Estas son las partes que más fallan de un coche en invierno
Las bajas temperaturas pueden endurecer el material de las pastillas de freno disminuyendo su capacidad de frenado

Problemas del coche en invierno. | Freepik
El invierno, con sus gélidas temperaturas, pone a prueba a nuestros vehículos. El frío intenso afecta tanto a partes mecánicas como eléctricas, lo que puede causar averías inesperadas. Descubre cuáles son las zonas más vulnerables de tu vehículo y cómo protegerlas.
Batería del coche
Las bajas temperaturas invernales son un verdadero desafío para la batería de tu vehículo. Este componente esencial para el arranque del motor se ve significativamente afectado por el frío, lo que puede provocar inconvenientes a la hora de poner en marcha tu coche.
¿Por qué el frío afecta a la batería?
- Ralentización de las reacciones químicas: funcionan gracias a reacciones químicas internas. Cuando las temperaturas descienden, estas reacciones se vuelven más lentas, reduciendo así la capacidad de la batería para suministrar la energía necesaria para encender el motor.
- Aumento de la resistencia interna: dificulta aún más el flujo de corriente y disminuye su rendimiento.
- Aumento de la viscosidad del aceite: se vuelve más denso con el frío, lo que exige un mayor esfuerzo de la batería para hacer girar el motor.
¿Cuáles son las consecuencias de una batería débil en invierno?
- Dificultad para arrancar: el síntoma más común es que el motor tarda más en arrancar o incluso no arranca.
- Si la batería está baja, las luces pueden parecer menos brillantes.
- Fallo en los sistemas eléctricos: como la radio o los elevalunas, pueden no funcionar correctamente.
¿Cómo cuidar la batería en invierno?
- Antes de que llegue el frío, solicita una revisión completa de la batería en un taller mecánico. El técnico evaluará su estado, la cargará si es necesario y comprobará los bornes.
- Los bornes de la batería deben estar limpios y bien conectados para garantizar un buen flujo de corriente. Puedes limpiarlos con una mezcla de bicarbonato de sodio y agua.
- Asegúrate de que la batería esté siempre completamente cargada. Evita realizar trayectos muy cortos, ya que la batería no tendrá tiempo de recargarse.
- Si es posible, protege la batería del frío cubriéndola con una manta o un material aislante.
- Si el coche permanece estacionado durante largos períodos, utiliza un cargador de mantenimiento para evitar que la batería se descargue por completo.
- Si vives en una zona con inviernos muy fríos, puedes optar por instalar una batería con mayor capacidad de arranque en frío.
El sistema de refrigeración y el anticongelante
Es fundamental para mantener el motor de tu vehículo a una temperatura óptima. Trabaja de manera constante para disipar el calor generado durante la combustión, evitando así sobrecalentamientos que podrían dañar seriamente el motor. Y en este sistema, el anticongelante juega un papel protagónico, especialmente durante los meses más fríos del año.
El agua, componente principal del líquido refrigerante, se congela a 0°C. Si el líquido dentro del radiador se solidificara, se expandiría, ejerciendo una presión enorme sobre los componentes del sistema de refrigeración y pudiendo provocar:
- Las mangueras del sistema no están diseñadas para soportar esa presión y podrían romperse, provocando fugas de líquido refrigerante.
- La bomba de agua, encargada de hacer circular el líquido, podría sufrir daños al intentar bombear un líquido congelado.
- En casos extremos, la presión podría generar grietas en el bloque del motor, lo que requeriría una reparación muy costosa.

¿Cuál es la función del anticongelante?
El anticongelante es un aditivo que se mezcla con el agua para modificar sus propiedades. Además de evitar la congelación a bajas temperaturas, también:
- Impide que el líquido hierva a temperaturas elevadas, protegiendo al motor del sobrecalentamiento.
- Contiene inhibidores de corrosión que protegen las partes metálicas del sistema de refrigeración.
- Ayuda a lubricar las bombas del sistema, asegurando un funcionamiento suave y eficiente.
¿Cómo mantener el sistema de refrigeración en óptimas condiciones?
- Antes de la llegada del invierno, es fundamental verificar el nivel de líquido refrigerante en el vaso de expansión y asegurarse de que la concentración de anticongelante sea la adecuada. Esta información suele estar indicada en el manual del vehículo o en una etiqueta dentro del compartimento del motor.
- Utiliza siempre el anticongelante recomendado por el fabricante del vehículo. Cada vehículo tiene un tipo de anticongelante específico que garantiza la compatibilidad con los materiales del sistema de refrigeración.
- El anticongelante pierde sus propiedades con el tiempo. Por ello, es recomendable cambiarlo según las indicaciones del fabricante, generalmente cada dos o tres años.
- Inspecciona regularmente las mangueras, las conexiones y el radiador en busca de posibles fugas.
Neumáticos y pérdida de adherencia
Las bajas temperaturas invernales no solo afectan a la batería de nuestro vehículo, sino que también influyen significativamente en el comportamiento de los neumáticos. Estos elementos, fundamentales para la seguridad en la conducción, se ven sometidos a una serie de desafíos que pueden comprometer su rendimiento y, por consiguiente, nuestra seguridad en la carretera.
¿Por qué el frío afecta a los neumáticos?
- El frío contrae el aire dentro de los neumáticos, lo que provoca una disminución de la presión. Una presión inadecuada reduce el área de contacto del neumático con el suelo, disminuyendo la tracción y aumentando el riesgo de aquaplaning e hidroplaneo, especialmente en condiciones de lluvia o nieve derretida.
- Los neumáticos convencionales están fabricados con compuestos de caucho diseñados para funcionar de manera óptima en un rango de temperaturas relativamente estrecho. Cuando las temperaturas descienden por debajo de ciertos umbrales, el caucho se endurece, perdiendo flexibilidad y adherencia. Esto se traduce en una menor capacidad para agarrarse a la carretera, especialmente en superficies resbaladizas como el hielo o la nieve.
La solución: neumáticos de invierno
Los neumáticos de invierno están especialmente diseñados para ofrecer un rendimiento óptimo en condiciones invernales. Estos neumáticos presentan una serie de características que los diferencian de los neumáticos convencionales:
- Compuesto especial: el caucho utilizado en los neumáticos de invierno es más blando y flexible a bajas temperaturas, lo que permite mantener una buena adherencia incluso en condiciones de hielo y nieve.
- Diseño de la banda de rodadura: presenta un patrón más profundo y con mayor cantidad de laminillas, lo que mejora la tracción en superficies resbaladizas y facilita la evacuación de agua, nieve y barro.
- Marcado específico: en el flanco, suele ser un dibujo de una montaña con un copo de nieve dentro.
El sistema de calefacción y desempañado
En los meses más fríos del año, el sistema de calefacción y desempañado de tu vehículo se convierte en un elemento fundamental para garantizar tu seguridad y comodidad al volante. Un sistema de calefacción en óptimas condiciones no solo te proporcionará calor, sino que también te ayudará a mantener los cristales libres de empañamiento, lo que es esencial para una buena visibilidad.
¿Por qué se empañan los cristales en invierno?
La formación de vaho en los cristales se produce cuando la humedad del aire interior del vehículo entra en contacto con una superficie fría, como los cristales, y se condensa. Este fenómeno es especialmente común en invierno, cuando la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del coche es mayor.

¿Cómo prevenir el empañamiento de los cristales?
- Revisa el sistema de calefacción antes del invierno: incluyendo el ventilador, los mandos de temperatura y los difusores de aire.
- Mantén el aire acondicionado limpio: el filtro de polen del aire acondicionado puede obstruirse con el tiempo, lo que reduce la eficiencia del sistema de calefacción y desempañado.
- Utiliza el aire acondicionado en modo desempañado: ayuda a eliminar la humedad del aire interior, lo que reduce la formación de vaho.
- Evita introducir exceso de humedad en el vehículo: seca bien los zapatos y las prendas de abrigo antes de subir al coche.
- Limpia los cristales regularmente: dificultan la visión y pueden contribuir a la formación de condensación.
El sistema de frenado
Las condiciones climáticas adversas aceleran procesos de corrosión y afectan el rendimiento de componentes clave, poniendo en riesgo tu seguridad y la de los demás.
¿Cómo afecta el frío a los frenos?
- Óxido y corrosión: la humedad y el hielo pueden generar acumulación de óxido en las piezas metálicas del sistema de frenos, como discos, tambores y pastillas. Esta corrosión disminuye la superficie de contacto entre las pastillas y los discos, reduciendo la eficacia del frenado.
- Las bajas temperaturas pueden endurecer el material de las pastillas de freno, disminuyendo su capacidad de adherencia y aumentando la distancia de frenado.
- En casos extremos, el líquido de frenos puede congelarse parcialmente, lo que impide que se transmita la presión necesaria para accionar los frenos.
¿Cómo detectar un problema en el sistema de frenos?
- Ruidos inusuales: como chirridos, rechinidos o vibraciones. Estos pueden indicar desgaste de las pastillas, discos deformados o problemas en otros componentes.
- Pedal de freno esponjoso: o va al fondo, puede haber una fuga de líquido de frenos o aire en el sistema.
- Vibraciones en el volante: es posible que los discos de freno estén deformados o desgastados de manera irregular.
- Aumento de la distancia de frenado: si notas que el vehículo tarda más en detenerse, es una señal clara de que el sistema de frenos no está funcionando correctamente.