Nuestro peronismo escindido y el final de la grandeza
«Como savateriano vuestro que soy, muchos me han preguntado si votaré al PP en las elecciones europeas»
1. Recordé en ‘La Brújula‘ que Paul Auster y Victoria Prego se subieron juntos en la barca de Caronte. Pero olvidé otro muerto ilustre de unos días antes: Francisco Rico. Cuando Auster y Prego subieron, Rico ya estaba a bordo: dando más miedo, sin duda, que el barquero. Rafael Maldonado y yo le habíamos hecho un homenaje involuntario el sábado de su muerte. Tal vez estaba viviendo aún sus últimos minutos. Teníamos una charla sobre literatura y amistad en el festival Aqueteleo y dijimos que los dos escritores que van a quedar de su generación, Javier Marías y Andrés Trapiello, eran enemigos entre sí. Pero Rico aparecía como personaje en la obra de ambos: en las novelas de Marías y en los diarios de Trapiello. Aparte de sus libros filológicos (para mí especialmente queridos los de Petrarca; un ‘Petrarca‘ ha sido el último), me gustaban sus intervenciones televisivas y radiofónicas. En una de estas le dijo a Juan Benet una genialidad: «El novelista es un crítico frustrado». Veo ahora que nació un 28 de abril y murió un 27. Matemáticamente, en términos de almanaque, le cuadraron las cuentas: una vida redonda.
2. La irresponsabilidad ha caracterizado la biografía política de Sánchez. Irresponsable fue su «no es no» a Rajoy, muestra de obcecación partidista frente a la institucionalidad y el pragmatismo. Irresponsable su conducta en Ferraz en octubre de 2016. Irresponsable su lucha contra el viejo PSOE. Irresponsable su moción de censura de 2018 en alianza con los populistas, los proetarras y los golpistas del independentismo catalán (con el golpe fresco). Irresponsable fue su Gobierno de coalición con Podemos: un gobierno no progresista, sino estrictamente reaccionario. Irresponsable su colonización de las instituciones, el debilitamiento del Estado de derecho, los indultos, la amnistía, la rehabilitación de Puigdemont, la polarización, la acusación a los jueces que hacen su trabajo y a los ciudadanos críticos de «fachas». Irresponsable su carta de hace dos miércoles, en que embutía el supuesto amor a su esposa en el odio de sus mandoblazos. Irresponsables sus cinco días de desaparición, mientras su partido lo identificaba a él (¡y solo a él!) con la democracia. Irresponsable su amenaza de irse e irresponsable su discurso al quedarse. ¡Irresponsable!
3. Como savateriano vuestro que soy, muchos me han preguntado si votaré al PP en las elecciones europeas, ya que Savater irá, testimonialmente, el último de la lista. Lo voté cuando se presentó para el Senado por UPyD, con Trapiello. Pero esta vez no. Dudo entre votar a Ciudadanos (todavía) o a Izquierda Española. Al PP no. Algún resto de identitarismo me queda aplicado al voto y el PP, francamente, no es ‘lo mío’.
4. Ayuso en el 2 de mayo: bellísima, peligrosísima. Estas performances carismáticas (y rebosantes de capital erótico) en política las carga el diablo. Es una Evita, pero sin Perón. Al revés que Sánchez (Begoña no cuenta políticamente). Del mismo modo que nos hemos salvado de Podemos y de Vox porque no existe un Podemos-Vox, del peronismo nos vamos a salvar porque Perón y Evita están escindidos en España.
5. Antonio G. Maldonado, con ‘Los sentidos del tiempo’ (La Caja Books), ha escrito un ensayito perfecto. Lo es aquel en que, con buena escritura, el autor logra aunar una inquietud personal y otra general. Aquí vuelve a la de su anterior libro, ‘El final de la aventura‘, expresión que reformula bellísimamente como «el final de la grandeza»: el cierre de horizontes debido al desencantamiento racionalista del mundo. Pero su pulsión romántica no desborda la ilustrada: es la propia ciencia la que nos devuelve el asombro. El principio de la grandeza.