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Opinión

La economía del envejecimiento

Se espera que para 2050 el 16% de las personas en el mundo tendrá más de 65 años, frente al 9% que había en 2019

La economía del envejecimiento

Una anciana pasea con una bolsa de la compra en Varsovia (Polonia). | Jaap Arriens (Zuma Press)

El envejecimiento de la población es un fenómeno global con profundas implicaciones económicas. Este cambio demográfico plantea desafíos significativos para las economías, especialmente en términos de mercado laboral, sistemas de pensiones y servicios de salud. Sin embargo, también presenta oportunidades para innovar y adaptar nuestras economías a una nueva realidad. 

El mundo está experimentando un aumento en la proporción de personas mayores. Según datos de las Naciones Unidas, se espera que para 2050, el 16% de las personas en el mundo tendrá más de 65 años, frente al 9% que había en 2019. En regiones como Europa y América del Norte, este cambio es aún más pronunciado. Este envejecimiento de la población se debe a la combinación de dos factores: una mayor esperanza de vida y tasas de natalidad decrecientes.

Una de las principales preocupaciones económicas del envejecimiento poblacional es su impacto en el mercado laboral. A medida que una mayor proporción de la población se jubila, la fuerza laboral activa disminuye, lo que puede conducir a una escasez de trabajadores, una menor productividad y un incremento de presión fiscal sobre la población activa. Además, la experiencia y el conocimiento que los trabajadores mayores llevan consigo al jubilarse pueden ser difíciles de reemplazar, especialmente en profesiones artesanales que no encuentren relevo.

Para mitigar estos efectos, muchos países están implementando políticas para fomentar la participación laboral de las personas mayores. Por ejemplo, Japón, uno de los países con la población más envejecida, ha promovido políticas para alentar a los trabajadores mayores a permanecer en el mercado laboral durante más tiempo. Estas políticas incluyen la eliminación de la edad de jubilación obligatoria y la promoción de entornos de trabajo flexibles.

El envejecimiento de la población también pone una presión significativa sobre los sistemas de pensiones y la sostenibilidad fiscal. Con menos trabajadores activos contribuyendo a los sistemas de pensiones y más personas retirándose y recibiendo beneficios, los sistemas de pensiones de reparto enfrentan un desbalance financiero de no fácil encaje, especialmente por el coste electoral que pudiera derivarse de su modificación.

En muchos países esto ha llevado a reformas en los sistemas de pensiones. Algunas de estas reformas incluyen el aumento de la edad de jubilación, la modificación de las fórmulas de cálculo de las pensiones y la promoción de planes de pensiones privados. Por ejemplo, en Alemania, la edad de jubilación está programada para aumentar gradualmente de 65 a 67 años en 2029. Estas medidas buscan prolongar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones al ajustar las expectativas de vida y la contribución laboral.

El envejecimiento de la población también tiene importantes implicaciones para los sistemas de salud. Las personas mayores tienden a necesitar más atención médica y servicios de salud a largo plazo. Esto puede aumentar la demanda de recursos de salud y poner presión sobre los sistemas de salud pública.

Para abordar este desafío, es crucial mejorar la eficiencia de los sistemas de salud y promover políticas de envejecimiento saludable. Esto incluye la inversión en tecnologías de salud, como la telemedicina, que pueden mejorar el acceso y la calidad de la atención médica para las personas mayores. Además, promover estilos de vida saludables y la prevención de enfermedades crónicas puede reducir la demanda de servicios de salud en la vejez.

A pesar de los desafíos, el envejecimiento de la población también ofrece oportunidades económicas. Un mercado creciente de personas mayores puede impulsar sectores como el cuidado de la salud, la tecnología asistencial y los productos y servicios orientados a las personas mayores. Según un informe de la AARP y The Economist, se espera que la economía del envejecimiento en Estados Unidos genere más de 28.000 millones de dólares en actividad económica anual para 2050.

Además, las personas mayores de hoy en día son más saludables y activas que las generaciones anteriores, y muchas están dispuestas a seguir contribuyendo a la sociedad, ya sea a través del trabajo, el voluntariado o el emprendimiento. Apoyar el envejecimiento activo puede aprovechar el potencial de esta población para contribuir al crecimiento económico y la cohesión social.

Para hacer frente al envejecimiento de la población, las políticas deben centrarse en varias áreas clave. Primero, es crucial fomentar la participación laboral de los trabajadores mayores mediante la creación de condiciones laborales flexibles y la promoción de la capacitación continua. Segundo, se deben reformar los sistemas de pensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, ajustando la edad de jubilación y promoviendo la participación en planes de pensiones privados. No hay otro camino y, cuanto más se tarde en adoptar medidas, más costosas se harán. Finalmente, es esencial aprovechar las oportunidades económicas del envejecimiento de la población, apoyando el emprendimiento y la innovación en sectores relacionados con el cuidado de las personas mayores.

El envejecimiento de la población es un fenómeno que transformará las economías globales en las próximas décadas. Aunque presenta desafíos significativos, también ofrece oportunidades para innovar y adaptar nuestras economías. Al implementar políticas efectivas y aprovechar las oportunidades del envejecimiento, podemos construir economías más resilientes y sostenibles que beneficien a todas las generaciones.

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