The Objective
Crónicas del caos

González Pons, más dura será la caída 

Temor a que Antxon, el socio de Cerdán, no vaya al Supremo

González Pons, más dura será la caída 

Esteban González Pons.

Fraga era hombre de grandes frases, algunas, pocas, reconocidas. A veces se las inventaba y ponía cara de pícaro. Una vez le pillamos: hablaba de Narcís Serra, ministro de Defensa del PSOE, y le calificó así: “No hace nada, pero todo lo hace bien”. En efecto, la sentencia no le pertenecía, era de un almirante inglés cuyo apellido también se lo ingenió Alfonso Ussía: Eduard Taylor Stylles. Se los puso porque él, aficionado sempiterno al fútbol, logró acordarse de un delantero centro del Manchester United muerto en la catástrofe aérea de Turín.

Lo de Stylles era más reciente: se trataba de otro futbolista, un leñador reputado, que jugaba por Inglaterra y al que se atribuyeron en su tiempo no menos de cinco fracturas de piernas de los contrarios. Pero a lo nuestro: a Fraga sí que le escuchamos en una ocasión una frase suya. Se avecinaba el Congreso de Alianza Popular de 1987 con una lucha descarnada entre el favorito Miguel Herrero Rodríguez de Miñón y el outsider Antonio Hernández Mancha. Nos advirtió. “No den el partido por jugado, en este partido entras ministro y sales ordenanza”. Y añadió: “Yo temo más los ‘preCongresos’ que los Congresos”.

Sospecho que Feijóo, que se ha educado en los brazos de Fraga, a lo mejor conoce estos dichos y por eso se cuida mucho de que las especulaciones sobre nuevos cargos estén más prohibidas que el tabaco en un casino pueblerino. Eso recientemente, lo sé. A él, que no se conoce (por lo menos no lo confiesa) equipo preferido, le encantan las sorpresas y le incomodan las filtraciones, por eso los plumillas -yo lo fui- solemos decir que a Feijóo es más fácil arrancarle una muela que una noticia.

Ahora, en los albores de un Congreso que empieza hoy mismo, gotea con gran tacañería informativa los nombres de sus nuevos dirigentes. A algunos, Tellado, el político más antipático de España, y a Esther Muñoz, la más risueña, ya les hemos adjudicado hace días la Secretaría General y la Portavocía respectivamente. Gamarra recibe como compensación una potente Vicesecretaria que encierra el mando sobre la Defensa, el Interior y la Justicia, funciones -y esto es lo notable y lo no significado- adjudicadas hasta ahora a Esteban González Pons que se queda en pelota con sólo la dirección, es un decir, del Grupo Español del PP en el Parlamento de Bruselas. Por si acaso acierto y un conserje sale esta vez de general, apunto para algún otro y relevante cargo, el nombre y apellido del consejero de Presidencia del Gobierno de Madrid, Miguel Ángel García Martín, un tipo de gran facundia que no parece hablar, sino recitar.

Si se confirma, a lo mejor Feijóo, maestro de las compensaciones, trata de paliar el monumental enfado que existe en el Gobierno de Madrid (apunten a lo más alto) con la iniciativa del PP de invitar a Pablo Casado, la bicha para Ayuso, a la que el dúo Casado-Egea estuvo a punto de enviar a Soto del Real, tan de moda en estos días. Menos mal que Casado se ha rebajado y no aparecerá por Ifema porque en otro caso a lo peor hubiera impedido nada menos que la ausencia de la propia presidenta del Gobierno y del Partido en Madrid. No son especulaciones. Ya se nota que Fraga tenía razón: los “precongresos” son temibles.

Mayores altercados no se presumen porque la astucia y buena mano de otra de las chicas en ascenso, Alma Ezcurra. Ella se ha fajado de lo lindo con el correoso tarraconense, Alejandro Fernández, discutiendo el epígrafe de la Ponencia Política en la que inicialmente se incluía un amable trato con los tediosos separatistas de Junts. Al final, la cosa ha quedado más o menos de esta guisa: “Si quieren, hablamos, pero que acepten la Constitución”. Como Roca que la parió sin ir más lejos.

Pero ellos no están por esa “labor españolista”, dicen. Este miércoles viajó hasta Waterloo, el lugar más visitado de Bélgica fuera de la Unión Europea, el presidente de los empresarios catalanes de Foment, Sánchez-Llibre, habitual contertulio de Puigdemont. Se ha venido con la confirmación de que el forajido exige al PP su presencia activa en Waterloo, si no, no hay más gaitas. Aunque sean gallegas. Feijóo no ha dudado en responder con una negativa al viaje; ahora bien, y para su conocimiento y efectos, no estaría mal que en lo sucesivo su nuevo secretario general contestara con más celeridad a esa pregunta: “¿Aceptan ustedes la orden de Puigdemont?”. Y es que “los silencios valorativos, según afirma un ejecutivo de Génova, confunden al personal”.

Que, por lo demás, ya está bastante despistado con las trampas sucesivas que le tiende Sánchez. Él, o todos los implicados en el gran escándalo nacional que nos rodea. De pronto, algunos empleados, o cosa así, de Ferraz se quedaron a cuadros el pasado martes cuando se enteraron de que el llamado abogado de las cloacas, un tal Teijero, perdió el tafanario para correr a entrevistarse con el preso Cerdán. “Es que ni disimulan”, le declaraba a un periodista el citado ejecutivo. Ni disimulan.

Si Cerdán no tiene nada que esconder, ¿qué pinta Teijero en toda esta función? Este, novio comercial de la Leire, aconseja a todos los corruptos (vamos a dejarnos de “supuestos” que no somos jueces) que, cuanto antes acudan a la Fiscalía para aminorar el riesgo de cárcel. Hasta ahora Cerdán se negaba -y aún- a entenderse con Anticorrupción porque eso, decía, era tanto como reconocer el delito, pero ahora desde el hotel de Soto del Real las cosas se ven de otra manera. Y es que ya le han transmitido que puede quedarse encerrado al menos hasta Navidades.

Y a todo esto, queda la incógnita de la declaración el próximo lunes del empresario Antxon Alonso, el socio de Cerdán. Esta semana le decía al cronista un reputado procurador: “Yo si fuera él [Cerdán, claro] no me presentaría”. ¿Por qué? Pues porque si va puede terminar su día caminito de Soto. Hay muchas fechorías que esconder y muchos papeles que destruir porque todos estos pillos han tenido la costumbre, como hacían los asesinos de ETA, de dejarlo todo por escrito.

Ahora mismo, las previsiones de los más enterados son éstas: el caso Armengol, gordo, gordísimo, se va a aplazar desde luego hasta septiembre, pero los demás, Navarra a gogó, van a ir cayendo como la fruta madura. Se sabrá a corto plazo cómo consiguió Cerdán que Bildu apoyara a Chivite para la Presidencia Foral. Él lo ha dejado claro: “Las relaciones con EH Bidu las he pilotado desde el principio”. Con Antxon llega el lunes al Supremo el director de Acciona, José Merino. Tras él, seis investigados más. Allí van a escuchar todo lo inserto en los dispositivos electrónicos intervenidos en la vivienda de Alicante. O sea, una feria. Si todo lo sabido no fuera un robo descomunal, podría armarse como un sainete de Sautier Casaseca.

P.D.: ¿Cuánta gente depende de que el pacto PNV-PSOE siga vivo en el País Vasco? Pues tirando, me dicen, por lo bajo: el PNV no menos de 20.000 agradecidos, el PSOE es más modesto: “sólo” 2.000. Esta es la razón de que ambos sigan en el machito. No busquen razones políticas, esta es la auténtica: razón de interés. ¿Cuántos se quedarían en la calle si cae Sánchez? Y todo esto sin contar Navarra. 

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