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Omoda 9 SHS Hybrid, el rival incómodo de los SUV prémium a mitad de precio

Enorme toque de atención a los fabricantes europeos que tendrán que justificar muy bien precios más elevados

Omoda 9 SHS Hybrid, el rival incómodo de los SUV prémium a mitad de precio

Omoda 9 SHS Hybrid.

Los chinos gritan en voz baja. En el mercado del automóvil, los grandes golpes casi siempre llegan desde donde menos se espera. Este, en particular, ha aterrizado en el viejo continente con la discreción de un gato y la contundencia de un martillo neumático. El Omoda 9 SHS Hybrid es un torpedo dirigido a la línea de flotación de las marcas premium europeas: ofrece algo equiparable casi a mitad de precio.

La cifra que abre la conversación es tan excesiva que cuesta creerla: 49.000 euros de tarifa oficial, 39.000 euros con ayudas públicas y ofertas. Esta no es la clave. Es que, en un segmento donde sus rivales directos —de 500 caballos y más de 4,7 metros de largo— arrancan en 80.000 euros, la pregunta no es si vale la pena, sino cuál es el truco.

El Omoda 9 SHS Hybrid no copia recetas: las mezcla. Cuenta con cuatro motores —tres eléctricos y uno térmico—, una batería de 34 kWh, tracción integral y un sistema de engranajes y embragues que permite once combinaciones distintas de funcionamiento. Traducido: este coche puede impulsarse solo con electricidad, solo con gasolina, con ambos a la vez y en híbrido en serie o en paralelo, según la situación y lo que dicte el modo de conducción.

El motor de combustión es, en apariencia, modesto: unos 1,5 litros turbo de 143 CV con ciclo Miller. Y la tipología es clave porque, a diferencia de otros como el Atkinson, optimiza la eficiencia a bajas y medias revoluciones. Omoda declara un 44,5% de eficiencia térmica, una cifra de locura que hasta hace poco era territorio exclusivo de prototipos de laboratorio. El bloque es tan pequeño y está tan bien aislado que puede entrar en funcionamiento a plena carga en marcha sin que los pasajeros lo aprecien, ni en sonido ni en vibraciones.

Le acompaña una batería de 34 kWh, que permite rodar más de 100 kilómetros reales en modo eléctrico, y hasta 145 km según el ciclo de homologación. La aerodinámica, con un coeficiente de Cx 0,31, ayuda a contener consumos incluso con sus 2.260 kg en orden de marcha.

La gran virtud del sistema SHS no está solo en sus cifras, sino en cómo administra la energía. En «modo inteligente», el coche decide en tiempo real si conviene mover las ruedas con electricidad, con gasolina o con ambas. Puede incluso forzar la recarga de la batería para disponer siempre de una reserva de potencia.

En viajes largos, esa gestión permite mantener un nivel constante de prestaciones, sin las pérdidas súbitas que aquejan a otros híbridos enchufables cuando agotan su batería. Aunque el motor térmico sea pequeño, el aporte de los eléctricos garantiza recuperaciones rápidas y una aceleración siempre disponible. Cifras en mano, la potencia combinada alcanza los 537 CV, suficientes para borrar de un plumazo cualquier prejuicio sobre los SUV familiares y «aburridos».

Ojo: el Omoda 9 no es lo mismo que sus homónimos alemanes, ni lo pretende. No parte del pedigrí ni de las prestaciones propias de Audi, Mercedes o BMW, sino que llega ahí desde abajo. Su filosofía es la de un coche familiar cómodo, amplio y muy equipado que, por accidente o por diseño, ofrece prestaciones que hace diez años estaban reservadas a superdeportivos.

La entrega de potencia es suave, sin empujones violentos, pero, si se hunde el pie en el acelerador, desaparece el tráfico del retrovisor con facilidad. La tracción integral, gestionada electrónicamente, reserva el motor eléctrico más potente para el eje trasero, que solo entra en acción cuando hay pérdidas de adherencia o se exige el máximo de potencia.

En uso normal, el coche rueda con apenas 300 CV «activos», lo que mejora la eficiencia y reduce el desgaste. Y aunque la velocidad máxima está limitada a 180 km/h, las recuperaciones en autopista son fulminantes.

Ideal, con alguna condicionante

Pero hay alguna pega. El funcionamiento extra del motor térmico para cargar la batería mientras se circula implica que el consumo de gasolina pueda ser mayor que el de otros híbridos enchufables cuando se agota la carga inicial. Omoda promete más de 1.000 km de autonomía combinada con un depósito de 70 litros y la batería llena, pero, en uso real, con el sistema exprimiendo potencia y recargando, la cifra puede resentirse.

La buena noticia es que hablamos de uno o dos litros extra cada 100 km, una penalización asumible por el confort y la entrega de potencia constante que se obtiene a cambio. Y tampoco es una circunstancia que suela ocurrir a diario ni a la mayoría de usuarios.

Si el sistema híbrido es el corazón del Omoda 9, el habitáculo es su escaparate. Dos pantallas panorámicas de alta resolución dominan el salpicadero, junto a un head-up display con realidad aumentada que proyecta indicaciones de navegación y ayudas a la conducción directamente sobre la carretera. La calidad de materiales sorprende: piel vuelta en techo y pilares, ajustes sólidos y detalles de diseño que recuerdan inevitablemente a los de Mercedes, siempre una referencia.

Evidente ADN chino

La ergonomía, en cambio, es más china. Es fácil perderse en una selva de menús y submenús para configurar asistencias y modos de conducción. Lo de la miríada de avisos acústicos, pitidos, campanitas, alarmas de todo tipo y con origen en las funciones más recónditas es propio de los coches asiáticos. Obligan a desactivar funciones si se quiere rodar en paz.

Entre los aciertos destacan los asientos confort, con una sujeción lumbar generosa, calefacción y ventilación, el techo panorámico practicable y un maletero refrigerado que puede funcionar como minibar en viajes largos. Tres anclajes Isofix permiten instalar sillas infantiles en todas las plazas traseras, un detalle poco frecuente en SUV más caros.

El arsenal tecnológico incluye cámaras 3D de alta definición con visión cenital, modos específicos para conducción todoterreno, climatizador trizona con controles físicos y un sistema de sonido de origen Sony. Hay un detalle curioso y un concepto poco habitual: el canal de voz de las llamadas suena por un altavoz integrado en el reposacabezas del asiento del conductor, lo que asegura claridad incluso con ruido exterior.

La recarga de la batería admite hasta 65 kW en corriente continua, lo que permite pasar del 20 al 80% en poco más de 20 minutos. En alterna, la carga es más lenta, pero suficiente para reponer energía en la rutina diaria.

Con el motor en marcha

En marcha, el Omoda 9 se siente sólido y bien aislado. La suspensión pilotada permite elegir entre un tarado suave para viajar y uno más firme para curvas, aunque la diferencia no es radical. En carreteras reviradas, el peso se deja notar, pero en autopista o autovía es un devorador de kilómetros con un nivel de silencio y confort propio de segmentos superiores.

El Omoda 9 SHS Hybrid es, a día de hoy, el SUV híbrido enchufable con mejor relación precio/prestaciones del mercado. Su combinación de potencia, autonomía eléctrica real, calidad de rodadura y equipamiento es difícil de igualar incluso para marcas premium… y lo hace costando la mitad.

Más que un competidor, es un aviso a los fabricantes tradicionales de que la barrera psicológica del coche chino barato ha caído. A partir de ahora, cualquier etiqueta de 80.000 euros para un SUV de 500 CV tendrá que explicar muy bien en qué gasta esos 30.000 de diferencia, porque muchos se lo van a cuestionar.

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