Mira Jorge Javier: eres libre hasta para ser un hortera
«¡Ay Jorge! Alguien que ama la libertad no cataloga de ‘difícil’ la oportunidad de elegir y de cambiar, sino todo lo contrario, lo celebra como Mario y Alaska»
Este es el artículo que más me va a costar escribir por lo poco que ha significado en mi vida su protagonista: Jorge Javier Vázquez. Para que os hagáis una idea, hasta el día de hoy jamás me había castigado leyendo algo firmado por este «escritor, presentador, actor y productor teatral». Y quizá podría haber invertido mejor mi tiempo aprendiendo a hacer bizcocho de limón pero, tal y como se están desarrollando los acontecimientos, el artículo estaba al caer.
Así que, para qué dilatarlo más.
Estuvo Mario Vaquerizo en un programa con un nombre muy cursi presentado por Paz Padilla y dijo: «Mi familia ha vivido una dictadura y yo ahora me siento identificado. No puedes decir lo que piensas. Se supone que habíamos avanzado mucho». Vaya. ¿Crees que no podemos decir lo que pensamos? Entonces parece que estás leyendo demasiado el blog censor de Jorge Javier Vázquez, un ser cuya única virtud conocida es «vomitar falsedades con la misma facilidad que se dictan los números del euromillón». Las comillas son porque la descripción perfecta de «JorgeJa» no es mía, son las palabras que en el mismo ‘post’ utiliza el de Badalona para referirse a Federico Jiménez Losantos, al que el gurú de la libertad de expresión utiliza para atacar a Alaska. Porque Jorge Javier no solo te dice de qué hablar, también te elige el interlocutor.
«Jorge Javier, quizás la gente esté empezando a cansarse de tus constantes salidas de patas de banco»
Al presentador que convive con un burro le duele ver a Alaska metida en círculos con personas, tanto que lo define como un «desencanto».
Jorge Javier, quizás la gente esté empezando a cansarse de tus constantes salidas de patas de banco. Porque quizás, esa gente que inexplicablemente lleva jaleándote incondicionalmente desde hace muchos años están hartos de que compadrees de una manera tan descarada con representantes de los partidos políticos que están en contra de las libertades que tengan que ver con cualquier ser humano sin lobby.
Mira Jorge: me da vergüenza ajena verte comiéndote a besos con unos señores que han liberado violadores y asesinos mientras nos matan de hambre a oscuras con facturas y cestas de la compra impagables. Esto a ti seguro que te da igual, cositas de pobres o de mujeres… pero piensa al menos en «Fortunato», tu burro, al que tanto quieres y que seguro que no está contento con la despenalización de la zoofilia, patrocinada también por tus amigos con escaño.
Desengañemonos, Jorge. No se puede estar a todo. A casi todo sí, pero defendiendo la libertad de expresión y al mismo tiempo diciéndole a alguien lo que puede o no puede decir y a quién puede decírselo, no. Ni debes, ni puedes permitírtelo, si no consulta tus audiencias. Y si esto está a punto de parecerse a una dictadura es porque el señor presidente y sus compañeros promueven una moral inspirada en Cuba o Venezuela.
Dice Jorge Javier: «Esta Alaska no tiene nada que ver con la Alaska que yo amé», esta clase de reproches es algo muy de fan enfermizo. Sin ir más lejos, yo tenía un compañero de trabajo que decía ser amigo íntimo de Mario y Alaska, un día en un evento me encontré con ellos y les pregunté por este supuesto amigo en común. Ni Alaska, ni Mario sabían quién era mi compañero de trabajo. Creer que Alaska tiene que pensar para agradar a Jorge Javier es como pensar que Alaska y Mario tienen la obligación de ser amigos de mi compañero fantasioso. Y esto mi querido ‘George’ no es como has querido hacerles creer a tus lectores, fomentar la involución, ni despreciar la diversidad.
«Se acercan elecciones. Tiempos difíciles» ¡Ay Jorge! Alguien que ama la libertad no cataloga de «difícil» la oportunidad de elegir y de cambiar, sino todo lo contrario, lo celebra como Mario y Alaska a los que atacas también por vivir bien, mientras escribes en tu blog desde tu mansión de 700 metros cuadrados en una de las mejores zonas de Madrid con piscina, gimnasio y baños decorados con estilo árabe. De los baños no voy a hablar, porque a diferencia de ti me gusta la libertad y creo que debes de ser libre incluso para ser un hortera.