Letizia en el país de los acosadores
«Es increíble cómo toda España, republicanos y monárquicos, ha reaccionado ante lo que claramente es un ataque desproporcionado y maligno a la dignidad de una mujer»
Ayer hice la broma de que pareciera que la Casa Real hubiera contratado a Jaime Peñafiel para hacer una campaña a favor de Letizia. Porque es increíble cómo toda España, republicanos y monárquicos, ha reaccionado ante lo que claramente es un ataque desproporcionado y maligno a la dignidad de una mujer. Un aplauso a esta España nuestra que por una vez una sola, y sin que sirva de precedente, se ha puesto de acuerdo en algo. Gracias Letizia por abrir una grieta en el muro. Gracias Jaime por tu encomiable labor facilitándolo.
Desgraciadamente existen muchas víctimas en el día a día que no consiguen este apoyo. La semana pasada conocimos la historia del padre de Kira López. Kira recibió acoso en el colegio Pare Manyanet, un centro que no inició siquiera el protocolo de acoso necesario en estos casos. Como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones, se culpó a la víctima y se dijo lo de siempre: «Que no se adaptaba», «que estaba exagerando», «que eran cosas de chavales y más valía no meterse».
Kira se suicidó después de dejar todo tipo de testimonios en su diario y en sus escritos. La familia de Kira lleva desde entonces haciendo campaña por el caso y por muchos otros casos y un día se encuentran con que – ¡oh mayúscula sorpresa ! – el colegio les denuncia por injurias y calumnias. Una nueva paletada de tierra a la tumba de la verdad.
El acoso escolar, o cualquier otro tipo de acoso, incluido el acoso que ha recibido Letizia o el que he recibido yo en su momento, o que han recibido tantas mujeres en España, es un tipo de violencia que implica un patrón. A sus protagonistas los podemos encuadrar en lo que Olweus identifica como el círculo del acoso: un agresor, el grupo que lo apoya, y las personas que pese a saberlo se muestran pasivas y apoyan a los agresores con su silencio cómplice.
El agresor suele estar obsesionado con la víctima porque la víctima tiene algo que él desea. En el caso de Kira nos basta con ver su foto para entenderlo. Era una niña bellísima, radiante, con muchísimo estilo y que despertó las iras y envidias de una chica que no poseía todo eso . Una chica envidiosa y resentida que rápidamente se erigió en grupo de cabecillas de acoso. Normalmente el acosador consigue un cómplice que comparte con él esa envidia. No sabemos por qué Jaime Peñafiel se ha obsesionado con Letizia de esa manera porque solo puede calificarse de obsesión lo suyo con Letizia, dado el tiempo que lleva dando la matraca con el mismo tema. Podemos entender por qué Jaime del Burgo se ha obsesionado. Se ha obsesionado porque Letizia le dejó. Y hablo de obsesión porque no es sano que diez años después de que tu relación acabara, cuando te has casado con otra mujer y tienes una hija sigas rumiando tu historia de abandono. A la esposa de Jaime, por cierto, en un esquema sistémico, la calificaríamos como su complementaria. Probablemente se trata de una mujer con muy baja autoestima porque una mujer con una autoestima sana no permanecería al lado de alguien que obviamente está obsesionado con otra.
Es típico de perfiles narcisistas no poder superar un abandono ,porque el abandono ataca directamente a la armadura narcisista. Un narcisista en realidad tiene una bajísima autoestima que intenta compensar con una armadura que él mismo se crea. Un personaje que se construye. Un personaje todopoderoso, carismático, fuerte, seductor, seguro de sí mismo . Esa es la fachada que exhibe ante el mundo, pero no es la situación real. A ese personaje imaginario no se le puede abandonar. Por lo tanto, cuando a un narcisista se le abandona, el narcisista no olvida y se comporta como un pitbull: jamás suelta su presa. Da la impresión de que tanto Jaime uno como Jaime dos tienen perfiles narcisistas y de ahí la obsesión malsana de ambos con Letizia. Entiendo hasta cierto punto la obsesión que pueda tener Jaime del Burgo, pero desde luego no entiendo la de Jaime Peñafiel, alguna razón habrá y algún detalle de esta historia que desconocemos se nos está escapando. Lo obvio es que JaimePé alberga algún resentimiento hacia Letizia. A saber qué sucedió en su día, si es que Letizia se negó a concederle de una entrevista o le hizo cualquier tipo de feo que le supuso una brecha imperdonable en su armadura narcisista.
«Si Letizia de verdad mantuvo una relación con el señor Jaime del Burgo no veo qué sentido puede tener que Peñafiel lo cuente diez años después»
El segundo círculo lo constituyen todos los youtubers portales o medios que le han dado cancha a estos dos señores. Y si esto se tratara de un patio de colegio el círculo lo constituiría el grupo que apoyara al cabecilla de la agresión. Hay que tener en cuenta que los acosos ya no suceden en el patio, sino que también suceden por internet. En un mundo en que todos los niños a partir de los 10 años ya tienen un móvil y suelen estar afiliados a TikTok basta con empezar a hacer correr por la red infundios sobre el niño o la niña de turno, acompañados de imágenes denigrantes, imágenes modificadas digitalmente a partir de una foto. Yo lo he vivido, lo sigo viviendo. Kira lo vivió, Letizia lo vive.
Si Letizia de verdad mantuvo una relación con el señor Jaime del Burgo no veo qué sentido puede tener que este señor lo cuente diez años después. Si realmente la vivió, el Señor de la Pashmina es un auténtico impresentable, porque cualquier caballero que se precie no da los detalles de su aventura clandestina con una dama. Y si no la vivió entonces el señor Jaime del Burgo necesita un psiquiatra con extrema urgencia.
En cuanto a lo de que Erika, la hermana de Letizia, donó unos óvulos y Letizia no le dejó ver a sus hijas… Esto ya me parece de una enrevesado que me parece no hay que no hay quien se lo crea. Pero en el hipotético caso de que fuera o fuese verdad, ¿qué sentido tendría contarlo? Ninguno. Porque si la monarquía en España es hereditaria la herencia viene por parte de Felipe y no por parte de Letizia, así que da absolutamente igual quién fuera la que creó los óvulos a partir de los cuales nacieron dos niñas. ( Bueno, quizá importara porque se habrían saltado la ley española, que no permite realizar una ovodonación a partir de una donante no anónima. Pero como yo soy de las que no se creen la historia, este tecnicismo me la suda).
Pero estas campañas de desprestigio son necesarias en los casos de acoso. Se crean rumores o se manipulan historias y se hacen correr para atacar a la víctima. Yo lo he vivido. Kira lo vivió, Letizia lo vive. Y ahora mismo en España 7 de cada 10 niños lo están sufriendo.
Acoso a niños
Han leído bien:son siete de cada diez.
En España, siete de cada diez niños sufren a diario algún tipo de acoso o ciberacoso. Es decir, cada día hay siete niños a los que les llaman alguna barbaridad.
Tuve que leer dos veces la cifra porque pensé que estaba equivocada. Entre enero de 2021 y febrero de 2022 se detectaron 11.229 casos graves de bullying, lo que nos sitúa en el poco honorable ranking de los paladines del acoso como uno de los países europeos con más incidencia.
Al principio me sorprendió, pero me bastó darme una vuelta por Twitter para ver que todas las figuras femeninas más o menos visibles recibimos insultos a diario y amenazas más o menos veladas, amén de que tenemos que lidiar con todo tipo de campañas.
Entonces me di cuenta de que no es raro que en un aula siete de cada diez niños estén siendo acosados. Y estoy segura de que los otros tres no reciben insultos porque sus padres no les dejan tener redes sociales.
Me parece increíble que desde la izquierda brillibrilli nos vengan hablando de cifras de suicidio y una posible ley de salud mental cuando en lo que yo recuerdo figuras de esos dos partidos colaboraron activamente en mi acoso. Yo nunca olvidaré a Irene Montero y a Carla Antonelli aplaudiendo y riéndose mientras incitaban a tirarme un ladrillo y me llamaban terfa y plagiadora. A Ramón Espinar llamándome fascista cuando advertir de lo que ya está pasando (por cierto, Ramón Espinar estuvo ayer en la televisión y fue incapaz de explicar cómo puede ser que la militar trans Francisco Javier tenga todo el derecho del mundo a entrar en un baño femenino y nadie se lo pueda negar, y se atrevió a calificar su cambio de género de «fraude», pese a que Francisco Javier se ha adaptado punto por punto a todo lo que dice la ley). Errejón y Mestre se unieron al tema, así como Pablo Iglesias y su amiga Dina Bousselham, que publicó todo un artículo llamándome también terfa y plagiadora. Y no les voy a aburrir con la lista larguísima de los elementos de izquierda de peluche que se unieron al tema y que me insultaron de todas las maneras posibles. Sí que les voy a decir que yo los pago con mis impuestos, impuestos que me cuestan muchísimo pagar porque hay meses en los que no facturo ni 1.000 euros y aun así me obligan a pagar 300. (Sí, sísísísísí… sé que me repito más que el ajo pero al fin y al cabo este es mi blog y en él escribo lo que yo quiero).
Volvamos a Letizia. Letizia ha tenido la inmensa suerte de que finalmente alguien se haya dado cuenta de lo que ha pasado y haya recibido un aluvión de manifestaciones de apoyo. Pero no olvidemos que Letizia llevaba años recibiendo todo tipo de insultos y aguantando el tirón de sucesivas oleadas de campañas de desprestigio prácticamente desde que se casó.
Las mujeres recibimos más acoso en general. Hay más víctimas femeninas de acoso escolar que víctimas masculinas y las mujeres recibimos, con mucho, más acoso en redes que los hombres.
Uno de los estudios más recientes sobre el acoso online de la ONG Plan International señalan que, en España, las niñas empiezan a sufrir acoso online entre los 12 y los 16 años. El 77% de las chicas que han participado en esta encuesta dicen que ellas y otras jóvenes que conocen han estado expuestas frecuentemente o muy frecuentemente a un lenguaje ofensivo y abusivo en estas plataformas. Un cincuenta y cuatro por ciento de las mujeres que tenemos redes sociales hemos recibido acoso en ellas. El 80% de las jóvenes de entre 16 y 24 años que tienen redes sociales ha recibido acoso en España.
Yo habría cogido este informe con pinzas teniendo en cuenta que provenía del Ministerio de Igualdad si no fuera porque replica informes hechos en muchas otras partes del mundo. Uno muy famoso lo realizó el diario The Guardian, que constató que, entre los periodistas y columnistas de su diario, las mujeres recibían cuatro veces más acoso que los hombres.
Pero volvamos a Leticia. Durante años hemos sabido en España que el rey Juan Carlos no era fiel a su mujer. De hecho, se trataba de un infiel serial y sus amantes fueron un rosario en el que se iban enlazando unas cuentas con otras. Queca Campillo, Sol Bacharach, Marta Gayá, Corinna y Bárbara Rey. Añada a la lista los nombres probables de Carmen Díaz de Rivera, de Rafaela Carrá y de tantas otras.
Pero no pasaba nada. Muy al contrario, en los corrillos de periodistas se celebraba y se hacían risas porque ¡qué campechano era el rey! y ¡qué masculino y viril! Sin embargo, cuando se sospecha que Letizia pudo haber tenido una sola (oiga, una sola) relación extramatrimonial entonces es una cortesana y una arrastrada. No sabemos si la tuvo, pero en el hipotético caso de que la hubiera tenido eso sería un asunto de ella y de su marido.
Que si su marido los sabe o lo supiera y ha decidido estar con ella, pues nos tenemos que callar porque es a él y solo a él a quien la corresponde decidir si quiere seguir con su mujer o no quiere.
Cuando dos gemelas se cogen de la mano y se tiran por la ventana toda España se echa las manos a la cabeza. Se escandalizan más aún cuando se sabe que se trató de un acoso escolar que superó los confines del colegio y se extendió por todo el pueblo. Que todo el pueblo acosaba a las niñas, no solo los compañeros de escuela.
Pero cuando en el pueblo le bloquean la puerta de la casa a un señor con bolsas de basura porque se han enterado de que vota a quien a ellos no les gusta, o cuando les tiran piedras a los ponentes en un mitin , o cuando en una manifestación feminista aparecen unos señores a cortarles con navajas las pancartas a otras señoras, o cuando en otra manifestación feminista los Mossos d’Esquadra les tienen que decir a las chicas que se están manifestando que se vayan porque no pueden garantizar su seguridad, ya se las ven y se las desean para controlar a una turba que amenaza con matarlas al grito de Kill The terf ( mata a la terfa)… entonces no se dice nada.
Cuando en programas de televisión se pegan gritos los unos a los otros y se insultan de todas las maneras posibles, entonces la gente se ríe y aplaude.
Y los niños aprenden lo que ven y repiten esos modos y maneras.
Así que no se sorprendan tanto si España a es el país con más acoso de Europa y si ese acoso está tan legitimado que ha llegado incluso a que arrastremos por el fango a la mismísima Reina de España.