Muere Isabelle Dinoire, la mujer que se sometió al primer transplante de cara de la historia
Dinoire fue operada por el doctor Jean-Michel Dubernard, el primero en trasplantar una mano en 1998 y el primero en llevar a cabo un doble injerto de manos y antebrazos en 2000. El histórico transplante facial se realizó en 2005, con le objetivo de paliar las consecuencias de las mordeduras de perro que le desfiguraron la cara. Sin embargo, en los últimos años su organismo había empezado a rechazar los implantes. El pasado invierno Isabelle Dinoire enfermó después de que su cuerpo rechazara el nuevo injerto de piel, lo que le hizo perder el uso parcial de sus labios. A pesar del éxito de la operación, los expertos indican que resulta muy difícil evitar el rechazo del transplante, y los medicamentos que los pacientes sometidos a transplantes deben tomar para evitar que sus cuerpos rechacen los nuevos órganos pueden causar otras enfermedades y efectos secundarios graves.
Isabelle Dinoire, la mujer francesa sometida en 2005 al primer transplante de cara del mundo, murió el pasado 22 de abril a los 49 años de edad, casi 11 años desde que se realizó la histórica operación. Su fallecimiento acaba de ser anunciado este martes por el hospital CHU en Amiens porque hasta ahora su familia quería que su muerte se mantuviese en el ámbito privado.
Dinoire fue operada por el doctor Jean-Michel Dubernard, el primero en trasplantar una mano en 1998 y el primero en llevar a cabo un doble injerto de manos y antebrazos en 2000. El histórico transplante facial se realizó en 2005, con le objetivo de paliar las consecuencias de las mordeduras de perro que le desfiguraron la cara. Sin embargo, en los últimos años su organismo había empezado a rechazar los implantes. El pasado invierno Isabelle Dinoire enfermó después de que su cuerpo rechazara el nuevo injerto de piel, lo que le hizo perder el uso parcial de sus labios. A pesar del éxito de la operación, los expertos indican que resulta muy difícil evitar el rechazo del transplante, y los medicamentos que los pacientes sometidos a transplantes deben tomar para evitar que sus cuerpos rechacen los nuevos órganos pueden causar otras enfermedades y efectos secundarios graves.