Nissan presenta el nuevo LEAF con 622 kilómetros de autonomía eléctrica
El LEAF rompió moldes hace casi 15 años y vuelve con una magnífica tercera generación

El nuevo Nissan LEAF.
Se adelantó a su tiempo. Llegó demasiado pronto, con una tecnología muy verde, con prestaciones limitadas y en un mercado inmaduro. Han pasado catorce años, y el primer eléctrico que saltó el muro ha cambiado de arriba abajo. El Nissan LEAF 2026 es otra cosa, algo muy diferente, que levanta la voz.
En 2011, la firma japonesa se atrevió a romper las reglas. El primer eléctrico de una marca generalista y de volumen que carecía de depósito de combustible. El LEAF primigenio nació con una batería de 24 kilovatios hora, 175 kilómetros de autonomía y la intención de abrir el camino de la movilidad eléctrica. Casi década y media después, el coche que encendió aquella chispa regresa en su tercera generación. Ahora es mucho más maduro, está mejor adaptado a las necesidades del mercado actual, pero no ha perdido ese espíritu pionero que lo convirtió en una referencia.
Con más de 700.000 unidades vendidas, el LEAF nunca fue el más rápido, ni el más potente, ni el más espectacular. Pero siempre ha estado ahí: constante, eficiente, fiable. Ahora la competencia se multiplica y los eléctricos ya no son promesa, sino exigencia. Para estar a la altura, Nissan responde con un modelo que no busca ser la estrella del espectáculo, sino la herramienta perfecta para quienes quieren dar el paso al eléctrico sin sobresaltos, con un coche cargado de sensatez.
La firma se despide del compacto de formas suaves y cierto aire utilitario y adquiere las formas de un crossover compacto. Con una presencia visual notable, especial incidencia en su frontal, adopta una firma lumínica afilada, un logotipo retroiluminado y una parrilla simulada. El trabajo de aerodinámica ha sido superlativo. Cuenta con un coeficiente de resistencia de solo 0,25, digno de berlinas prémium, conseguido mediante líneas fluidas, tiradores enrasados, superficies limpias y un techo que huye de quiebros estéticos para entregarse a la lógica del viento. Hasta las llantas, de 18 o 19 pulgadas según versión, combinan estilo con la eficiencia que dicta Eolo.
De acuerdo con sus proporciones, se mueve en la media de su segmento: 4,35 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,55 de alto, con una distancia entre ejes de 2,69 metros. Estas cotas se traducen en un habitáculo generoso y un maletero que ofrece 437 litros de capacidad. Las formas son limpias, la visibilidad es buena y el techo de cristal regulable por mecanismo eléctrico no solo aporta luz, sino también esa sensación de calidad que muchos clientes buscan al sentarse dentro de un coche eléctrico moderno.
El habitáculo es uno de los grandes aciertos de este nuevo LEAF. Nissan ha abandonado la sobriedad casi espartana que definía a sus antecesores y se ha lanzado a por un interior muy digital y avanzado, pero sin perder la cabeza. Dos pantallas de 14,3 pulgadas conforman el cuadro de mandos y la consola central, integradas con una claridad de lectura que se agradece.
La colaboración con Google se nota: el sistema operativo es fluido, sencillo y potente. Google Maps, Assistant y Play Store están integrados, y el coche incluye de serie más de setenta aplicaciones para gestionar navegación, entretenimiento, climatización y conectividad. Además, la aplicación NissanConnect Services permite acceder de forma remota al estado del coche, programar la climatización, conocer la carga o planificar rutas desde el teléfono.
Un detalle que sorprende es el heads-up display, discreto y funcional, que proyecta la información esencial sin excesos ni pirotecnia innecesaria. También destaca el control por voz, que comprende con bastante corrección las órdenes dictadas y no requiere una curva de aprendizaje compleja. Todo, desde la iluminación ambiental hasta el audio firmado por Bose, se ha pensado para que el habitáculo resulte acogedor y versátil. Los materiales, en su mayoría reciclados, refuerzan esa sensación de sostenibilidad sin renunciar al tacto agradable ni al diseño atractivo; esto es ya una regla no escrita en casi todos los fabricantes.
El LEAF se mueve sobre la plataforma CMF-EV, que también emplea el Nissan Ariya. Es una base sólida, que aporta un buen asentamiento al conjunto, sin inercias exageradas, con una pisada firme y un control de carrocería que agrada en su compostura. La suspensión, con esquema MacPherson delante y multibrazo detrás, encuentra un muy correcto compromiso entre confort y dinamismo. No es un coche deportivo, pero se defiende con soltura en carreteras reviradas.
Dos versiones, muchos acabados
A nivel mecánico, la gama se articula en torno a dos versiones. La más accesible monta un motor de 174 caballos y una batería de 52 kilovatios hora, mientras que la superior eleva la potencia a 218 caballos y equipa una batería de 75 kilovatios. En ambos casos, el consumo estimado es de solo 13,8 kilovatios hora cada 100 kilómetros, lo que sitúa al LEAF como uno de los eléctricos más eficientes del mercado.
Las cifras de autonomía, aún pendientes de homologación definitiva, apuntan a más de 440 km para la versión de acceso y hasta 622 km para la superior. Una de las claves, además del diseño aerodinámico, está en el trabajo sobre el peso total del coche, que se sitúa entre 1789 y 1937 kilos, relativamente contenido para un modelo de este tipo y tamaño.
La velocidad máxima está limitada a 160 kilómetros por hora, más que suficiente para un uso razonable. Y aunque las cifras de aceleración no sean de infarto –8,6 segundos en la versión de 52 kilovatios, 7,6 en la de 75–, proporciona esa respuesta eléctrica tan adictiva que facilita la vida en ciudad y aporta confianza al adelantar en carretera. Las salidas en las incorporaciones son muy satisfactorias.
Eficiencia silenciosa
La carga es otro de los puntos bien resueltos. Con potencias máximas de 105 kilovatios en la versión básica y 150 en la superior, el LEAF puede recuperar hasta 420 kilómetros de autonomía en solo 30 minutos. Para muchos usuarios eso significa que, con una pausa planificada, se pueden cubrir trayectos largos sin muchas complicaciones. La carga en corriente alterna se realiza a 11 kilovatios, suficiente para el día a día en cualquier vivienda o punto público.
Nissan ha incluido funciones de carga bidireccional. El sistema V2L (vehicle-to-load) permite alimentar pequeños electrodomésticos o herramientas eléctricas con una potencia de hasta 3,6 kilovatios. Y en un futuro cercano, también podrá devolver energía a la red mediante tecnología V2G (vehicle-to-grid). Además de moverse, el LEAF podrá ayudar a equilibrar el sistema eléctrico en horas punta. Algo que, en estos tiempos de transición energética, importa más de lo que parece.
En cuanto a asistencias a la conducción, el nuevo LEAF tampoco se queda atrás. Incorpora todo el arsenal de ayudas modernas: frenado autónomo de emergencia, alerta de tráfico cruzado, monitor de ángulo muerto, mantenimiento de carril, cámara 3D con vista cenital, visión de capó invisible o control adaptativo con función predictiva. También equipa el modo e-Pedal Step, que permite conducir solo con el acelerador, ajustando automáticamente la retención. Además, cuenta con cuatro niveles de frenada regenerativa mediante levas, que permiten desde conducción a vela hasta una retención casi total sin tocar el freno. El conductor elige en cada momento.
La gama se compone de cuatro acabados –Engage, Engage+, Advance y Evolve– disponibles tanto con la batería pequeña como con la grande. Las primeras unidades saldrán de la planta de Sunderland, Reino Unido, a partir de diciembre de 2025, y los concesionarios españoles comenzarán a recibirlas en la primavera de 2026. El precio estimado, incluyendo ayudas públicas, parte desde los 30.000 euros en la versión de 52 kilovatios hora y ronda los 35.000 en la de 75. Todo dependerá, como siempre, de las campañas comerciales y de lo que se mueva el Plan Moves.
Entre tres y diez años de garantía
En cuanto a garantías, Nissan ha querido blindar la compra: tres años para el vehículo completo, cinco para los componentes eléctricos, ocho para la batería y hasta diez con el programa Nissan+, siempre que se cumplan los mantenimientos en la red oficial. No está mal para un eléctrico que pretende acompañar a su conductor durante una década con fiabilidad y sin sorpresas.
El LEAF no es el coche que más titulares va a acaparar, ni el que se colará en los vídeos virales con aceleraciones de superdeportivo. Pero sí es, una vez más, el coche que pone los pies en la tierra. Que devuelve la movilidad eléctrica a donde empezó: al servicio del usuario medio, con un equilibrio difícil de encontrar y una sensatez que se agradece en un mercado cada vez más saturado de fuegos artificiales.
Puede que otros corran más, carguen antes o prometan cifras de escándalo. Pero el LEAF, como en 2011, vuelve a estar justo donde tiene que estar: cumpliendo expectativas con eficiencia, pero muy, muy distinto del LEAF originario, al que casi cuadruplica en autonomía. Menudo salto ha pegado en su tercera generación.