Alfa Romeo completa su oferta con un Junior de tracción total 'inteligente'
El motor eléctrico trasero aplica su potencia cuando lo necesita y le confiere un comportamiento en curva impecable

Alfa Romeo Junior Q4. | Cedida
Alfa Romeo tiene nombre, imagen, y coches que aportan muchas satisfacciones a sus propietarios, pero desde hace tiempo le faltaban unas cifras de ventas contundentes. Para lograrlo sacaron el producto perfecto para el mercado actual, el controvertido Junior, al que ahora dotan de tracción a las cuatro ruedas.
Y no era fácil. Por eso, lo de dotar de personalidad a un coche que parte de una base compartida con el Peugeot 2008, el Opel Mokka, o el DS3, le fue encargado al diseñador español Alejandro Mesonero-Romanos, una de las estrellas de la compañía. Y lo ha conseguido.
Tanto por dentro como por fuera, el Junior —inicialmente denominado Milano, de ahí la controversia—, es distinto a sus hermanos. En la pelea cara a cara contra ellos, y a la caza del exitoso Toyota CH-R, ha de ofrecer algo de lo que carezca el resto.
Parte de su propuesta diferencial estriba en un diseño alejado del resto de miembros de su familia, más agresivo y con notas de deportivo, sin perder las formas a las que limita la plataforma. En concreto, este «tracción total», denominado Q4, mezcla un toque de agresividad, tanto en líneas como en comportamiento dinámico, pero sin perder comodidad.

El Junior ya dispone de tres versiones en su catálogo: un híbrido de 136 CV, el eléctrico de 156 y una versión ultradeportiva de 280 en ausencia de un propulsor térmico. Con el Q4 se completa una gama y que debería ser muy bienvenido en países y zonas de mucha lluvia, nieve, o terrenos alejados del asfalto.
El Piamonte y el entorno de Turín era el lugar perfecto para probar este coche. Carreteras comarcales, revirados caminos vecinales, y carriles de tierra entre viñedos era un territorio ideal donde extraer las cualidades del Q4. Si añadimos un día soleado, tras las intensas lluvias del día anterior, el barro existente dejaba un escenario perfecto para sacar lo mejor del Q4.
Puede que este B-SUV de 4,17 metros sea el que mejor comportamiento tenga en este tipo de terrenos de toda la gama. Se debe en parte a las suspensiones multibrazo en el tren trasero, que devora las irregularidades de la superficie sin transmitirlas a los pasajeros ni perder tracción.
La otra parte del mérito ha de ser otorgada a la inteligente aplicación de la potencia al suelo, y lo hace de una forma bastante original. El Q4 dispone de un motor híbrido de 1,2 litros y tres cilindros. Desarrolla 136 caballos que transmite de manera directa al tren delantero. Pero no está solo.
De manera solidaria, trabajan dos motores eléctricos, uno aplicado al eje delantero y otro al trasero. Cada uno entrega 29 caballos al conjunto, aunque no son estrictamente sumatorios, y he aquí uno de los secretos del comportamiento.
Tracción total
El Q4 tiene cuatro modos de pilotaje: Dynamic, Neutral, y Advanced Efficiency. Se corresponden, en un rebuscado juego de palabras, al acrónimo DNA —ADN en español—. Si el último es el más eficiente y Neutral el más frecuente en un uso cotidiano, son en el Dynamic y el modo exclusivo Q4 las modalidades en las que saltan los motores eléctricos.

La sección eléctrica no se activa o se quita a voluntad, sino que se pone en marcha cuando el ordenador de a bordo detecta que es necesario. De manera conjunta, los motores eléctricos y el térmico suman un máximo de 145 caballos, que aportan su capacidad en cuesta arriba, aceleraciones, o el más sorprendente de todos: curvas cerradas en tracción.
Cuando ocurre esto, el motor eléctrico trasero empuja a un coche que de forma natural debería subvirar y querer irse recto. Sin embargo, rota tal y como le dicta el volante, y gira sin despegar sus ruedas de la trayectoria marcada. El resultado es bastante eficaz y poco habitual en coches de este tamaño y potencia.
Agilidad y agarre extra
A pesar de sus 1.575 kilos, 195 más que el más sencillo modelo híbrido con tracción delantera, se muestra ágil y deportivo. Con la mezcla de equilibrio de masas, suspensiones y tracción, admite una velocidad superior a la esperable en su paso por curva, y responde sin rechistar con una pronta aceleración en mitad de los giros.
Precisamente, ante su buen tarado de suspensiones y comportamiento dinámico, su potencia se antoja escasa. No es que lo sea poca, 145 CV está muy bien, y no todos sus rivales la alcanzan; es que su diseño aguantaría mucha más, y lo divertido y eficiente de su conducción te hacen pedir más.
Otro elemento que añade sabor a su alma deportiva es la presencia de levas tras el volante para el cambio de marchas. Sus seis velocidades son más que suficientes para administrar la energía, e incluso lo suave del motor y el poco ruido que hace, hay que mirar el cuentarrevoluciones. Al cambiar, ni tironea, ni se eleva el sonido, y las sensaciones que transmite son plácidas.
Bajo consumo
El motor térmico fue diseñado para rendir muy bien en la zona media. La tarea de aportar bajos en la arrancada se le encarga al ciclo eléctrico, y todo con idea de reducir las emisiones y contener el consumo. Su aceleración es correcta sin más, no impresiona, pero se comporta mucho mejor en la recuperación. Con el coche lanzado pasa de 80 a 120 km/h con premura.

Resulta muy fácil de llevar, y es muy disfrutable sin los rigores de vehículos más llamados a atender el más riguroso plano deportivo. En zonas deslizantes sale de ellas casi como un 4×4, y será muy de agradecer donde la tracción se vea comprometida. No es un todoterreno, pero funciona bien en este sentido.
Mucha personalidad
El Junior alberga muchas riquezas. Su diseño, con un frontal inconfundible y sus faros triples, el logotipo con rasgos clásicos en el triángulo frontal, el techo negro flotante en opción, la zaga tan personal, el portón trasero eléctrico, o sus cinco puertas, reúnen en un solo modelo las características que muchos requieren.
Es un SUV, la carrocería de moda, consume poco, se comporta de manera notable, recibe la etiqueta ECO, está bien acabado, y es muy bonito por dentro y por fuera, con muchas opciones de mejora. Si alguien quiere un techo acristalado, asientos deportivos u otros elementos a elegir, tendrá que gastarse más de los 35.442 euros que vale el Q4 básico. Puede parecer mucho, pero no hay muchas más opciones a este precio y que se comporte igual.