Los enchufes no fallan con los apagones
«Casi todos sabíamos que teníamos un gobierno lúgubre, sombrío y oscuro. Lo del lunes fue su constatación más clara»

La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor.
En esta España cada vez más marchita, las únicas flores imposibles de cortar son las que sus tallos están hechos de cables con el grosor más endurecido, el del poder despótico. Flores oscurecidas o directamente negras como el tulipán, la malva o el pensamiento. Este último siempre “desconectado” para hacer lo que se debe, y no lo que les interesa.
Ese maestro del articulismo que fue José Luis Alvite decía que la televisión era una de las pocas cosas que mejoraba con los apagones. Puede qué por ello, La familia de la tele, ese programa que viene a contribuir de manera decisiva al NO-DO sanchista junto a Cintora, Javier Ruiz, Broncano y compañía, sea la segunda vez que se suspenda su estreno en la televisión pública. Y que conste que un servidor tiene debilidad por María Patiño, de la misma manera que lo tiene por todo lo que es inexplicable de una manera indolora.
Puede que sea una “señal” del destino, y esa sí que nunca falla. Que se esté retorciendo para impedir el lógico proceder de los acontecimientos. Que la basura sea recogida por el personal de limpieza, como bien sabe el alcalde de Madrid tras haber llegado a un acuerdo con este para poner fin a la huelga, y no nuestros ojos cuando pongamos el canal que pagamos entre todos. Y es que no se puede confundir el entretenimiento con el estreñimiento. La basura se expulsa y nosotros tenemos un Gobierno metemierda con la que también pretende hacernos colapsar. Poco pan y mucho circo.
Casi todos sabíamos que teníamos un gobierno lúgubre, sombrío y oscuro. Lo del lunes pasado fue su constatación más clara y luminosa. Una evidencia palpable de su ineptitud y perversidad. Seis horas tardó en dar la cara el caballero oscuro del que huyen hasta los murciélagos. Un hombre que se cree que es un superhéroe, y no pasa de ser un villano enloquecido que se ríe de todos nosotros. Pedro Sánchez no dijo nada. 48 horas después sigue sin dar ninguna explicación certera, y ninguno de sus ministros ha hecho ningún tipo de declaración pública con respecto a las competencias de sus carteras. Un silencio, este sí, de una oscuridad material, táctil. Han demostrado saber muy bien lo que tienen qué decir y hacer para proteger sus privilegios, pero cuando hemos necesitado que lo hagan para salvaguardar el bien común, han callado porque ni les importa ni saben cómo hacerlo.
Beatriz Corredor fue ministra de Vivienda del Gobierno socialista de Zapatero, el maestro de oscuridades de nuestro más murciélago que presidente actual. Pasó sin pena ni gloria, pero fue fiel al líder. Con el paso del tiempo ese amor fue correspondido sin que interviniera la razón ni los merecimientos. Así funcionan las cosas en el partido socialista. Una cosa que tiene que ver más con la piel que con el entendimiento. Un “contacto” de epidermis cuya electricidad salta los plomos y la banca. Un “enchufe” que conduce una energía interesada y que va siempre en la misma dirección, las suyas. Roma no paga traidores y “la” PSOE tampoco, por eso es tan generosa con sus fieles.
Corredor fue premiada presidiendo Red Eléctrica, siendo ella registradora de la propiedad, y desconociendo su nuevo negociado, como un servidor, el funcionamiento de la metafísica de los tubos. Medio millón de euros de sueldo motivan bastante para ir aprendiendo, pero ni por esas fue capaz de impedir el apagón del pasado lunes. Curiosamente el mismo salario que tiene Silvia Intxaurrondo por las mismas funciones, oscurecer la realidad. Por lo que se ve es una actividad muy valorada en el partido socialista. La lástima es que no se puede aprender ni estudiar en ningún sitio. Hay que estar “iluminado” o “iluminada” por el dueño del puño y la rosa. Pero como buena política del partido socialista, sí que supo hablar para defender sus intereses, y decir en un pasado demasiado cercano que en España era imposible sufrir un apagón.
Ayer, cuando escribí este artículo que ustedes hoy leen, la señora Corredor reincidía en ese error e hizo unas declaraciones donde dijo que tenemos la mejor red eléctrica de Europa. Demostró ser un estómago agradecido a quien le ha puesto a ocupar ese cargo tan beneficioso para ella. Mientras tanto, a los ciudadanos nos rugen las tripas de rabia y desesperación al saber en qué manos estamos. Sólo nos alimentaremos cuando por fin salgan de todos los cargos públicos. Y esa hambre sí que da “calambre”.