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Opinión

Telecirco de los horrores

«El Gobierno y La Liga están jugando con una cosa muy seria como el racismo, que en España, afortunadamente, no existe»

Telecirco de los horrores

El jugador del Madrid Vinicius Júnior. | Europa Press

No sé si tengo más ganas de que acabe la campaña electoral que cada día nos deja una nueva vergüenza firmada por los candidatos, o el circo que se ha generado en torno a Vinicius. Ahora el Gobierno y la Liga de fútbol tratan de tapar sus respectivas vergüenzas —unos los pactos con ETA y el fraude electoral en Melilla, otros las trampas que le dieron campeonatos injustos vía compra de árbitros al Barcelona— usando a un chico negro. Y muchos, demasiados, caen. Jugando con una cosa muy seria como el racismo, que en España, afortunadamente, no existe. 

Menos mal que siempre nos quedarán algunos personajes que nos hacen desviar nuestra atención de atrocidades como Reyes Maroto haciendo una cosa a medio camino entre el aeróbic y una capoeira menopáusica. ¿Es que la gente ya no tiene hijos que la machaquen cuando hace el ridículo? Empezando por nuestra Tamara Falcó, que está hasta en la sopa con su no vestido, el viaje a Nueva York para que le hagan otro en Carolina Herrera, y que el día que no aparece protagonizando titulares por su boda, te sale en un banner mientras intentas leer la web de ¡Hola! anunciando un esmalte de uñas vegano. ¿Pudiera llegar el día en que me canse yo de la hija de Isabel Preysler? Empiezo a pensar que sí. Hasta Isabel se ha debido de dar cuenta de la sobrexposición de Tamara y ha fichado por Disney para protagonizar un reality con el que hacer sombra al de la Marquesa de Griñón en Netflix. Lo que no haga una madre…

Otra gente que me ha tenido bastante entretenida esta semana son el arquitecto Joaquín Torres y un señor de nombre Raúl Prieto del que yo no tenía ni noticia hasta ahora que es su nuevo marido. Se han casado por el rito Sálvame —o Viva la Vida, que es lo que dirige Raúl— con invitados a la altura y vestidos para la ocasión. El dress code de la preboda debía ser algo así como «ave del paraíso», porque había muchas señoras —Terelu y Belén Esteban a la cabeza— vestidas con unas lentejuelas de colorinchis y unas plumas que no se sabía muy bien si eran dodos o cabareteras del Oeste. 

«Hay muchas mujeres que a partir de una cierta edad se ven mayores para ir con melenas de telenovela y empiezan a hacerse tupés gallináceos»

Los trajes de la boda, desgraciadamente, no fueron mucho mejores. Como la cosa tenía un toque ornitólogo, Rociíto ya no solo iba vestida, sino también peinada de pájaro carpintero. Hay muchas mujeres que a partir de una cierta edad se ven mayores para ir con melenas de protagonista de telenovela pero no encuentran su largo ideal y empiezan a hacerse tupés gallináceos. Del pelo corto de Naty Abascal a parecer un papagayo hay una delgada línea que algunas cruzan muy a la ligera. 

En el bodón Torres-Prieto no fallaron únicamente ellas, muchos invitados hombres decidieron usar la celebración para recordarnos que el esmoquin con pantalones pitillo y tobillero sin calcetines queda de horror. Muy Pedro Sánchez. Menos mal que incluso desaguisados de este nivel se arreglan si al entrar los novios te cantan «Como yo te amo». Incluso aunque no la cante Rocío Jurado. 

Mucho más elegante que a las presentadoras de Telecinco hemos visto estos días a la Princesa Leonor en su graduación. Con un colgante de letras árabes que dice «amor». Y la gente que es fantasiosa se pone a imaginar que se lo ha regalado el heredero al trono de Marruecos. Si llevara uno que pusiera amore inventaríamos que se lo ha regalado, no sé, Berlusconi, que supongo que le puede gustar a la pobre Leonor lo mismo que el otro.

Y hablando de parejas raras, anoche se sentaban no en Telecirco sino en Antena 3, en El Hormiguero, Enrique Ponce y su novia Ana Soria. O como los llama mi hermana, Romeo y su nieta. No fueron a presentar ningún proyecto, como suelen hacer los invitados al programa, sino a hablar de cómo se enamoraron, eso sí, sin permitir preguntas de Paloma Cuevas ni de las hijas del torero. Ella en movimiento me pareció todavía más espectacular que en las fotos, con un vestido negro asimétrico que le quedaba como hecho a medida y sandalias de coja para que no se notara que es mucho más alta que su novio. Él me pareció que tenía todavía más pinta de antiguo de lo que me imaginaba. Pero bueno, se quieren, tienen telepatía y no hacen daño a nadie, que con los tiempos que corren ya es mucho. España es demasiado.

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