajeros frontales. La pantalla del conductor es de 10,28 pulgadas y existe en opción —en el acabado Exclusive— un Head-up display que se refleja los datos principales sobre la luna delantera.
La pantalla central es de unas generosas 14,8 pulgadas, y bajo ella está el ya obligado cargador inalámbrico para teléfonos y pequeños dispositivos electrónicos. El asistente de voz admite ciertas órdenes y funciona razonablemente bien. Una de ellas es la de abrir de par en par el techo panorámico.
Palanca de cambios casi aeronáutica
Una de las cosas que saltan a la vista es la compleja palanca de cambios, que se asemeja a la de los aviones de combate. No se limita a un pomo que se desplaza de forma longitudinal con unas letras escritas, sino que alberga botones y mecanismos accionables. Desde ella se controla la caja de cambios de siete velocidades, y los modos de conducción, que son siete; la mitad de ellos relacionados con el pilotaje en terrenos no asfaltados, como nieve, barro, o arena.
El Jaecoo 7 dispone de una larga retahíla de ayudas a la conducción, dieciocho en total. Tampoco se queda atrás su número de airbags, ocho, con uno entre conductor y acompañante, y otro bajo el volante, para proteger las rodillas del primero.
La gama del segundo coche de Chery en España arranca en los 33.900 euros para el gasolina con tracción delantera antes de descuentos y ofertas, que siempre varían. Su gemelo con tracción a las cuatro ruedas se va a los 37.900. En el caso del híbrido enchufable, que duplica en potencia al base y estará disponible el primer mes de 2025, empieza en los 40.900 euros, y por dos mil más, se accede al 4×4; una cantidad muy contenida para un coche más versátil y con más posibilidades.
Año importante para las dos marcas
El próximo 2025 será un año de importancia capital para el grupo Chery en España. Junto a los dos modelos ya presentados llegarán otros dos más, los Omoda 7 y 9, que lo harán de manera escalonada. En los planes, estará un quinto, el Jaecoo 8 de siete plazas, que tiene previsto su lanzamiento en el segundo semestre, y después el Jaecoo 5, más pequeño.
Los chinos quieren cubrir un amplio espectro de mercado, siempre con SUVs, al menos de momento, y con todos los modelos con una versión con tracción total. El éxito del Omoda 5 les ha animado a acelerar su expansión por el mercado español, y quieren llegar a los 75 concesionarios en los próximos doce meses.
Saben que en los mercados europeos es capital capturar la confianza de los compradores, y es por ello su esfuerzo logístico. En Azuqueca de Henares (Guadalajara) tienen una enorme nave donde, afirman, albergan piezas y recambios del 97 % de cada modelo. Si hiciera falta sustituir un elemento, estaría en cualquier taller de la firma en 24 horas, y esto es algo que no todas las marcas pueden decir, ni chinas, ni de las establecidas. Parece que en este sentido están dando los pasos correctos. Otros tendrían que tomar nota.
Chino made in Spain
Los de Chery parecen ser los chinos que mejor están entendiendo las necesidades del público español, y prueba de ello es la excelente acogida del Omoda 5, que ha dejado atrás a marcas establecidas desde que se puso a la venta. En un futuro próximo su hermano eléctrico, el Omoda 5E se fabricará en España, en las instalaciones que fueron propiedad de Nissan, en Barcelona. Será un coche un poco menos chino, y más de aquí. Mejor.