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DS N°4, no solo un cambio de nombre para alta costura francesa en formato compacto

La marca francesa muerde a los compactos alemanes con un refinamiento poco habitual

DS N°4, no solo un cambio de nombre para alta costura francesa en formato compacto

El DS Nº4.

Los alemanes marcan el ritmo, pero de vez en cuando aparece alguien que alza la voz con algo distinto y a la altura. Y para hablar de tú a tú a los líderes, no vale cualquier cosa, sino algo muy refinado. Eso es lo que han logrado los galos de DS, herederos de coches revolucionarios, con su Nº4. Un nombre poco habitual para un coche que rompe muchos cánones, tras ajustar el traje a la medida de su predecesor, el DS4 a secas.

La cirugía a la que ha sido sometido este último para convertirse en el DS Nº4 le ha aportado elegancia y sofisticación sin extravagancias. Cambia el nombre, pero no el espíritu. El guiño al perfume francés más célebre de la historia, el Chanel Nº5, tampoco es casual. La marca DS quiere posicionarse como los abanderados franceses del lujo y el diseño, su apuesta es fuerte.

Desde que DS Automobiles se emancipó de Citroën, su desempeño ha sido claro, con una meta visible. Esa no es otra que la de ofrecer coches que no solo compitan con los premium alemanes, pero sin imitarlos y con una personalidad propia. Si el DS7 es su modelo más exitoso, el DS Nº4 es una ambiciosa apuesta para hacerse un hueco entre los compactos de alta gama. La fórmula aplicada no es mostrar músculo o enseñar cifras mareantes, sino algo más escaso y difícil de lograr: distinción.

El cambio más visible respecto al anterior DS 4 se concentra en el frontal. No hay lugar para las medias tintas, con una nueva parrilla que ocupa más espacio, es más plana y se adorna con un entramado negro y detalles cromados. Las líneas evocan más al escaparate de una joyería que a una toma de aire. La firma luminosa, ahora inspirada en el concept DS E-TENSE PERFORMANCE, dibuja una doble uve vertical en los extremos del paragolpes y una línea horizontal que conecta los faros con el logo DS, iluminado en el centro. Si este coche quiere brillar con luz propia, lo logra desde antes de encender el motor.

En proporciones, mantiene los 4,40 metros de longitud, pero la estética cambia. El capó se alarga doce milímetros y toda la estructura busca enfatizar una silueta atlética, con una cintura elevada y líneas bien trabajadas en el paso de rueda. Las llantas, de 19 o 20 pulgadas según versión, subrayan ese carácter distinguido sin perder sobriedad. En la trasera, los nuevos pilotos LED con grabado láser y la inscripción «DS Automobiles» reemplazando al clásico logotipo aportan una estampa de coche de boutique.

Al abrir la puerta, el DS Nº4 confirma lo que promete desde fuera. El habitáculo está bien hecho y también está bien pensado. En función del acabado, los materiales combinan cuero, Alcantara, madera de fresno o tapicerías textiles de alta densidad, según la terminación Pallas o Étoile. El diseño es fluido, sin florituras innecesarias, pero sí detalles que muestran obsesión por la artesanía. Un ejemplo son las costuras punto perla, exclusivas de la marca y propias de la alta relojería.

El salpicadero presenta un cuadro digital de 10,25 pulgadas y una segunda pantalla central con el sistema DS Iris System, que ahora cuenta con control por voz basado en ChatGPT. También puede equiparse el sistema DS Extended Head up Display, que proyecta la información esencial sobre el parabrisas como si flotara a unos metros por delante del coche.

La consola central, revestida con texturas suaves, agrupa los mandos del climatizador, el equipo de audio y las funciones básicas. No hay botones sobrantes, pero tampoco faltan los necesarios. Todo está donde debe estar, y eso es más difícil de lograr que llenar el coche de pantallas. Ni pantallitis, ni exceso de botonería, que en la medianía habita la virtud.

En las plazas delanteras, el DS Nº4 alcanza un nivel de confort que rivaliza incluso con modelos de categorías superiores. Los asientos eléctricos, calefactados, con ventilación y función masaje —según versión— están fabricados con espuma de alta densidad que recoge el cuerpo sin devorarlo. El puesto de conducción es envolvente, con una ergonomía cuidada, y el ambiente interior se acompaña con iluminación ambiental indirecta. No hay espacio para vulgaridades.

Las plazas traseras no son generosas, pero sí suficientes. La distancia entre ejes de 2,67 metros permite una buena cota para las piernas y, aunque la caída del techo penaliza de manera ligera en altura para los más altos, el DS Nº4 se coloca entre los más amplios de su clase. El maletero varía según la versión: 430 litros para el híbrido, 390 para el eléctrico y 360 para el enchufable. Cifras correctas y las habituales en un compacto.

Motorizaciones para todos

Donde el DS Nº4 también marca diferencias es en su oferta mecánica. La gama se construye sobre tres grandes opciones, todas electrificadas. La primera es el híbrido ligero, con un motor de gasolina de 1,2 litros y 145 caballos, apoyado por una batería de 48 voltios. Con etiqueta ECO y un consumo que bordea los 5,2 litros, es la versión más equilibrada. Perfecta para quienes quieren un coche con bajos costes de uso, sin complicaciones y acceso ilimitado en ciudad.

El híbrido enchufable, por su parte, combina un motor 1.6 turbo de 180 caballos con un propulsor eléctrico de 125 caballos, para una potencia conjunta de 225. Su batería de 14,6 kWh permite recorrer hasta 81 kilómetros en modo 100 % eléctrico, más que suficiente para el uso diario del europeo medio. En carretera, ofrece un comportamiento suave, con una aceleración de 0 a 100 en 7,1 segundos y un consumo que puede bajar de los 3 litros si se recarga con frecuencia.

Y luego está la joya de la corona, y apunta por donde van los tiros industriales del fabricante: el E-TENSE 100 % eléctrico, con 213 caballos y 343 Nm de par. Su batería de 58,3 kWh promete hasta 450 kilómetros de autonomía y admite carga rápida hasta 120 kW, lo que permite recuperar 100 kilómetros en 11 minutos. Incluye funciones como preacondicionamiento térmico, planificación de rutas con paradas de carga y función V2L, que permite alimentar dispositivos externos.

El diesel sigue vivo

Pese al enfoque multienergía, DS no olvida al usuario de flota o al viajero empedernido. En 2026 volverá a la gama un diésel 1.5 de 130 caballos con cambio automático de ocho relaciones, ideal para quienes todavía hacen del gasóleo una herramienta diaria. En viajes largos, seguirá siendo imbatible en consumo.

El DS Nº4 arranca en los 37.000 euros en su versión híbrida y llega hasta los 51.900 euros si optamos por el híbrido enchufable Étoile con tapicería Nappa. Será caro o barato dependiendo de con qué se le compare. Frente a un Audi A3, un Mercedes Clase A o un BMW Serie 1 bien equipados, el DS Nº4 se mueve en cifras similares, pero ofrece más carácter, más equipamiento y un planteamiento más audaz.

Puede que no tenga el pedigrí germano, pero el DS marca la diferencia en la posibilidad de personalizar acabados, colores, interiores y planes de financiación. Durante su lanzamiento existen unidades especiales muy equipadas desde 199 euros al mes y otras que permiten cambiar de modelo tras 36 meses si se desea, algo que refuerza la idea de que el lujo puede adaptarse a la vida real.

La alternativa gala

El DS Nº4 no es solo un coche bonito, ni solo un coche práctico. Es un coche con ambición, y eso se nota en cada detalle. No pretende arrebatar la clientela a los alemanes a golpe de músculo, sino desde la elegancia, desde la forma de entender el lujo como experiencia. Y esa ambición, en un mercado cada vez más uniforme, es algo que merece celebrarse.

En un tiempo donde muchos coches se parecen de manera creciente, el DS Nº4 aparece como algo distinto. Puede que no sea el más vendido, pero sí será el más distinto al resto de la concurrencia.

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