Sánchez y las violaciones a la democracia
El Gobierno acosa a jueces y medios, favorece la desigualdad entre españoles y amenaza el Estado de derecho

Ilustración de Alejandra Svriz.
1. Libertad política y personal
Atañe a la libertad de las instituciones democráticas hoy acosadas por el Gobierno. Parlamento y tribunales intervenidos. Jueces amenazados, vilipendiados e insultados. Señalados directamente desde las Cortes, por ejemplo, por la portavoz de Bildu o por Junts. El Tribunal Constitucional, haciendo de bombero incendiario, y a la vez de policía totalitaria, como en la película Fahrenheit 451. El fiscal general, títere de Sánchez, rozando sin cesar lo delictivo.
Con respecto a las libertades personales sucede lo mismo. Ataques a la libertad de conciencia y expresión, directos o subliminales. La difusión de bulos, filtraciones de materias reservadas, mentiras y tergiversaciones de la ministra Alegría. El ataque contra todo aquel que discrepe. Arrojando, calculadamente, a la derecha democrática en manos de la extrema. ¿Qué es este gobierno «progresista» sino cómplice y mentor de los asesinos, comunistas, populistas de izquierdas, independentistas golpistas, nacionalistas corruptos y racistas, así como de delincuentes de casa propia?
2. Democracia
Hoy nuestra democracia está amenazada. Y si Orban es un autócrata de derechas, cómplice de su homólogo asesino ruso; Sánchez lo es desde la extrema izquierda. Este Gobierno ha alentado un populismo y un clientelismo que consiste, en lugar de crear trabajo, en ofrecer limosnas perecederas. La democracia es un sistema político basado en el diálogo y el acuerdo. Y Sánchez lleva tiempo inclinándose hacia el autoritarismo. Es el maestro del decreto ley y otras triquiñuelas. Los controles democráticos lo sublevan. Los insultos al jefe de la oposición, que fue quien ganó las elecciones, son ignominiosos. Muy cerca ya del trumpismo, ha tomado decisiones unilaterales incluso siendo presidente europeo. El Sáhara o el reconocimiento del Estado palestino. Y, ahora mismo, la cesión de las fronteras a Cataluña y la Hacienda de todos. Evidentemente no vivimos en un país democrático cuando hay comunidades más favorecidas que otras.
3. Constitución
La norma suprema por la que se rige un país. Por el cumplimiento de la misma vela un Poder Judicial independiente. Reino Unido, como excepción, carece de ella. El Gobierno lleva afirmando desde hace algún tiempo que muchas leyes no son democráticas porque despojan de poder a los diputados y senadores, entregándoselo a los jueces no elegidos. La crítica se centra en lo que se conoce como «revisión judicial legislativa» que otorga a los tribunales una opinión sobre qué leyes pueden ser promulgadas o aplicadas. Es diferente a la «revisión judicial ordinaria», mediante la cual los tribunales se aseguran de que el Estado actúe sobre la base de leyes que han sido aprobadas democráticamente y que son aplicadas correctamente. Poner esto en duda es atacar a la división de poderes. Nuestro autócrata se considera por encima de todas las reglas y, por supuesto, por encima de la Constitución. También por encima del Rey. ¿Qué pasó con la amnistía? Orban, autocalificado como «demócrata antiliberal», actuó contra los tribunales europeos, atacó las competencias judiciales en su país e intervino colocando a los suyos en el Constitucional, limitándolo de forma automática, por supuesto. Y algo por el estilo nos está pasando aquí. Los jueces deben elegir a sus propios representados sin intromisiones políticas. Cada poder debe ser independiente.
4. Educación cívico
La educación política es fundamental entre los jóvenes. Sirve para fomentar las virtudes de un buen ciudadano: la sensatez, el conocimiento y el respeto mutuo. Nuestra democracia ha fracasado rotundamente en esto. Ni siquiera se preocupó de enseñarles la buena educación, la urbanidad y el conocimiento del propio país en el que viven. Pero también la UE ha ido por este mismo camino. No hay ni profesores, ni materiales pedagógicos. La juventud desconoce la historia de ese país propio «desconocido» y del continente al que pertenece. De este modo, la democracia va a la deriva atacada por populismos y nacionalismos, algunos de ellos criminales, de viejo cuño. Sánchez, aprovechando estas circunstancias, se ha dedicado a difundir las ideas políticas y las historias que más le convienen. La memoria histórica es la suya propia y quien no piense como él es un fascista. Esto es un delito de lesa humanidad.
«Tezanos y Pumpido han sido las hilanderas de ese velo negro y funerario contra la verdad»
5. La ética y la moral
¿Puede ser un gobierno sumido en la corrupción, incluso la familiar, la mentira generalizada y el frentismo, ser un ejemplo para los jóvenes? En una democracia compartimos una responsabilidad moral y una ética colectiva, así como el diseño de las estructuras básicas de nuestra sociedad y el impacto que tiene en nuestras vidas. La moral y la ética tienen la obligación de representarla los políticos. ¿Hubo antes tanta corrupción, clientelismo y amiguismo? ¡Quizás! Pero lo más grave es el cinismo, ya que este Gobierno se presentó como limpio y puro. Sánchez, como buen aprendiz de autócrata, lo niega todo, lo omite y se lo atribuye a los opositores. Trata de poner en los ojos de los ciudadanos un «velo de ignorancia». La libertad y la justicia no pueden ser maltratadas. La amoralidad es una carcoma. Tezanos y Pumpido han sido las hilanderas de ese velo negro y funerario contra la verdad. El primero, maestro de la manipulación; el segundo, contra la igualdad jurídica de todos los españoles. Pasarán a la historia como los monosabios de Sánchez. Ellos son algunos de los principales culpables, entre otros, del escepticismo respecto a si el ideal liberal democrático de una sociedad verdaderamente tolerante y plural es factible y coherente.
6. Estado de derecho
Un gobierno debe proteger derechos y libertades fundamentales. Las personales, las políticas y procesales. ¿Los indultos y la amnistía lo fueron? Sin el Estado de derecho la democracia es irrelevante ya que el gobierno podría actuar con impunidad. ¿No lo está ya haciendo el sanchismo? ¿Qué son si no las trabas a la Constitución y a los jueces? Si hubiere que cambiar algo, hagámoslo a través de un nuevo «contrato social». Un acuerdo de todos los ciudadanos en torno a las instituciones o principios políticos básicos. Reflexión, deliberación y acuerdos, esencia de la teoría política. Una sociedad justa es en la que podemos afrontar al otro.
7. Nacionalismos
El peor cáncer de nuestra democracia y Sánchez, su mayor benefactor. Una muestra de su altruismo autocrático. Sánchez ha favorecido el racismo y la desigualdad entre españoles. Es racismo supremacista considerar a unos españoles por encima de otros. Es traición ayudarles con medios económicos, puestos por todos, para que nos insulten y ofendan en el mundo. No solo eso, Sánchez ha colaborado con los asesinos de ETA y ha dado la espalda a las víctimas, muchas de ellas pertenecientes al verdadero Partido Socialista, que jamás las traicionó. Ha alimentado el identitarismo y el nacionalismo excluyente. Por ellos, ha violado las doctrinas del Tribunal Supremo. En vez de defender una identidad nacional diversa pero compartida, hizo todo lo contrario. Ha favorecido a partidos nacionalistas ultraminoritarios por un miserable y efímero plato de lentejas. Deberá ser juzgado por balcanizar nuestro país de manera unilateral.
8. Inmigración
La extrema izquierda ha promovido siempre, demagógicamente, las fronteras abiertas. Y Sánchez piensa lo mismo. Para ellos, lo demás es racismo. No lo son, en cambio, vascos y catalanes que en ocasiones piensan igual que Orbán. La extrema derecha, en esta cuestión, opina lo mismo que Junts y el PNV (a lo que se añade también Bildu). No es del todo cierto que estos flujos ilegales de personas sean fundamentales para impulsar el crecimiento. A menudo, los beneficios únicamente repercuten en los más ricos. Aquellos ciudadanos con ingresos más bajos salen perdiendo. Complicaciones laborales, educativas, sanitarias o de integración provocan muchos altercados. Pónganse de acuerdo los partidos políticos democráticos y la UE, o el no evitarlo incrementará las filas del nazismo y fascismo. En estas filas ya abundan muchos jóvenes, masas proletarias y clases medias agotadas.
«El ecologismo es necesario mientras no nos haga fenecer antes de sus profecías»
9. Guerras culturales. Ecologismo. Desigualdad. Libre mercado
Algunos filósofos han justificado la desigualdad como un hecho de la naturaleza, como la muerte. El principio de diferencia no niega que algunas personas nazcan con más talento que otras. Son acontecimientos naturales y, por tanto, no son justos o injustos. Lo que es justo o injusto es cómo la sociedad responde a esos hechos. El principio de diferencia propone una visión alternativa de la sociedad basada en la reciprocidad, en la que aprovechamos nuestras diferencias naturales para el bien común. Sánchez y, en este caso, también Yolanda Díaz, prefieren a los tontos útiles que son más manipulables. ¿Qué es sino favorecer el pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas? ¿Ayudaremos así a formar buenos médicos, ingenieros o arquitectos?
El ecologismo es necesario mientras no nos haga fenecer antes de sus profecías. Es incomprensible que cerremos nuestras empresas nucleares mientras consumimos la misma energía a mayor precio procedente, por ejemplo, de Francia. El cuidado de la naturaleza, ni la de la fauna, puede pasar por encima de la del propio ser humano. Todos debemos convivir en paz pero tomando decisiones sensatas. Tengamos en cuenta el ejemplo de las previas y desastrosas medidas tomadas en Valencia.
Las guerras culturales no benefician a nadie. Solo crean revanchismo. Una sociedad es siempre plural y hay que defender esto por encima de todo. Hay que defender los derechos de una comunidad al completo. Es malo imponer la opinión del más fuerte en cada momento. La cultura de la cancelación tiene un origen totalitario y atenta contra la mayor parte de la ciudadanía. No se puede juzgar desde el presente el pasado. Y, por supuesto, no se puede juzgar la historia sin tener conocimiento de ella.
El libre mercado es necesario. Esto lo desconoce Yolanda Díaz, permanentemente enfrentada a los empresarios, sean grandes o pequeños. Los sindicatos, mientras cobren sin pegar golpe, la apoyan. Acabar con los mercados es un gravísimo error. Un mercado es un espacio libre para comprar o vender. También esta vicepresidenta de pura chiripa, Díaz, está contra la propiedad privada, que es un derecho constitucional, y a favor de los okupas. La renta básica universal, así como otras ayudas del gobierno, no deben ser clientelistas, y mucho menos, apropiárselas publicitariamente, como hace el sanchismo, pues el dinero no lo ponen ellos sino nosotros, el conjunto de los ciudadanos. Lo importante es dar trabajo y no repartir limosnas a lo Evita Perón. Y menos si son a costa de los impuestos a las castigadas clases medias.
«Los medios son un bien público y no deben ser acosados económicamente como figura en la ley recientemente aprobada»
10. Libertad de expresión y medios de comunicación
¿Deberían imponerse restricciones a la libertad de expresión? Tan solo las que marcan las leyes, sin resucitar la censura y represiones franquistas. Los medios de comunicación son parte esencial de la estructura democrática. Entre otras cosas, controlan al gobierno, algo que enerva a Sánchez. Son un bien público y no deben ser acosados económicamente como figura en la ley recientemente aprobada. El caso Broncano es escandaloso. Pagar millones a alguien, con nuestro dinero, para que desde la RTVE se ataque a otros profesional que hacen muy dignamente su trabajo en un medio privado. ¿Es esto progresismo?
Son diez violaciones pero sabemos que hay muchas otras. Lo que más me duele es que la gente no quiera pensar ni implicarse en evitar la destrucción de nuestro país. «La corrupción no tiene efecto en mi vida» le decían muchos a Navalni. Y también el mártir ruso de Putin mostraba su tristeza ante lo que denominaba «hipocresía de la neutralidad». Aquellos ciudadanos que se declaraban apolíticos, indiferentes, mezquinos, perezosos y cobardes. No actuar, decía el líder opositor asesinado por el gran amigo y socio en los negocios de Trump, había llevado al poder a un grupo de delincuentes y ladrones que habían impuesto sus leyes sobre las masas. Aquí también avergüenza ver a esa masa informe conformista.