El PP encuentra candidatos en el cine porno gay

Mientras en Estados Unidos una actriz porno, Stormy Daniels, pone en jaque la política nacional por su relación con Donald Trump, en España convertimos a las estrellas X en candidatos para las próximas elecciones. Somos muy modernos, la verdad. A Trump no se le juzga por echar una cana de pago al aire, se le juzga por el supuestamente delictivo proceso de compra de un silencio que ha saltado por los aires. Ahora sabemos que al ex presidente le daba morbo que le azotaran el trasero con una revista que lucía su cara en portada. Ponía su culito en pompa y se dejaba hacer. No vamos a juzgar los morbos del personal, pero hay algo de narcisismo enfermizo que un especialista nos podría explicar algún día. A Trump también parecen gustarle mucho las inquilinas de las casas de lucecitas: recordemos aquel episodio de la lluvia dorada en un hotel de Moscú del que, al parecer, hay testimonios por obra y gracia del KGB. De nuevo, un morbo turbio: se dice que Trump pidió que le regaran de arriba abajo en la misma cama donde durmió Obama antes que él. La serie ‘The good fight’ no se cortó un pelo y metió ese húmedo follón en una trama en la que citaban sin cortarse un pelo al presidente, que no puso demanda alguna a pesar de las barbaridades con las que jugaba la ficción. Y si no hay demanda, es el que río amarillo suena.

Mientras, en España, un actor porno se convierte en fichaje del PP al Ayuntamiento de Carcerén, en Albacete. Actualmente, Antonio Moreno trabaja como bombero forestal, pero su manguera se hizo muy popular entre el público gay gracias a su etapa como actor porno. Su nombre artístico, Héctor de Silva, un ‘daddy’ atractivo, versátil, bien dotado para su trabajo. En sus películas solía ir vestido de traje, en plan ejecutivo vicioso. Su cuenta sigue activa en Twitter, donde aparecen vídeos explícitos que no sabemos cómo influirán en el voto del electorado. En cuanto a las fotos, nunca un candidato había lucido tan bien unos gayumbos. Al menos se ve que es un hombre muy apasionado y entregado a su trabajo, algo que se agradece. De hecho, cualquiera que pase por la zona puede encontrarle conectado en Grindr con su foto de cara en el perfil. Vamos, que no se esconde. Y eso es lo mejor: el candidato lo vive con naturalidad, asume su pasado, del que no reniega, reconoce que en el pueblo lo sabía todo el mundo -la de poluciones nocturnas que habrá causado en La Mancha: nunca el nombre de una comunidad había encajado tan bien en el espíritu de un alcaldable- y le asegura una campaña electoral con impacto. Antonio / Héctor ha demostrado que sabe dar y recibir, y de lo lindo, una versatilidad que juega a su favor.

Este es un claro avance por parte del partido conservador, que en 2015 contó con Juan Marín como apoderado voluntario en las elecciones catalanas del 27-S. Dos años más tarde, el tipo se colgaría la misma credencial, esta vez sin el visto bueno del partido, para las elecciones del 21-D. Juan Marín había hecho sus pinitos en el cine X, donde debutó con ‘Sancho Pajas’, una versión quijotesca de corte genital. Quedan testimonios de sus peripecias a cuatro patas en distintas webs de cine para adultos con escaso criterio. Pero eso era lo de menos, lo realmente llamativo es que Juan Marín era miembro de Democracia Nacional, simpatizante nazi y, ¡Oh, sorpresa!, muy dado a las amenazas y las agresiones violentas.

El PP ha dado un salto de gigante.

P.D. Sobre lo de Ana Obregón

Menos mal que THE OBJECTIVE es un medio digital. Si fuera papel, llevaría todo el día masticando y tragándome las palabras de la columna de la semana pasada. Que Ana Obregón ya no buscaba publicidad. Jaja, ¡qué ingenuo! Lo reconozco, me la ha metido doblada: basta con ver ese inquietante posado con su hija-nieta en el ¡Hola! Que si lo de la inseminación con el material genético de su hijo era un delirio conspiranoico de las redes… Bueno, no solo eso, ahora amenaza con montar una familia numerosa con el semen criogenizado de su hijo. El culebrón de la mater dolorosa ha dado paso a un inquietante episodio de ‘Black Mirror’ que abre todo un debate ético que puede pasarle factura a la actriz y presentadora. ¿Qué será lo siguiente? Da miedo pensar qué demonios puede inventarse para la próxima portada.

Todos contra Ana Obregón

Antonio Albert