Melania Trump, Kate Middleton y la estrategia pasivo agresiva
«Lo que más revela la verdadera naturaleza de todas las personas es aquello que queremos esconder»
Me he leído hace poco una biografía de Melania Trump, que se titula The Art of Her Deal, y que la autora podía tranquilamente habérsela ahorrado. Básicamente lo que más nos interesa de Melania es saber de dónde vino y esto la autora, Mary Jordan, no lo sabe. Vale, sí, que vino de Eslovenia, hasta ahí yo también llego. Pero, ¿cómo fue su vida antes de conocer a Donald Trump? La autora no tiene ni idea, y por lo tanto yo tampoco. He estado sospechando que la autora sí sabe cosas pero que no nos las quiere contar, por la cuenta que le trae. Al fin y al cabo Melania es nada más y nada menos que la mujer de un ex presidente que quizá vuelva a ser presidente en el futuro.
Pero yo me quedo con una anécdota muy interesante. Recordarán ustedes que, cuando el presidente Trump se instaló en la Casa Blanca, Melania Trump rompió con la tradición al no mudarse inmediatamente a la residencia presidencial en Washington y quedarse en su lujoso ático de la Torre Trump en Manhattan mientras su único hijo, Barron, terminaba el curso escolar. Y allí se quedó hasta junio.
En realidad se había quedado en Nueva York porque estaba renovando su acuerdo prenupcial. Melania le había dicho a su marido que ahora que iba a ser la mujer de un presidente creía que tenía derecho a una cantidad más alta en caso de que se divorciara, y su marido le había dicho que no. Entonces ella tranquilamente dijo que se quedaba en su ático y que no se mudaba. No, no dijo de forma clara y expresa que fuera por el convenio. No gritó, no lloró, no organizó una escena (porque, al parecer, nunca grita ni llora ni organiza escenas, siempre según su biógrafa), pero su marido entendió lo que estaba pasando. Y, sí, finalmente ella consiguió lo que quería. Y después fue cuando se mudó a la Casa Blanca.
La posible estrategia de Kate
A partir de ahora rumorología: Los tabloides británicos aseguran que Kate Middleton se está marcando un Melania. Que esta intencionadamente alargando su convalecencia y negándose a aparecer en público porque esta atravesando una crisis matrimonial y quiere de alguna forma enviar un mensaje, después de que su marido hubiera mantenido una relación con lady Rose Hanbury.
No sabemos si esto es verdad porque tendríamos que fiarnos de los tabloides británicos, que es mucho fiarse. Pero si lo fuera, entonces tanto Melania como Kate estarían utilizando una maniobra pasivo agresiva.
¿Qué es una estrategia pasivo agresiva?
El comportamiento pasivo-agresivo constituye la demostración de sentimientos negativos, resentimiento y agresión de manera discreta o «pasiva». Se caracteriza por comentarios o acciones sutiles que indican que una persona no está de acuerdo o no está contenta con un la acción de otra, pero que no tiene la seguridad o no está en la situación para poder manifestarlo de forma explícita, así que lo hace de forma muy velada o sutil.
Existen numerosas formas de demostrar de forma pasiva agresiva que no estás en un buen momento con tu pareja: negarse a abrir sus mensajes de WhatsApp durante al menos cuatro horas porque no son dignos de dos marcas azules, decirles que estás «bien», porque no hay nada más pasivo-agresivo que eso de decir que estás «bien» cuando tu rostro y tu comunicación no verbal dicen precisamente lo contrario, mirarle fijamente durante un cantidad de tiempo incómoda en la mesa de la cena, sin pronunciar palabra, cuando revelan que han invitado a sus amigos a ver el fútbol en casa o ella cuenta que mañana ha quedado con sus amigas para celebrar una despedida de soltera…
Algunas estrategias pasivo agresivas
En realidad existen infinidad de formas de manifestar un rechazo pasivo agresivo a cual más imaginativa. Pero vamos a describir unas cuantas:
1. El mutismo hostil
No te habla. Después de aceptar hacer las cosas de cierta manera, la otra persona te evita tanto como sea posible. Cuando intentas tener una conversación, permanece con los labios apretados, da respuestas breves y se niega a participar, o incluso te da la espalda. Cuando su marido asumió el cargo y durante todo su mandato presidencial, Melania se mantuvo bastante callada. Esto es típico de Melania, a la que hemos visto en muchas ocasiones permanecer encastillada en su mutismo al lado de su marido, cuando Trump daba un discurso o un mitin. En casos como estos el silencio puede ser mucho más elocuente que las palabras.
2. El enfurruñamiento
Todos hemos visto este comportamiento en los niños, pero muchos adultos también lo hacen. Cuando la persona no se sale con la suya, de repente se vuelve triste y amargada, e inmediatamente absorbe la alegría de cualquier habitación en la que entra.
En el caso de Melania, los expertos en lenguaje corporal advirtieron en numerosas ocasiones su comportamiento forzado y sus expresiones faciales malhumoradas, o a veces denotando aburrimiento extremo e incluso tristeza.
3. El olvido «casual»
En este caso, una persona acepta ayudar a otra, pero luego simplemente no cumple. Pueden afirmar que «lo olvidaron» cuando en realidad no tenían intención de ayudar en primer lugar. O simplemente posponen las cosas hasta el punto de que usted (u otra persona) tiene que hacerse cargo. Supuestamente es lo que le hizo Meghan Markle a Kate Middleton cuando casualmente olvidó tomar las medidas de los hijos de Kate para hacer los trajes de pajes y damas de honor.
4. El bajo rendimiento
En lugar de fracasar por completo en el cumplimiento de una tarea, esta persona la lleva a cabo, pero lo hace de manera descuidada o con poco esfuerzo. En el exterior fingen apoyo, pero al desempeñarse muy por debajo de las expectativas, dejan claro que no se han esforzado lo más mínimo. Este obviamente era el caso de Melania cuando acompañaba a Trump a algún mitin o acto público y a continuación se mostraba desganada y tristona, e incluso delante de los periodistas se negaba a cogerle la mano a su marido.
5. La mosca cojonera
Una persona utiliza el sarcasmo o los elogios ambiguos para tratar de socavar el sentido de confianza en otra o con el objetivo de ponerle de los mismos nervios . Intentan ser ambiguos, pero saben exactamente lo que hacen.
El cómico Jack Whitehall cantó una anécdota muy interesante. En un acto público estuvo hablando un largo rato con Kate Middleton . Más tarde se le acercó el príncipe William y le dijo «¿Estabas flirteando con mi mujer? ¡ lo encontré súper divertido, súper gracioso! ¡Jajajaja! Por cierto, ten en cuenta que si lo vuelves a hacer ordenaré que te decapiten».
Otra anécdota real: Cuando acababan de terminar de renovar Anmer Hall, Kate y William invitaron a la Reina a almorzar. Tienen una de esas cocinas grandes con áreas para comer, y la reina dijo: «No puedo entender por qué alguien querría pasar tanto tiempo en la cocina». El comentario, un tanto pasivo-agresivo, demostró que no acababa de entender la elección de diseño de Kate.
Y una tercera: Mientras William y Kate estaban visitando una organización benéfica llamada Centrepoint, que ofrece cursos para la inserción laboral a personas sin hogar, William estaba charlando con un hombre que estaba estudiando peluquería, y bromeó sobre el «pelo de pesadilla» de Kate. Dijo algo así como que «en breve mi esposa necesitará de sus servicios porque cuando se levanta tiene el cabello hecho una pesadilla». Los británicos saben que la melena de Kate es uno de sus máximos orgullos y que Kate Middleton dedica una cantidad ridícula de tiempo a peinarse y dejarlo perfecto. Kate estaba cerca y pudo oírlo. Claramente el comentario de William fue una estrategia pasivo agresiva.
Luz de gas
Las personas pasivo agresivas, agresivas encubiertas y manipuladoras frecuentemente utilizan la negación plausible para hacerle luz de gas a sus víctimas, crear dudas y confusión y tomar ventaja.
«¿Que yo me estoy quedando en el ático de Manhattan porque quiero renegociar el acuerdo prematrimonial? Noooooo, qué dices.», «¿Que yo comenté lo de tu pelo deliberadamente para hacerte daño? No seas exagerada, mujer»,» Que el comentario de mi madre sobre la cocina de diseño en las sarcástico? No veas cosas donde no las hay…»
Es muy difícil lidiar con alguien que te está negando lo que tú ves con tus propios ojos. Con frecuencia, la persona que recibe el ataque pasivo agresivo sabe que el comportamiento es deliberado, pero no tiene forma de probarlo, porque es su palabra contra la palabra del manipulador. Y los manipuladores son muy hábiles para jugar a ser víctimas y engañar a los demás. Pero es que además las personas que nunca han sido objeto de este comportamiento tienden a culpar a la víctima. Dirán que Kate es una exagerada, o que Donald es un controlador, o que la Reina intentaba ser amable.
¿Cómo contraatacar?
En la mayoría de estos casos, la persona negará que algo anda mal. Pueden alegar ignorancia o simplemente negarse a reconocer sentimientos genuinos de ira o negatividad. En otros casos, una persona que emplea regularmente un comportamiento pasivo-agresivo ni siquiera se da cuenta de que lo está haciendo. Pero eso no hace que sus palabras o acciones sean más fáciles de soportar.
Entonces, ¿cómo se puede combatir la agresión pasiva de una vez por todas? Dado que la persona se niega a afrontar sus sentimientos negativos, hay que ayudarla a hacerlo. No siempre la otra persona estará dispuesta a reconocer lo que está sucediendo. Muchas veces lo que está pidiendo en el fondo es atención y quiere sentarse a negociar, pero tiene miedo a expresarlo de forma clara. En otras palabras, uno debe trabajar con la persona para llegar a la raíz del problema. Si usted quiere negociar con una persona pasivo agresiva, asegúrese primero de comunicar claramente sus propios sentimientos y expectativas. Si sospecha que conoce la causa específica de la agresión de la otra persona, pregúntele específicamente si eso es lo que le molesta. Si niega que ese sea el caso, confíe en su palabra, pero trate amablemente de mantener el debate. Si corresponde, tome la iniciativa de disculparse por cualquier cosa que haya hecho que pueda contribuir a herir sentimientos y pregunte qué podría hacer para mejorar la situación. La mayoría de las veces, su interés genuino en la otra persona hará que comience a cambiar su comportamiento. Y una vez que se identifica un problema, a menudo pueden trabajar juntos para encontrar un acuerdo que satisfaga a ambas partes en el futuro.
Pero es fundamental enfrentarse directamente al pasivo agresivo, porque si no sus acciones veladas irán saboteando la relación. La ira persistente y reprimida nunca revela las verdaderas intenciones de una persona, por el contrario, se mezcla, se pudre, se confunde, forma un compuesto químico altamente combustible y luego explota como algo extraño, algo muy diferente al ser natural. Me pregunto qué sucederá si finalmente Donald Trump llega a ser de nuevo presidente: ¿Seguirá Melania actuando como la distante glacial diosa de hielo nórdica?, y, ¿qué está sucediendo con Kate?, ¿está verdaderamente enferma o está simplemente demasiado enfadada? Pues el tiempo nos lo dirá y nosotros lo sabremos. O no. Al fin y al cabo lo que sucede en las interioridades de la vida de una pareja suele mantenerse mucho tiempo en secreto para el resto de los mortales. Pero en realidad lo que más revela la verdadera naturaleza de todas las personas es aquello que queremos esconder.