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Opinión

Los días de Halle Berry y Jenni Hermoso

«Sin el ‘pico’ se hablaría más de los Balones de Oro de Putellas y Bonmatí que del Día de la Mujer con Hermoso»

Los días de Halle Berry y Jenni Hermoso

Luis Rubiales besando a Jenni Hermoso en el mundial de fútbol femenino en verano de 2023. | Europa Press

En 2003, Adrien Brody, ‘El pianista’, subió al escenario del teatro Kodak a recoger su Oscar y, sin avisar y para sorpresa general, besó en la boca a Halle Berry cuando se lo entregaba. Ella, sorprendida, abrió desmesuradamente los ojos y sonrió, prosiguió con la ceremonia: The end. Él no se disculpó y en alguna ocasión recordó la anécdota con humor. Con el paso de los años y el avance del me too, lo que para la mayoría fue «un gesto impulsivo cargado de emoción», otros lo consideraron una falta de respeto. En 2025, twenty-two years later, Halle «ajustó cuentas» con Adrien. Descubrió a Brody en la alfombra roja, acompañado de su pareja, la diseñadora y modelo Georgina Chapman, y, tras pedir permiso a Georgina, le devolvió el beso, tal cual: «Tenía que vengarme», confesó la actriz entre carcajadas, secundada por las risas del actor, que obtuvo su segunda estatuilla por el papel protagonista en The Brutalist.

Boby Vinton lo sellaba todo con un beso, beso que, en España, «¡válgame el ‘señol’!”», «lo lleva la hembra muy dentro del alma», cantaba Manolo Escobar, posiblemente con un supino desconocimiento que hoy le habría metido en más de un laberinto. Porque hay besos y besos, o «picos». A Rubiales se le fueron las manos (primero a la entrepierna, en el palco) con la emoción y con desmedida efusividad detuvo el tiempo seis segundos para coger la cara de Jennifer Hermoso y besarla en los labios. Y se armó, porque el «pico» acabó en juicio después de que el considerado agresor fuera reprendido e inhabilitado por la FIFA y a continuación despedido de la RFEF.

Al medio día español del 20 de agosto de 2023, noche cerrada en Australia, la selección de Jorge Vilda ganaba el Mundial a Inglaterra. Nunca un triunfo semejante tuvo un sabor tan amargo. Año y medio después, el 20 de febrero de 2025, la Audiencia Nacional dictó sentencia tras un juicio mediático. El 6 de marzo se volvió a abrir el proceso porque el pleito del siglo, o sea el de Rubiales, amenaza con eternizarse como un día sin pan. Cuando el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto sentenció, Jennifer Hermoso respiró aliviada y así lo manifestó: «Se acabó». Pues no, Jennni, no se acabó. La «purga de los seis segundos» llega hasta el infinito y más allá, y la pesadilla de aquella noche de verano australiana es el cuento de nunca acabar. Seguro que no es casualidad que la fiscal Marta Durántez Gil solicite a la Sala de lo Penal «la nulidad de la sentencia por indefensión y arbitrariedad», que a esta solicitud se sume también Hermoso –¿entonces, no se acabó?–, ni que la abogada de Luis Manuel Rubiales, Olga Tubau, pida la absolución de su defendido. Recordemos que el magistrado condenó al expresidente de la RFEF a 18 meses de multa (20 euros diarios) por agresión sexual y eximió a todos los acusados de los delitos de coacción. 

De vuelta la burra al trigo, la esencia del fútbol femenino desciende a un segundo plano mientras los abogados recuperan protagonismo. La fiscal sugiere para el nuevo juicio «un magistrado no viciado, cuanto menos, de apariencia de parcialidad», reclama otra vez las declaraciones de los testigos para que, por ejemplo, Montse Tomé aclare lo que Durántez no entiende: ¿por qué no convocó a Jennifer Hermoso después del lío? Cuestión que, más allá de cualquier sospecha, resulta tan chocante como exigir a Flick, Ancelotti o Simeone que expliquen las ausencias en sus convocatorias antes o después de cada partido. Además, considera «inaudito» que los acusados, una vez concluido el juicio y declarados inocentes, se dirigieran «al juzgador dándole la mano». Gesto habitual en el fútbol, cuando vencedores y vencidos saludan al juez (árbitro) al final de la contienda.  

Por su parte, Olga Tubau, abogada de Rubiales que en su día defendió con éxito al mayor Trapero y encarceló a Barrionuevo, al tiempo pide la absolución porque la conducta de su defendido «fue inadecuada, no delictiva», y vuelve a subrayar que «el beso fue consentido», pues Jennifer «no manifiesta haberse sentido violentada en su intimidad sexual». Si las peticiones de la acusación volvieran a la casilla de salida, el «se acabó» de Jenni habría durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio, la causa recuperaría todo el esplendor del circo mediático y el trabajo del juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto acabaría en el cubo de la basura… Si a Marta Durántez le dieran la razón. Y si así fuera, las frases del magistrado durante el juicio seguirían idéntico camino que su trabajo o dormirían en el rincón de pensar. Y es una pena porque, aunque es la fiscal quien se siente señalada, repartió para todos. Algunas muestras: a Rubén Rivera, director de marketing de la RFEF: «Escuche las preguntas. No se traiga un rollo preparado». A Marta Durántez: «Esto no es un debate». A Luis Rubiales: «Si nos da luego un mitin nos podemos tirar aquí hasta el día del juicio final». No ocultaba el juez su hartazgo por lo que estaba durando el proceso y a María José López, abogada de la AFE, la espetó por su insistencia con Montse Tomé: «¿La pegamos para que diga lo que usted quiere?». También reprendió a Luis de la Fuente: «Lleva diez minutos diciendo que no sabe nada y nos hemos empeñado en que es un mentiroso». Y así, hasta el final: «Me tienen ustedes agotado». «Con esto, aunque parezca mentira, hemos acabado». Pues parece ser que no, Señoría.

De beso a beso, los que intercambiaron Adrien Brody y Halle Berry con emoción y picardía, transcurrieron 22 años. Después del «pico aquel», Jennifer Hermoso trató de pasar página y se fue a jugar a México, primero con el Pachuca, después con los Tigres UANL. En el largo trayecto desde Sídney ha ido recogiendo premios y reconocimientos –no tantos como Halle Berry por su extensa carrera artística, con Oscar incluido por Monster’s Ball–, desde la Bota de Plata del Mundial, al que le acaba de conceder la Delegación del Gobierno de Madrid, por «su valentía y compromiso que van más allá de los campos de fútbol», con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer: «8M. 8 Mujeres, 8 Motivos». Es probable que sin el «pico» se hablara más de los Balones de Oro de Alexia Putellas y Aitana Bonmatí que del Día de la Mujer con Jennifer Hermoso. Entre tanto, la calidad del fútbol femenino mejora, la selección de Montse Tomé se mantiene en vanguardia, pese al traspié olímpico, la entrada en los campos de la Liga F es paupérrima y la diferencia entre el Barça y el resto sigue siendo abismal. Dos últimas salidas del equipo de Pere Romeu: partido de Liga en Ipurúa, 1-8 al Éibar; partido de Copa en el Alfredo di Stéfano, 0-5 al Real Madrid.    

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