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Honda resucita el Prelude con un sobrio deportivo que ahora es híbrido

La firma nipona recupera una arquitectura casi desaparecida: los cupés de dos puertas

Honda resucita el Prelude con un sobrio deportivo que ahora es híbrido

El nuevo Honda Prelude. | Honda

No se lo creían. En los concesionarios eran escépticos con la llegada del renovado Honda Prelude. La sexta generación del modelo recibió una fuerte respuesta en las redes sociales; no fue del gusto de todos. Sin embargo, los agentes de ventas de la marca en Japón afirman haber vendido ocho veces más de lo previsto.

Y es que hay truco. Las redes sociales y lo relacionado con la comunicación binaria es el reino de los millenials e integrantes de la Generación Z, pero no tanto de los que acumulan ya al menos media docena de trienios en sus empleos. Son esos, los más talluditos, los que han sorprendido a la marca japonesa. Han sido los más interesados en el nuevo modelo de un coche legendario que dejó de fabricarse en 2001.

Los de las generaciones más jóvenes están en los vehículos eléctricos, los patinetes o, directamente, los sincoche. Y lo son por diversos motivos: por desafección ante el automóvil, porque tienen otras prioridades o sencillamente porque no se lo pueden permitir.

Los quejosos digitales exponían su desacuerdo con que fuese denominado Prelude, «cuando no es más que un Civic con esteroides», la ausencia de una caja de cambios manual o lo poco arriesgado de su aspecto. Sin embargo, eso no pareció ser un problema para los alrededor de 2.500 compradores que pasaron por sus dependencias en su país de origen durante los primeros días; lo previsto eran unos más discretos trescientos. Tampoco fue sorpresa que la mayoría de ellos estuviera entre los 50 y 60 años de edad.

Casi todos parecen haber estado esperando el cuarto de siglo que ha pasado hasta que la marca haya resucitado un modelo muy apreciado en su vida anterior. Hace 24 años, aquel cupé que desde 1978 había servido como escaparate tecnológico de la marca desapareció sin hacer ruido. Lo hizo después de cinco generaciones que nunca llegaron a ser superventas, pero que sí dejaron una huella clara en la memoria de quienes disfrutan al volante.

Tras un largo silencio y en un mercado en el que los SUV arrasan con todo, Honda se ha atrevido con lo improbable: revivir un cupé de dos puertas, tracción delantera y espíritu de gran turismo. Y no es una reedición retro ni una recreación nostálgica, sino una reinterpretación contemporánea de un clásico que fue, durante décadas, el laboratorio rodante de Honda.

El Prelude nació como un derivado del Accord, con tracción delantera y un enfoque más lúdico. A lo largo de cinco generaciones evolucionó en diseño, tecnología y comportamiento, siempre fiel a una idea muy japonesa: hacer las cosas bien y sin estridencias. Fue el primer Honda en montar dirección a las cuatro ruedas (1987), el primero en llevar el prestigioso motor VTEC a producción masiva (1989) y uno de los pocos cupés del mercado que ofrecía un comportamiento más preciso que muchos modelos europeos con tracción trasera.

La sexta generación mantiene ese compromiso y lo hace con una carrocería de 4,52 metros de largo, 1,88 metros de ancho y solo 1,41 de alto. Es más bajo que un Civic, más ancho que un Accord y con una distancia entre ejes de 2,60 metros que le permite combinar agilidad y estabilidad con solvencia. La silueta es limpia, con un morro tirando a largo, voladizos cortos y una zaga compacta.

La verdadera novedad es su hibridación: autorrecargable y sin enchufe. Bajo el capó se esconde un motor atmosférico de 2.0 litros con cuatro cilindros en línea y 141 caballos que trabaja en conjunto con dos motores eléctricos. Uno actúa como generador y el otro mueve las ruedas delanteras. En conjunto, el sistema entrega 200 caballos (184 según normativa europea), suficientes para acelerar de 0 a 100 en torno a los 7,5 segundos, aunque Honda aún no ha publicado la cifra oficial. Lo que sí ha confirmado es que el consumo medio se moverá en torno a los 4,7 litros a los cien, lo que arroja unas cifras de eficiencia extraordinarias.

Una caja de cambios muy distinta a todo

Tampoco hay caja de cambios convencional. Lo que hay es una transmisión directa, con el motor eléctrico empujando el eje delantero la mayor parte del tiempo. Solo en autopista, cuando la energía del eléctrico decae, se acopla el motor térmico a las ruedas mediante un embrague mecánico. En la práctica, el Prelude se comporta como un eléctrico silencioso en ciudad, un híbrido brillante en curvas y un gasolina sobrio en autopista. Pero el toque final reside en el sistema S+ Shift, una especie de transmisión virtual que simula ocho marchas.

Al activar este modo de conducción, el cuadro de instrumentos digital de 10,2 pulgadas se transforma en un cuentavueltas tradicional y el conductor puede jugar con las levas para subir o bajar marchas. No hay engranajes, pero sí una lógica de funcionamiento. Incluso reproduce, a través del sistema Active Sound Control, el sonido de un motor subiendo de vueltas. Lo hace bien y uno olvida que está al mando de un híbrido, tildados de ser siempre eficientes, pero tan aburridos como un bocadillo de agua.

Todo adquiere sentido cuando se descubre qué hay en la lógica de su diseño. La suspensión delantera hereda el esquema de doble eje del Civic Type R, con geometría independiente, y detrás, una suspensión multibrazo. Los amortiguadores son adaptativos, gestionados electrónicamente y ajustables mediante los modos de conducción: Comfort, GT, Sport e Individual. Los frenos Brembo de cuatro pistones acabados en azul también proceden del más belicoso Type R, y las llantas de 19 pulgadas con neumáticos 235/40 rellenan con generosidad los pasos de rueda.

Un interior con asientos asimétricos

En el interior, el Prelude es una síntesis bien resuelta de lo mejor de Honda. El salpicadero comparte base con el Civic, pero está revestido en materiales de mayor calidad, con costuras contrastadas, plásticos blandos y detalles específicos. Los asientos delanteros son asimétricos: el del conductor ofrece un apoyo lateral más firme y el del pasajero prioriza la comodidad.

El sistema multimedia de 9 pulgadas funciona sobre la base de Google y ofrece conectividad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto. El sistema de sonido, desarrollado junto a Bose, incorpora ocho altavoces con un subwoofer en el maletero. Todo está donde debe y todo funciona como se espera. Honda sigue siendo Honda.

Su maletero sorprende. Aunque formalmente es un cupé, la zaga se abre con un amplio portón que da acceso a 425 litros de capacidad, ampliables hasta 663 litros con los asientos traseros abatidos. Las plazas traseras, eso sí, son más simbólicas que otra cosa: válidas para niños, adolescentes o adultos resignados. Pero nadie compra un Prelude por su espacio en la segunda fila.

Sorpresa en marcha

Al tomar el volante del nuevo Honda Prelude 2026, lo primero que se percibe es una respuesta quirúrgica, propia de un coche afinado con esmero. La dirección, rápida y precisa, hereda lo mejor del Type R pero con una progresividad más domesticada, ideal para deslizarse en curva. El chasis deja ver una puesta a punto que combina firmeza y elasticidad, con un guiado limpio que invita a confiar. Es, a las claras, un deportivo, pero sin la radicalidad de su hermano el Type R. En modo GT, el Prelude respira serenidad, pero al activar el modo Sport se tensa sin volverse tosco. Las suspensiones absorben sin dramatismos y la dirección transmite de manera directa todo lo que las ruedas tocan en el asfalto.

El sistema S+ Shift emula con bastante acierto una transmisión automática de ocho marchas. Muchos echarán de menos una caja de cambios manual, pero la marca ya ha dejado claro que pueden momificarse esperándola. A cambio, esta solución añade algo de emoción. Las reducciones al frenar se acompañan de un burbujeo sonoro, mientras el sonido amplificado del sistema recuerda a otras épocas. No es un deportivo puro, sino un cupé híbrido que convence más por sensaciones que por cifras. Honda ha logrado que este Prelude se sienta como un coche pensado para quienes disfrutan de conducir, sin renunciar a la lógica de la electrificación.

El precio en España arranca en los 49.500 euros. Una única versión, Advance, bien equipada y sin opciones mecánicas ni acabados intermedios, con entregas en febrero de 2026. En un mercado en el que el Mazda MX-5 ya no es tan asequible, el Toyota GR86 es más radical y el BMW Serie 2 Coupé no puede presumir de hibridación, el Prelude ocupa un espacio difícil de clasificar.

No es el más potente, ni el más barato, ni el más deportivo. Pero sí es, posiblemente, el más completo. Con su equilibrio, su eficiencia, su diseño maduro y su comportamiento preciso, representa una rara avis: un coche para disfrutar de la conducción sin renunciar a la lógica. Apenas quedan cupés de dos puertas, con un buen motor, una dirección precisa y pisada firme. A los que busquen algo parecido, Honda les ha hecho un regalo.

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