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BMW iX3 Neue Klasse, el SUV eléctrico con el que olvidarás la gasolina

La industria europea parece despertar y lo hace a base de tecnología e ingenio

BMW iX3 Neue Klasse, el SUV eléctrico con el que olvidarás la gasolina

El BMW iX3 Neue Klasse.

Durante más de un siglo, BMW ha sabido reinventarse sin traicionarse. Pero lo que acaba de hacer con el nuevo iX3 no es una reinvención, es una reescritura de lo que será su futuro. Porque este SUV eléctrico de 4,78 metros no solo es la segunda generación del iX3, sino también el primer exponente real de la Neue Klasse, la plataforma 100 % eléctrica que hará olvidar los motores térmicos.

El nuevo modelo redefine todo lo que la marca bávara ha sido en las últimas décadas. No es un coche que se adapta al presente; es uno que lo adelanta por la izquierda, la derecha, por arriba y por abajo. Por eso, el nuevo BMW iX3 no pretende parecerse a su antecesor. Todo apunta a un lenguaje distinto, más depurado y más honesto con su naturaleza eléctrica. Al desaparecer los compromisos con los motores térmicos, no hay nada que disimule su propósito: ser un coche eléctrico de verdad, diseñado desde cero para serlo y con unas tecnologías que lo sitúan en otra dimensión.

Su aspecto ha sido moldeado con firmeza. Su silueta, más baja que antes, juega con proporciones atléticas y una línea de cintura más alta. La parrilla doble, iluminada y cerrada, recuerda a los BMW de los ochenta, pero reinterpretada con una estética limpia y futurista. Sin la necesidad de aire fresco, desaparecen las muy criticadas parrillas frontales del tamaño de un apartamento pequeño.

Los faros Matrix LED láser apenas requieren marco; los pilotos traseros, finos y horizontales, remarcan su imagen futurista. En el lateral, unas llantas de hasta 22 pulgadas coronan unos pasos de rueda bien esculpidos, mientras que el coeficiente aerodinámico se ha reducido hasta un notable 0,28, gracias a manillas enrasadas, fondo plano y aerodinámica activa.

Pero es en el interior donde BMW lanza su órdago más atrevido. El cuadro de instrumentos desaparece y la información se proyecta sobre una banda retroiluminada en la base del parabrisas. Lo llaman Panoramic Vision y se complementa con un Head-Up Display de realidad aumentada. No hay pantallas superpuestas, sino integración funcional.

El iDrive X aprende del conductor, muestra aplicaciones según su estado de ánimo y reacciona con comandos contextuales. No hay que darle órdenes; basta con hablarle con naturalidad. Por fin, un asistente de voz que no provoca el deseo de silenciarlo. Es casi HAL 9000, pero sin ansias de asesinar a su tripulación.

Los asientos, con función de masaje, hacen que este coche se sienta como un salón rodante, con textiles reciclados, plásticos con textura de mobiliario y una iluminación ambiental que transforma la percepción del espacio. La consola central, suspendida, deja hueco para objetos y se remata con un selector de marchas renovado. Y, si uno se fija bien, puede ver incluso reflejos del diseño de los años sesenta en los cristales laterales.

Algo nuevo de verdad, distinto

En el terreno técnico, el cambio es mayúsculo, monumental. La Neue Klasse adopta una arquitectura de 800 voltios, con una batería de celdas redondas que aporta un 20 % más de densidad energética respecto a las anteriores, de diseño en forma de prisma. El resultado: una batería bruta de 113,4 kWh (107,9 útiles), capaz de ofrecer hasta 800 kilómetros de autonomía WLTP. Una cifra que, incluso en uso realista, supera los 600-650 sin esfuerzo. Lo más impresionante, sin embargo, es su velocidad de carga: hasta 400 kW en corriente continua. Eso se traduce en recuperar 640 kilómetros en veinte minutos. O lo que es igual: sumar 150 kilómetros en lo que te tomas un café.

BMW no se ha limitado a aumentar la potencia o el tamaño de la batería. Ha trabajado la eficiencia hasta convertirla en el principio de una reconfiguración de su concepto. En pruebas prácticas, el iX3 ha mostrado consumos inferiores a los 15 kWh/100 km, lo que lo sitúa incluso por debajo de modelos más pequeños y mucho menos potentes. Este rendimiento se apoya en un sistema de recuperación capaz de devolver hasta el 20 % de la energía durante el frenado y en una gestión térmica que anticipa las necesidades del sistema.

En cuanto a la dinámica, el nuevo iX3 se desmarca también de su predecesor. En la versión 50 xDrive, con dos motores —uno en cada eje— entrega 462 caballos y 645 Nm de par, lo que le permite acelerar de 0 a 100 en apenas 4,9 segundos y mantener una potencia sostenida de 228 CV durante media hora. Más allá de la cifra, lo que destaca es la armonía con la que el sistema responde. Aquí no hay brusquedad ni transiciones torpes. El reparto vectorial de potencia actúa a la velocidad del rayo, al igual que dirección, suspensiones y control de tracción. Si a eso se le añade una masa contenida de 2.285 kg y un centro de gravedad relativamente bajo, el resultado es un comportamiento que pone en aprietos a más de un SUV térmico de corte deportivo.

En la parte trasera, el maletero ofrece entre 520 y 1.750 litros si se abaten los asientos posteriores, con un práctico espacio delantero de 58 litros. El techo admite hasta 75 kg de carga. En las plazas traseras, el confort se ha incrementado con respaldos regulables, climatización independiente y abundante conectividad: hasta cuatro puertos USB-C por asiento.

Más automatismos y cesión del volante

El conductor puede ceder el volante más que nunca. El Parking Pilot memoriza trayectorias y repite maniobras automáticamente. En autopista, el Nivel 2 Plus permite mantener carril, distancia y velocidad sin intervención, y, si uno se aleja del vehículo, puede controlarlo desde el móvil para entrar o salir de garajes estrechos.

El nuevo iX3 saldrá de la planta húngara de Debrecen y llegará al mercado en otoño, con entregas previstas antes de que termine 2025. La gama parte de unos 67.000 euros, pero las versiones más completas, con tracción total y el paquete Impressive o M Sport, rozarán los 100.000. Una cifra que se justifica por una propuesta integral que no encuentra rival directo: autonomía real, eficiencia elevada, carga ultrarrápida y un habitáculo que parece sacado de un concept car.

Más que un nuevo coche, este iX3 representa un punto de inflexión. Si los eléctricos debían demostrar que podían ser mejores que los térmicos, aquí tienen su prueba. Y si los híbridos enchufables parecían una solución de compromiso, lo que propone BMW los deja sin argumento.

El futuro de la marca es un SUV que acelera en menos de cinco segundos, recarga su batería como un cohete y proyecta la información sobre el cristal. Con este coche empieza otra historia; es la siguiente reinvención de una marca acostumbrada al cambio. La industria europea parece despertar.

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