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Hyundai IONIQ 9, el SUV de siete plazas coreano que redefine el concepto de confort

Es un coche para viajar con calma, cargar sin prisas y para entender que el confort es una necesidad

Hyundai IONIQ 9, el SUV de siete plazas coreano que redefine el concepto de confort

Hyundai IONIQ 9.

Los últimos diseños de Hyundai destilan ambición. La marca se introdujo hace décadas en Europa con discreción, queriendo ser la alternativa económica a los coches japoneses. Pero esto ha cambiado, y sus modelos más recientes apuntan alto: los mejores modelos alemanes. El Ioniq 9 es la muestra perfecta.

El nuevo buque insignia eléctrico de Hyundai no solo rompe moldes dentro de la marca, sino que reconfigura el segmento de los SUV eléctricos grandes con una propuesta que, sin alharacas ni inventos exóticos, apunta alto. Por dimensiones, equipamiento y ejecución, el Ioniq 9 entra en la liga de los grandes nombres, y se iguala a los Mercedes EQS SUV, BMW iX, Audi Q8 e-tron o Volvo EX90 sin complejos.

Pero lo hace desde otro ángulo. Uno más pragmático, con un precio más contenido a cambio de ofrecer un producto equiparable y una filosofía menos centrada en la imagen de marca. Hyundai pone los pies más en el suelo, en lo práctico, y en lo que ocurre cuando te sientas al volante. Hyundai lleva años preparando el terreno.

El primer paso en su transformación como marca fue el Ioniq 5, que sorprendió a todos por diseño, rendimiento y calidad de rodadura. Luego llegó el Ioniq 6, una berlina estilizada que elevó el listón tecnológico. Y ahora, como cierre de la trilogía eléctrica —al menos de momento—, llega este Ioniq 9: más grande, más espacioso, más ambicioso. Su nombre no engaña. Tampoco lo necesita.

Desde fuera, el diseño puede dividir opiniones. Hay algo deliberadamente geométrico, incluso pixelado, en su silueta que recuerda a los Volvo. La iluminación LED juega con formas que rememoran los gráficos de 8 bits, y el conjunto general parece más sacado de una exposición de arquitectura futurista que de un coche de calle al uso. Mide 5,06 metros de largo, 1,98 de ancho y 1,79 de alto. Su distancia entre ejes supera los 3,13 metros. En otras palabras: es grande, muy grande. Y lo interesante llega al abrir las puertas.

El habitáculo es un verdadero salón rodante. Lo es no solo por el espacio —hasta siete plazas reales con diferentes configuraciones—, sino por el enfoque. Hyundai ha entendido que el confort moderno no es solo cuestión de tapicerías suaves o botones brillantes. Aquí hay ergonomía, silencio, calidad percibida y soluciones pensadas para el día a día.

La distribución 2+2+2 en las versiones de seis plazas incluye asientos independientes en la segunda fila, giratorios en 180 grados, con reclinado eléctrico, reposapies y función de masaje. Es un planteamiento que remite a una sala VIP de aeropuerto más que al interior de un coche. Y no es solo imagen. La insonorización es excelente.

Se ha trabajado desde la plataforma —que atiende a otros modelos— con materiales aislantes, cristales acústicos y una estructura pensada para reducir vibraciones. Rodar en el Ioniq 9 es hacerlo en silencio absoluto, incluso a velocidades altas. Algo que no siempre ocurre, ni siquiera en modelos de marcas premium.

La plataforma E-GMP permite un suelo completamente plano, lo que añade amplitud y comodidad de movimiento dentro del coche. Se agradece en los trayectos largos y también en los momentos más rutinarios. Los niños pueden moverse, los adultos estirar las piernas, y cada ocupante dispone de su propio espacio real, sin apreturas ni artificios. Con las tres filas activas, el maletero ofrece 338 litros. Si se pliega la tercera fila, sube a 908 litros. Y si se convierte en un biplaza, pasa a ser un furgón de mudanzas de 2.500 litros donde poder meter casi un elefante pequeño. Incluso hay un pequeño maletero delantero de hasta 88 litros, ideal para cables o herramientas.

En cuanto a equipamiento, Hyundai ofrece tres niveles cerrados para España: Star, Energy y Ecalligraphy. La versión más accesible, Star, parte desde 69.900 euros e incluye ya climatizador bizona, bomba de calor, Head-Up Display, doble pantalla de 12,3 pulgadas, cámara de aparcamiento, frenada regenerativa con un solo pedal y los principales asistentes a la conducción. Un equipamiento que en otros fabricantes requiere de varios paquetes opcionales.

El acabado intermedio, Energy (desde 81.600 euros), añade tracción total, doble motor (313 CV), techo solar, llantas de 20 pulgadas, retrovisor digital, carga bidireccional V2L y sonido premium Bose. El tope de gama, Ecalligraphy (desde 87.100), se comercializa con variantes de 6 o 7 plazas y 435 CV de potencia total, tracción integral, llantas de 21 pulgadas, consola central deslizante y retrovisores exteriores por cámara. Todo incluido.

Buena autonomía

A nivel mecánico, todas las versiones utilizan una batería NCM de 110,3 kWh con arquitectura de 800 voltios. Las cifras de autonomía son destacadas: hasta 620 kilómetros en ciclo WLTP para la versión de propulsión trasera (218 CV), y 600–606 kilómetros para las de tracción total. En ciudad, pueden superar los 800 km gracias a la eficiencia del sistema y a la frenada regenerativa avanzada. La carga rápida a 350 kW permite recuperar del 10 al 80 % de batería en solo 24 minutos. En términos comparativos, está al nivel del Porsche Taycan o el Audi e-tron GT, y supera a modelos como el EQS SUV de Mercedes (200 kW) o el Volvo EX90 (250 kW).

En marcha, sorprende por lo fácil que es de llevar, pese a su tamaño y masa. El volante tiene un tacto directo, la respuesta del acelerador es progresiva y la suspensión prioriza el aislamiento y la comodidad sin llegar a ser blanda. En carreteras reviradas no pretende ser un deportivo, pero sí un SUV equilibrado que no intimida. El peso, más de 2.500 kilos, está bien repartido y los modos de conducción permiten adaptar el comportamiento según el terreno. Las versiones con tracción total incluyen modos específicos para nieve, barro o arena.

Subiendo de nivel

Y aquí entra en juego la comparación. Frente al BMW iX, el Ioniq 9 ofrece un precio significativamente inferior (el iX xDrive50 parte de más de 100.000 euros), una autonomía similar y un habitáculo más versátil, aunque algo menos refinado en materiales. Frente al Mercedes EQS SUV, el surcoreano no llega a su nivel de lujo, pero sí lo supera en ergonomía práctica y soluciones familiares. Y frente al Volvo EX90, su gran rival en planteamiento, el Ioniq 9 iguala en espacio, lo supera en tiempos de carga y compite de tú a tú en precio y tecnología.

El Ioniq 9, al final, es una declaración de intenciones. No pretende seducir al cliente que busca status, sino al que busca sentido. Es un coche para viajar con calma, para cargar sin prisas y para entender que el confort no es una frivolidad, sino una necesidad. Y quizá esa sea su gran virtud: que, en un mercado cada vez más obsesionado con lo visual, Hyundai ha apostado por lo vivencial.

Porque sí, hay SUV eléctricos más potentes, más caros, más espectaculares. Pero pocos hacen tanto por sus ocupantes como este. Y menos aún, lo hacen sin pedirte a cambio el alma… o una nueva hipoteca.

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