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Volvo se olvida de los SUV para reinventar las berlinas con el ES90

Los suecos se alejan de las tendencias del mercado con un eléctrico que cuenta con lo mejor de ambos mundos

Volvo se olvida de los SUV para reinventar las berlinas con el ES90

El Volvo ES90. | Volvo

Ya está bien de SUV. Eso es lo que parece decir Volvo con su último lanzamiento, un sedán eléctrico que parece un crossover, y tiene algo de aquello que supone el grueso de sus ventas. A los suecos les va bien con sus coches más altos, pero quieren explorar otras vías.

Solo en España, el 83,5% de las matriculaciones de Volvo son SUV, la carrocería de moda; unas formas que suponen alrededor de la mitad de todo el mercado europeo. Sin embargo, sus últimos modelos son refrescos y reinterpretaciones de lo ya conocido, mientras que el nuevo ES90 sí parece algo realmente nuevo.

Marcas como Ford o Renault están huyendo como del fuego de formatos tradicionales, y los escandinavos han abierto brecha donde ya campa su firma hermana Polestar. El ES90 se presenta con un «de todo un poco», y esta parece que será la siguiente tendencia tras los imperantes todocaminos.

Los escandinavos lanzan un eléctrico prémium, que por tamaño pone sus pies en el coto de los BMW i5 y Mercedes EQE. Sin embargo, por prestaciones, y sobre todo acabados, bien podría plantar cara a las berlinas tope de gama de sus contrincantes. Sin desmerecer a su competencia, parece que están un escalón más arriba en las gamas a la hora de los detalles y la calidad.

Ni berlina, ni SUV

Con cinco metros justos es un coche enorme. Con 18 centímetros libres sobre el suelo, habita en una zona situada entre las berlinas y los SUV. Su caída trasera, alargada, le da un cierto toque deportivo. El frontal es muy de líneas rectas, muy Volvo, y la zaga es alta y masiva; llama la atención por sus volúmenes. En todo caso, las líneas, siendo muy marcadas, son armoniosas; muy rectas al estilo ya conocido, pero suavizadas en los bordes, lo que le aportan cierto toque de dulzura.

Está a medio camino entre un coche familiar alto, o un todocamino al que le han cortado su parte superior. Para aliviar el aspecto de una masa tan compactada, el grupo óptico trasero añade un cierto dinamismo con sus faros en forma de C, ya vistos en el EX30. A ellos se añade una tercera luz de freno en la parte superior de la luneta, y dos originales tiras de rectángulos que suben por el pilar trasero. Con llantas de entre 20 y 22 pulgadas, su aspecto exterior es imponente.

Para entrar, hay que accionar de los inevitables tiradores, que son escamoteables. Ayudan a que su coeficiente de penetración aerodinámica sea de Cx 0,25. No es el mejor de su segmento, pero sí es la mejor cifra que jamás ha podido mostrar un Volvo. Los coches del grupo Geely, al que pertenece la marca, tienden a ser parcos en consumo cuando ruedan en ciudad, pero suelen ser más gastones en carretera; una mejor aerodinámica ayudará a extender su autonomía.

Interior del Volvo ES90.

Un habitáculo de vanguardia

El interior es muy amplio. Con 3,10 metros entre ejes, si los pasajeros de delante siempre se sentirán cómodos, los de detrás tendrán el espacio propio de coches incluso más grandes. Los ingenieros han sacado mucho espacio, hasta el punto de que los asientos traseros se pueden reclinar –de forma limitada– como en los aviones. El añadido es que este proceso se hace de manera eléctrica, y los escaños son, al igual que delante, calefactados y refrigerados gracias a la piel sintética perforada.

En la parte delantera, el volante bicolor y redondo, carece de los achatamientos tan de moda. Los botones encastrados a izquierda y derecha se desplazan de forma solidaria en una única pieza de plástico con accionamiento capacitivo. La pantalla propia del conductor es panorámica, muy estrecha y alargada, de 9 pulgadas. La central, para la multimedia y resto de funciones no estrictamente informativas, es vertical y mide 14,5. Les acompaña un Head-Up Display como método de información al conductor.

Cuenta con el software de Android Automotive, muy eficiente en calcular itinerarios y determinar la planificación de rutas, con un grado de error mínimo. No solo eso, sino que cuenta con una enorme gama de opciones descargables desde la tienda de aplicaciones de Google.

Salpicadero del Volvo ES90.

Prestaciones dignas de su diseño

En el plano de la tecnología, el nuevo Volvo va bien servido. Cuenta con un arsenal de inventos y soluciones que hace poco solo disponían los coches de James Bond. Dispone de cinco radares, ocho cámaras, doce sensores ultrasónicos y un radar tipo LIDAR capaz de detectar objetos a 250 metros.

Según acabados, encontraremos madera mate, y piel sintética nórdica de excelente calidad. Los asientos son realmente cómodos, de muy buena factura, y como los traseros, calefactados y aireados. Entre los dos delanteros hay mucho espacio, con cajones, una bandeja con cargador inalámbrico de ventilación forzada para teléfonos, y portavasos adaptativos.

El equipo de audio tiene tres niveles. El básico dispone de una docena de altavoces, que ya parece una cifra exagerada. Sin embargo, en la escala superior hay en opción un firmado por el prestigioso fabricante de altavoces Bowers & Wilkins, con nada menos que veinticinco transductores. Con semejante equipamiento, el audiófilo más exigente apenas notará la diferencia entre estar sentado en el coche y que Daniel Barenboim esté dirigiendo una orquesta sinfónica a unos metros.

El ES90 se comercializa en tres versiones de acuerdo con su potencia y batería. El más sencillo, relativamente, dispone de un acumulador de 88 kW que atiende a un solo motor con tracción trasera. Una carga completa le permite recorrer 650 kilómetros de acuerdo con la homologación WLTP. Con 333 caballos aplicados al suelo, acelera de 0 a 100 en 6,9 segundos. Su arquitectura de 800 voltios le permite cargas rápidas de hasta 300 kW, lo que le podría suministrar energía suficiente como para rodar 300 kilómetros en apenas diez minutos.

Frontal del Volvo ES90.

Mismo espíritu, tres versiones

El ES90 de acceso tiene dos hermanos más musculados. La versión intermedia posee dos motores en configuración de tracción total, su batería es de 106 kW, y recorre hasta 700 km con una carga. Ejecuta la prueba desde parado en 5,5 segundos gracias a sus 449 CV de potencia combinada. Para los más ambiciosos, pudientes e intensos, está el tope de gama, con la misma autonomía, la friolera de 680 caballos, y acelera como un Eurofighter, para marcar 4 segundos en la prueba de aceleración.

El ES90 entra con fuerza en el mercado de los eléctricos que no quieren un SUV. Lo hace retorciendo las leyes del mercado para recuperar un formato clásico con leves variaciones, en un plano que coge lo mejor de cada tipología.

Fabricado en China, sus dos toneladas y media de peso se verán lastradas por los aranceles con los que la Unión Europea arremete contra los coches hechos allí. De momento, en el mercado español solo está disponible la versión de Single Motor, la de un propulsor, al precio de 72.753 euros para su acabado básico. Hay dos más, que suben a 84.973 en el caso del acabado más lustroso, con un paso intermedio. Más adelante llegarán sus hermanos más capaces.

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