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DS desafía a las berlinas germanas con el N°8 que llevaría el presidente Macron

La firma francesa da un salto de calidad para plantar cara a los eléctricos prémium chinos

DS desafía a las berlinas germanas con el N°8 que llevaría el presidente Macron

El nuevo DS Nº 8.

DS es una marca incomprendida. Para muchos es un Citröen caro, pero basta con echar un vistazo a su tecnología e interiores, y no hace falta ser un experto para determinar que se trata de algo más que eso. Francia quería una marca prémium con la que encararse a la industria alemana, y se puede decir que ya la tienen; su nuevo Nº8 es una muestra.

Número ocho, o «Nº8» es su nombre, como los perfumes de Chanel, para nombrar al buque insignia de una marca que quiere luchar de tú a tú con firmas de prestigio reconocido como Mercedes, BMW y Audi, la santísima trinidad germana. El problema de DS es que no disponen de una larga historia, carecen de tradición deportiva reconocible, y la firma se percibe como algo de reciente instauración. Con origen en el icónico Citroen DS lanzado en 1955, es una marca independiente desde 2014.

A pesar de ello, en una década se han ganado una reconocida solvencia en un mercado nada fácil, y con su último lanzamiento van a escribir un nuevo capítulo. El Nº8 pertenece a la misma familia de vehículos que ya conocemos, y, sin embargo, parece de una generación mucho más avanzada. Sus líneas remiten a un origen común, pero apuntan a algo futurista, muy francés, muy revolucionario.

Este coche de 4,82 metros es largo como una berlina pero no demasiado, alto como un SUV pero no demasiado, y de aspecto deportivo como un coupé, pero no demasiado. Tantos no demasiados conducen a denominarle algo así como Crossover-deportivo-de-todo-en-uno. Según los analistas más avezados, estas pueden ser las líneas hacia las que va la automoción. Tras los monovolumenes estamos inundados de SUV, y tras ellos, puede que vayamos hacia esto.

Basado en la plataforma STLA medium, comparte planta con los Peugeot 3008, 5008, y Opel Grandand. La diferencia con sus hermanos de Stellantis es que el DS no tendrá versiones híbridas; solo será eléctrico.

Vista del interior del DS Nº 8.

El frontal es muy original, muy definitorio del modelo, y aunque el morro parece albergar las rejillas propias de un radiador, es más una cuestión estética. Dicha parrilla se encuentra en realidad cegada por ser eléctrico, pero con una imagen de líneas verticales que lo simulan. Más arriba, y entre sus opciones, está la de pintar de negro su capó, distinto al resto de la carrocería. Como es pauta de la marca, la cubierta del inexistente motor, se divide con una línea que corre en dirección longitudinal.

Las ópticas delanteras y traseras son triangulares, y discurren en forma de T. Su aspecto acentúa la sensación general de ser todo muy aerodinámico, y ese aspecto se confirma con el dato de la marca: su coeficiente de penetración es de Cx 0,24, una cifra muy poco habitual.

En la parte trasera, el techo protagoniza una caída suave hacia atrás, muy de deportivo, que despide al aire con un pequeño alerón tipo cola de pato. Los bajos de la zaga, estribos laterales y pasos de rueda van pintados en negro piano. Del mismo color son los aletines delanteros, con entradas de aire activas. Los tiradores de las puertas son enrasados, y su fondo está carenado para ayudar con la aerodinámica.

Llama la atención la enorme luneta trasera, larga e inclinada, sin limpiaparabrisas, que sirve de portón con las bisagras pegadas al techo. Da acceso a un maletero de nada menos que 620 litros y casi 1,20 metros de largo. Si su altura y los casi cinco metros de largo le conceden un aspecto coche grande, la anchura de 1,90 y 2,90 metros entre ejes dejan mucho espacio interior. Si por fuera ya parece grande, por dentro lo es aún más.

El interior de DS es muy espacioso.

Interior de calidad superior

El interior destila lujo, buen gusto y un diseño exquisito. Los asientos delanteros son muy envolventes, y permiten todo tipo de ajustes eléctricos, con calefacción y ventilación. El volante tiene cuatro brazos dispuestos en forma de X, un diseño exótico, que contagia a todo lo que hay a la vista. La pantalla central panorámica de 16 pulgadas con ChatGPT integrado no se encastra en el salpicadero, sino que «flota» sobre él. Hay pocos botones, y casi todos los existentes residen en la consola que hay entre conductor y copiloto.

De diseño muy especial, dispone de cargador de teléfono móvil por carga inductiva, selector de marcha, modo de conducción, acceso al menú principal y el encendido del sistema audio. Bajo ella hay más huecos, a la altura de las rodillas y bajo la pantalla central, donde dispone de un cajón cubierto por corredera. Todo el interior destila una enorme impresión de calidad, con detalles como las exóticas rejillas para los altavoces desarrollados por la firma Focal con catorce altavoces.

Vista frontal del nuevo DS.

En la parte trasera hay mucho espacio, donde pasajeros de piernas largas y gran estatura no van a echar en falta la necesidad de más sitio. El techo de cristal está situado a una buena altura, aunque sí existe la pega típica de los eléctricos «bajitos». La batería está en el fondo, y con asientos algo enterrados, las piernas adquieren una postura rara, con las rodillas más altas que la cintura. Personas de estatura media o baja no lo sufrirán; algo más los que midan más de 1,80 m.

Solo eléctricos, nada de híbridos

A pesar de que el DS Nº8 esté basado en la plataforma media multienergia de Stellantis, no habrá motores térmicos o híbridos, solo eléctricos. Hay tres opciones, una de acceso con batería de 74 kW, y motor delantero de 230 CV. Las otras dos disponen de un acumulador de 97 kW, y dos motorizaciones.

Una desarrolla 245 CV y al igual que su hermano menor dispone de tracción delantera. La otra dispone de dos motores, con tracción total, y 350 caballos como potencia combinada. Este último es capaz de realizar el 0 a 100 en 5,4 segundos, y toda la gama está limitada a 190 km/h.

La intermedia, la de batería grande y potencia superior, homologa hasta 750 km, una cifra optimista que seguramente cumpla en condiciones favorables, aunque la marca afirma que en autopista supera los 500 kilómetros de autonomía. Todas las versiones admiten carga rápida, y consiguen elevar su capacidad del 20 al 80 % en 27 minutos gracias a que admiten una potencia de hasta 160 kW.

Batalla por la calidad

Aún no se conocen los precios, pero sí que estarán disponibles en la primera mitad del año entrante. En realidad, los verdaderos contrincantes del DS no son tanto los germanos, como los emergentes coches prémium chinos. El misterio del éxito se reduce a algo sencillo: si la batalla del precio se pone cuesta arriba, ofrece algo mejor. Y en DS parecen haber dado con alguna que otra tecla, aparentemente, acertadas.

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