Los niños atrapados en la cueva de Tailandia envían cartas a sus familias para transmitirles que "están bien"
Los doce niños y su monitor atrapados en una cueva en el norte de Tailandia desde hace dos semanas han podido enviar cartas a sus familiar para transmitirles que se encuentran bien. Los cuerpos de élite de la marina han publicado las cartas a través de Facebook tras haberlas trasladado fuera de la cueva.
Los doce niños y su monitor atrapados en una cueva en el norte de Tailandia desde hace dos semanas han podido enviar cartas a sus familias para transmitirles que se encuentran bien. Los cuerpos de élite de la marina han publicado las cartas a través de Facebook tras haberlas trasladado fuera de la cueva.
“No os preocupéis por mí, os echo de menos a todos, os quiero. Yo estoy bien aquí, mis hermanos los marines me están cuidando”, escribe Mik, uno de los niños.
“Estoy bien, solo un poco de frío, pero no os preocupéis por mí. No os olvidéis de mi fiesta de cumpleaños”, dice Night, que cumplió años dentro de la cueva. “Mamá, papá, os quiero, y a mi hermano pequeño también. Si salgo, por favor llevadme a una barbacoa”, añade el niño.
El entrenador del equipo también ha enviado una carta desde la cueva. “Todos los niños están bien, el equipo de rescate nos está cuidando. Prometo que yo también cuidaré de los niños lo mejor que pueda. Gracias por el apoyo y por favor aceptad mis disculpas”, escribe en su carta Ekapol Chanthawong.
El grupo fue encontrado el lunes en una isla de terreno seco cuatro kilómetros adentro de la cueva, tras nueve días de intensa búsqueda en la que participaron más de 1.300 personas. Los niños y su entrenador están siendo atendidos en la gruta por una decena de militares, entre ellos un médico y un psicólogo.
Ahora, gracias a la ingesta de complementos vitamínicos, recuperan poco a poco las fuerzas para prepararse para la salida de la cueva.
Las autoridades barajan dos opciones para la salida del grupo: bucear a través de los pasadizos inundados o encontrar un hueco en la montaña por donde sacarlos con la ayuda de un helicóptero.
Para ello, los niños y su monitor han comenzado un entrenamiento intensivo para aprender a bucear, una opción de elevado riesgo, pero que según los expertos sigue siendo la más probable.
Mientras tanto efectivos militares rastrean el terreno de la montaña en busca de una fisura o chimenea que acceda a la zona donde se encuentran los niños.
Este jueves, un buzo de 38 años, antiguo miembro de la marina tailandesa, murió cuando se encontraba buceando tras completar una misión de abastecimiento.
El fallecimiento del experimentado buceador sirve de ejemplo, según las autoridades, sobre la dificultad de las tareas de salvamento a las que se enfrentan los equipos, informa Efe.