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Opinión

Elena Sánchez, la elegida de Sánchez para hablar de Sánchez

«Con una RTVE dirigida, el presidente cree que hay tiempo para expandir un mensaje controlado favorable a las políticas sociales del Gobierno»

Elena Sánchez, la elegida de Sánchez para hablar de Sánchez

En apenas unos días el Gobierno de Sánchez ha demostrado claramente con sus acciones y medidas la preocupación que tiene por los sondeos electorales públicos y el pánico, disimulado, por los sondeos electorales no tan públicos. En ocho meses hay elecciones autonómicas y municipales y las señales que llegan a los barones y candidatos socialistas son de alerta roja por un tsunami que puede barrer a muchos. Para evitarlo, Sánchez cree que es suficiente con consolidar la izquierda y demás crecer hacia su izquierda con dos medios: dinero y televisión.

Es consciente de que sus amistades con los independentistas de ERC y Bildu le van a pasar factura desde ese centro político cada día más alejado de él. Quizás por eso mantiene y aumenta el giro a la izquierda. Consolida posiciones con todo tipo de medidas sociales que parecen dirigidas a dispersar esa neblina electoral que se vislumbra a la izquierda de la izquierda. Unidas Podemos, Izquierda Unida y otras marcas nacionalistas siguen sin saber qué hacer con Sumar, la sombra de Yolanda Díaz que, de momento, solo sigue siendo una sombra electoral. Y eso que busca permanentemente la luz. La vicepresidenta es la única que compite con Sánchez a la hora de matar por una buena foto electoral. Prueba de ello es la insistencia en la foto de los dos juntos en el Palacio de la Moncloa, rematando una noche de negociaciones de presupuestos generales. Los dos necesitan y quieren esa foto. Sánchez para decir que estos presupuestos, los más sociales de la historia, son los terceros y son obra suya y Díaz para decir que si lo son es porque ella lo ha luchado.

En todo caso, dinero tienen. Los fondos europeos van a ser una cascada con la que quieren mojar toda España. El mayor gasto de la historia, con las pensiones equiparándose a un IPC cercano a los dos dígitos y con ofertas a los funcionarios de casi diez puntos en tres años. Unos presupuestos totalmente desequilibrados en el que el incremento de gastos, aunque aumenten los ingresos fiscales, va a provocar un déficit que algunos expertos económicos avisan de que se irá muy por encima de los cuatro puntos. Y eso implica mayor deuda para pagarlo en unos tiempos en los que el dinero sube. Propuestas muy aplaudibles por su carácter social pero que de una manera obsesiva olvidan de nuevo a esa clase media que Sánchez debe de considerar perdida electoralmente. Ni un guiño al centro político, ni un euro a la clase media. Y eso que la expresión «clase media trabajadora» intenta abducir la idea de que tanto estos presupuestos generales como los recortes fiscales anunciados hace unos días incluyen a esa clase media. Pero la realidad es que los olvida, los obvia o los ignora.

Con una RTVE dirigida, Sánchez cree que, en estos ocho meses de aquí a las elecciones, hay tiempo para poder hacer frente a esas críticas y expandir un mensaje controlado favorable a las políticas sociales del Gobierno. Podíamos pensar, hasta hoy, que Sánchez respetaría la pluralidad y los mecanismos de elección de su presidente. Pero otra vez, y van demasiadas, vuelve a apropiarse del pensamiento de Unidas Podemos. Fue Pablo Iglesias el que pidió siempre un telediario para controlar el país. Sánchez no lo ha dicho, pero lo ha hecho. 

«A RTVE entre todos la mataron y ella sola se va a morir si los políticos siguen creyendo que la información política va dirigida y al peso»

La patada al anterior presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, obligado a dimitir, ha venido acompañada de la patada alevosa que le ha dado al concepto de televisión pública al aprobar el Consejo de Ministros este martes una modificación de los estatutos sociales de RTVE para dotar a la nueva presidenta interina de la corporación de más poderes para desempeñar su cargo. Fuentes del Gobierno parece que han intentado justificar este golpe institucional con la necesidad de facilitar la gestión para que Elena Sánchez no se vea «con las manos atadas» hasta que el Parlamento elija a un nuevo presidente de RTVE tras la dimisión de Tornero.

Así las cosas, Elena Sánchez ha sido la elegida por Sánchez para emitir el mensaje del propio Sánchez. Pero estas cosas no funcionan así. La prueba es que desde tiempos de UCD todos han pensado lo mismo y todos han perdido elecciones. Y eso que en aquellos años RTVE era una gran fortaleza informativa. Ahora, a pesar de los magníficos profesionales que tiene, la que fuera fortaleza informativa presenta unas audiencias mínimas. A RTVE entre todos la mataron y ella sola se va a morir si los políticos siguen creyendo que la información política va dirigida y al peso. 

Y ojo. Lo que han hecho con RTVE es lo que están deseando hacer ya con el CGPJ. Control total. Y el riesgo es el mismo, una justicia dirigida y al peso.

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