Ebro s900: 425 caballos, siete plazas y un directo a la mandíbula de los SUV prémium
El más grande de la gama se le sube a las barbas a coches de casi el doble de precio

Ebro s900.
Ambición. Esa es la palabra que puede definir a la nueva Ebro. Porque, si los modelos que han presentado hasta ahora han entrado a saltos en el mercado, el buque insignia va un poco más allá y lo que quiere es comerles la tostada a las marcas establecidas con una opción rayana en lo prémium: el s900.
El hermano mayor de la marca con nombre de río es un SUV de casi cinco metros cargado de tecnología y con siete plazas. Nace como una versión más refinada y poderosa del s800, al que no solo supera en tamaño, sino también en ambición tecnológica y diseño. El S900 es primo hermano del Exeed RX chino, también conocido como Omoda 9. Aunque el bloque principal llega de Oriente, el ensamblaje se realiza en suelo europeo, en concreto en la que fue la fábrica Nissan de Barcelona.
A nivel estético, su diseño evita el mimetismo con las marcas europeas. Adopta un cierto sello personal, aunque, si se echa un vistazo al catálogo, cuesta cierto trabajo distinguir modelos casi clónicos en los que solo cambia el tamaño. Tiene una parrilla frontal con formas diamantadas que no se disimula en absoluto, una zaga alargada con una franja lumínica horizontal muy marcada y unas proporciones que, de perfil, lo acercan más a una nave familiar estilizada que a un todoterreno al uso.
Mide 4,81 metros de largo, casi dos de ancho y 1,74 de alto; sin duda, cifras de SUV grande. Llantas a elegir de 19 o 20 pulgadas, tiradores escamoteables y pintura mate de lanzamiento sin sobrecoste. Se acompaña de detalles que buscan agradar y marcar territorio, como el bonito cubrebuje que homenajea a las antiguas tuercas centrales de competición.
Pero donde el s900 realmente quiere marcar territorio es en su interior. El salto respecto al resto de la gama Ebro se hace evidente desde que se abre la puerta. El ambiente ya no es solo práctico, ahora es abiertamente lujoso. Se percibe en el tacto de los materiales, la consola flotante de la zona central y la iluminación ambiental de 64 colores, que puede cambiar con el estado de ánimo o el ritmo de la música.
Los asientos delanteros ofrecen masaje, calefacción, ventilación e, integrados en los reposacabezas, hasta altavoces firmados por Sony. El copiloto dispone de un reposapiés extensible, digno de la clase ejecutiva de compañías aéreas. En la segunda fila, con ajuste eléctrico, también hay calefacción y ventilación en los asientos. Un verdadero salón rodante.
Pantallas no faltan; hay dos: una central de 15,6 pulgadas y otra de 10,25 para la instrumentación. Las acompaña un heads-up display de 8,8 pulgadas proyectado sobre el parabrisas que no desentonaría en una berlina de las de seis cifras. Todo ello va conectado a un sistema operativo propio, con reconocimiento de voz, conectividad total con Apple CarPlay y Android Auto, y actualizaciones OTA (over the air, inalámbricas). La sensación de sofisticación no se diluye en el uso diario: los mandos tienen respuesta física, los botones esenciales están bien situados y todo transmite esa estrafalaria mezcla de novedad con una lógica poco frecuente.
El espacio disponible también llama la atención. Se trata de un SUV de siete plazas reales, nada de zulos para canijos. La tercera fila, accesible mediante un sistema eléctrico, es adecuada para niños o adultos en trayectos breves. Pero lo interesante está en la modularidad: con las siete plazas desplegadas, el maletero ofrece 148 litros; si se reduce a cinco, alcanza hasta 900. Abatidas todas, se superan unos delirantes 2.200 litros capaces de cargar medio Ikea, datos que lo colocan a la altura de monovolúmenes.
Un dato llamativo: se puede montar una cama de 2,2 metros dentro del coche. Puede sonar a excentricidad, pero el mercado chino lo exige y, en Europa, más de uno lo agradecerá tras una jornada festivalera, una excursión con niños o, por qué no, una escapada campestre low cost bajo las estrellas.
Única versión
En cuanto a la mecánica, el s900 llega con una única configuración que lo dice todo: híbrido enchufable, con tracción total y nada menos que 425 caballos. Toda esa potencia se logra al sumar un motor térmico de gasolina —un 1.5 turbo de 143 caballos— con tres motores eléctricos: uno de 122 CV en el eje delantero, otro de 238 en el trasero y un tercero que actúa como generador. La batería de 34,5 kWh (kilovatios-hora) permite una autonomía en modo eléctrico de hasta 140 kilómetros, según el ciclo WLTP, muy por encima de la media del segmento y suficiente para que la etiqueta Cero de la DGT no sea una mera estampita.
El sistema admite muchos modos de funcionamiento: en serie, en paralelo, solo eléctrico, solo térmico, tracción delantera, trasera o integral. El conductor puede elegir si prioriza la eficiencia o el empuje, si quiere recuperar batería en marcha o reservarla para la ciudad. No es solo potencia: es inteligencia y flexibilidad aplicada al movimiento. La aceleración de 0 a 100 se sitúa en 5,8 segundos, mientras que la velocidad máxima se limita a 180 por hora. Todo ello con un consumo medio que ronda los 6,9 litros cada 100 kilómetros una vez agotada la batería. Un dato más que digno para un coche que roza los 2.300 kilos.
En el capítulo de recarga, admite corriente continua de hasta 71 kW, lo que permite recuperar del 30 al 80% de la batería en 25 minutos. En carga alterna, con 6,6 kW, necesita unas tres horas. Incluye también el sistema V2L de carga inversa, que permite alimentar aparatos eléctricos externos. Un extra que puede parecer anecdótico, pero que cada vez más usuarios valoran como parte del ecosistema energético doméstico o en escapadas lejos de la red eléctrica.
Precio contenido
El s900 arranca en 53.999 euros sin descuentos. Pero, con financiación y si se activan las ayudas del Plan Moves, puede quedarse en 38.990 euros. Esto significa que un SUV híbrido enchufable de siete plazas, con 425 caballos y tracción total, puede costar menos que un compacto medio con etiqueta Eco. Hay truco, claro: hay que financiar con la marca, acogerse a condiciones y esperar que no se agoten las subvenciones.
La competencia directa no es floja. Están el Kia Sorento PHEV, el Hyundai Santa Fe enchufable o el Peugeot 5008 híbrido. Pero ninguno de ellos ofrece una combinación tan agresiva de prestaciones, autonomía eléctrica y precio. En este terreno, el s900 se presenta como un auténtico lobo con piel de ejecutivo. El desafío estará en demostrar que también sabe moverse con soltura cuando el asfalto se arruga y las curvas se encadenan.
Porque, más allá del envoltorio, el éxito de este Ebro se jugará en la experiencia diaria: en cómo responde la dirección en carretera secundaria, en cómo filtra la suspensión los resaltos urbanos, en si su compleja electrónica no empieza a dar sustos con el paso del tiempo. El coche pinta bien, pero ahora le toca demostrar que también aguanta.
Una rara avis hecha aquí
De momento, lo que ya se puede afirmar sin rodeos es que el s900 llega con argumentos sólidos, un envoltorio atractivo y una hoja de datos que impone algo más que respeto. Si hace una década alguien hubiera dicho que una marca española ofrecería un SUV de 425 caballos, con siete plazas y autonomía eléctrica real por menos de 40.000 euros, lo habríamos tomado por loco.
Hoy ese coche existe, se llama Ebro s900 y, aunque no lleve un logo alemán, viene con ganas de hacerse hueco en muchas plazas de garaje españolas. Al menos, hasta que la batería aguante.
