Sánchez os da las gracias por las uvas de Ferraz
Salir han salido, otra cosa es que la imagen proyectada sea la adecuada, o quizá era justo esa la que deseaban
Decenas de personas con bufandas y banderas de España celebran la entrada del año nuevo, en la calle Ferraz. | Europa Press
No sé muy bien quién lo dijo, pero lo dijo y entró en la mejor definición que tuvo jamás una artista española. María Jiménez, tan recordada, «cantaba con el coño». Quien más hizo por popularizar esa expresión, puede que incluso inventada por él, fue Joaquín Sabina. En 2002, cuando Aznar aún tenía bigote y Zapatero no viajaba de plató en plató predicando el salmo de Sánchez, María Jiménez presentó nuevo álbum con canciones escritas por el músico ubetense. Y contó el querido Joaquín cuando conoció a la sevillana, y se lo fue a contar a Pancho Varona: «Acabo de conocer a María, que siempre la he adorado porque canta con el coño». Cuando se acercó María, Joaquín, por ser discreto, le dijo que le encantaba su música porque cantaba con las tripas. «No, Joaquín, yo con lo que canto es con el coño», sentenció Jiménez.
La página está cada vez más cara. La atención del lector cuesta cada día más. Inmersos en la era de la sobreabundancia de estímulos, nos parece una tarea hercúlea perdernos por un rato en un libro denso, sentarnos en una butaca durante unas cuantas horas, escuchar algo de silencio en la era de la sobreactuación. El giro debe ser más brusco, las frases más histriónicas para que los despistados acudan al click. Pinchen y vean, el insulto más grueso, la ofensa más gratuita, el análisis más hueco. Por ello hay quienes buscan con deseo salir en la página, aunque sea en los crucigramas del periódico. Y en eso, en salir en los medios, hay que reconocerles el éxito a los promotores de las uvas en Ferraz. Salir han salido, otra cosa es que la imagen proyectada sea la adecuada, o quizá era justo esa la que deseaban.
Reconozco que fui uno de los que pinchó para ver aquello de las uvas en Ferraz. Ya le digo, la avalancha de estímulos hizo que pudiera estar durante algún momento de la Nochevieja en multipantalla. Por un lado pendiente del traje de Pedroche, por otro viendo lo que se contaba Jenni Hermoso. Una vueltecita con Ibai Llanos, y algunos minutos en el evento que consiguió reunir unos cuantos centenares de personas lo más cercanas posibles a la sede del PSOE. Lo más cercano que la Policía les dejó estar. Los maestros, es un decir, de ceremonias fueron Isaac Parejo, un youtuber conocido como Infovlogger, y la periodista María Durán. Los «Ramonchu y Ana del facherío», como aquí, en entrevista con Marcos Ondarra, le gustó apodarse.
Algo más que irregular durante toda la noche estuvo Parejo. Estuvo, por ser exactos, impresentable. Indigno para quien sueñe con ponerse delante de una cámara con un mínimo saber estar. Puede uno aspirar a convertir unas campanadas en un glosario de protestas contra la amnistía o el gobierno de Sánchez. Empezar el año a cabreo por uva, se puede. Pero Parejo, que debe entender la política al modo jimenesco, o sea, con las gónadas, desbarró en insultos de subsuelo de bar. Nada más comenzar con la retransmisión, debido a que la Policía no había dejado pasar el camión con el set del directo, Parejo cargó contra Almeida. «Puto enano», «hijo de perra», para cerrar su primer minuto con un sonoro «hijo de puta» que gritó como solo los incautos dicen las estupideces, a los cuatro vientos.
Luego, poco antes de las campanadas, le pidió Durán unas palabras a Parejo: «¿Qué le pides, sin palabrotas, a 2024?». «A tomar por culo, Pedro Sánchez», y algún que otro improperio más, respondió, en su habitual tono. Son los adeptos a este lenguaje, los que entienden la política por los cojones, y se muestran ufanos de sus lamentables improperios, los analistas del brochazo, un regalo perpetuo para quien pretenden derribar. Sánchez os debería dar las gracias por estas uvas. Y por la piñata de después. Espectáculo dantesco. Porque lo contrario a la amnistía no es el insulto de voces aguardientosas, ni pegarle palos a un maniquí del presidente, es el Estado de derecho. Que no necesita de estas paridas. Las uvas de Ferraz no fueron más que un ejercicio kitsch. Allí hace mucho tiempo que dieron el paso definitivo para expulsar a la mayoría de los ciudadanos. «En política se puede hacer todo, menos el ridículo», lo dijo Tarradellas. En política, y si me apuras, hasta en las uvas.
