A la marca Audi le ha caído un sambenito: es el coche favorito de los atracadores
La marca es apreciada por un amplio espectro de usuarios entre los que se encuentra lo mejor y lo peor

Imagen del Audi accidentado en la Costa del Sol en 2022. | Emergencias Sevilla
Puede ser tras palos en bancos, carreras por ciudades para emular lo vivido en videojuegos, alunizajes, asaltos en domicilios o transporte de droga a toda velocidad por el corredor mediterráneo hacia Francia. Pero al final del informe policial casi siempre hay cuatro letras: Audi.
La firma de los cuatro aros, con nombre procedente de la fusión de otras tantas marcas, fabrica vehículos extraordinarios. Sus niveles de acabado, diseño con alma deportiva y calidad general fueron apreciados por al menos 1.671.218 compradores en 2024. Entre ellos hay presidentes de gobierno, directores de multinacionales… y chorizos de la peor ralea; a todos les gusta lo bueno.
Coches con los cuatro anillos en el morro han ganado en todas las categorías deportivas en las que haya participado. Vencieron en el Dakar, en el prestigioso certamen de turismos germano (DTM), las 24 Horas de Le Mans, y el año próximo meterán sus pies en la Fórmula 1. De su experiencia en la alta competición, heredan potentes motores, una estabilidad sin tacha y prestaciones por encima de la media.
Son características que valoran los más esquinados de la sociedad, aquellos que, conocedores de estas capacidades, tienen en la huida de las autoridades como parte de su guion vital. Esta es la razón por la que, tras espectaculares robos, persecuciones policiales, y titulares de prensa de corte delictivo, es habitual toparse con un modelo de la marca de Ingolstadt.
En 2012, tres enmascarados utilizaron un RS6 en intento de robo fallido en Estocolmo. Todos iban armados, y al menos uno de ellos portaba un arma automática. Dos años más tarde, en Alemania, cinco asaltantes penetraron en el centro comercial KaDeWe, y huyeron con el botín subidos en un A4 Avant alquilado. En 2017, un A6 fue usado para transportar una moneda de oro de cien kilos que robaron en el museo Bode, de Berlín.
A estos incidentes, se añade el robo en un palacio de Dresden, de donde unos atracadores se llevaron joyas en un Audi S6 Avant, para abandonarlo más tarde e incendiarlo en un parking subterráneo. En 2021, se usó un S6 Avant para asaltar un vehículo blindado de transporte de fondos, o varias bandas de origen holandés se han aficionado en fechas recientes en entrar en suelo alemán subidos en un RS6. Hacen estallar cajeros automáticos con gas, para volver a su país a toda velocidad con sacas repletas de billetes en el maletero.

Tampoco hay que irse tan lejos. Un Audi robado a punta de cuchillo días antes en Vilagarcía de Arousa sirvió hace unos años para realizar un atraco en Ordes, Galicia. En 2019 se utilizó varias veces un RS4 pare ejecutar varios alunizajes en el entorno de Tarragona, o una banda sustrajo un A3 en La Rioja este mismo año para usarlo en diversos atracos.
El fabricante se echa las manos a la cabeza cada vez que ocurre algo en lo que sus coches acaban implicados, pero no hace más que demostrar su eficiencia. El secreto de estas elecciones se debe a la potencia, velocidad y fiabilidad de sus mecánicas.
En tiempos del desaparecido Ferdinand Piech, histórico directivo del grupo Volkswagen, se dictaron unas pautas que conformaron el ADN de los Audi. A la extraordinaria capacidad de sus propulsores de hasta diez cilindros, se unen características heredadas de la competición, lo que conforman un conjunto del que disponen muy pocas marcas.
Un tanque muy veloz
De entrada, sus piezas son diseñadas y probadas hasta la extenuación, con idea de que duren no menos de 300.000 kilómetros. Sus motores poseen ventiladores sobredimensionados para refrigerar todos los sistemas relacionados con la combustión. Sus propulsores están diseñados para girar a su régimen máximo a temperatura ambiente de hasta 50 grados centígrados. En Europa rara vez se dan estas circunstancias, así que en esa asignatura, juegan con un amplio margen en lo tocante a la fiabilidad.

La mayoría de los Audi, por no decir todos, están limitados a 250 km/h, aunque se sabe que sus mecánicas están preparadas para aguantar los esfuerzos propios de ir de manera sostenida a 300. Las suspensiones, de manera habitual con sistemas de doble brazo delante y multilink detrás, son de aluminio. Esto resta peso al conjunto y las piezas móviles de que consta, se accionan con mayor agilidad. Esta característica se transmite hacia el volante, al que añade precisión en el pilotaje y sensibilidad a la hora de saber donde y en qué posición están las ruedas delanteras, al tiempo que hace más fácil la conducción a altas velocidades.
Unas suspensiones muy probadas
Por otro lado, y esto es consustancial de todo el Grupo Volkswagen, la seguridad y firmeza estructural de las suspensiones es bien conocida. Una de las pruebas más frecuentes, y en la que más insisten sus ingenieros, es la de atacar bordillos y resaltos, cuyos diseños los suelen aguantar sin problemas. Si a esto añadimos la legendaria tracción Quattro con energía aplicada a todas sus ruedas, obtenemos coches que apenas derrapan, y son muy fáciles de manejar a altas velocidades.
Algunas versiones disponen de suspensiones neumáticas. Con ellas, el vehículo mantiene las alturas en caso de ir muy cargado, lo que retiene las características dinámicas y balances de masas de cuando no lo está. Si llevase a cuestas 300 kilos de cualquier tipo de carga, no se hundiría su parte trasera, y no levantaría sospecha alguna. Al mismo tiempo, los Audi son coches poderosos, pero que no llaman la atención. La potencia de algunas modelos y versiones son equiparables a la de deportivos biplazas italianos, sin embargo, pasan por inocentes coches familiares.
El coche perfecto para los chorizos
La meta final de cualquier quinqui que se precie es el Audi RS6. Es el mismo que un grupo de descerebrados veinteañeros británicos iba alquilando por la Costa del Sol en mayo de 2022 para emular sus vivencias en la Playstation. Un accidente en Sevilla, tras una breve persecución policial, dio al traste con su atolondrado juego.

En cuanto a las persecuciones y huidas a toda velocidad, algunos cuerpos de policía, están pidiendo desde hace tiempo algún sistema de detención electrónica externa para este tipo de incidentes. El deseo no es tanto pillar a los malos, como evitar colisiones, y el reguero de vehículos accidentados que suelen dejar a su paso. Si los Audi no fueran tan robustos, es probable que esto no ocurriera, pero claro, los coches que fabrican tampoco serían tan buenos.