Sofía Vergara y el talento para reírse de sí misma
«¿Qué hay de verdad y qué hay de su personaje en Sofía? No importa. Una y otro van de la mano y funcionan como un tiro»

La actriz Sofía Vergara.
“Nací en Barranquilla, Colombia, en el seno de una familia tradicional muy católica. Mi padre siempre me decía que si quería ser actriz tuviera en cuenta que iba a parecer una prostituta. Yo le contesté que, con estas enormes tetas que había heredado de su madre, ya parecía una prostituta”.
Con esta anécdota, toda una declaración de principios, se despachaba Sofía Vergara en una gala de entrega de premios. Lo hacía mirando a cámara, sonriendo, con la naturalidad que caracteriza a esta estrella que ha sabido utilizar todos los estereotipos en su contra como armas arrojadizas para convertirlos en su mejor baza para desarmar cualquier crítica. Que si es demasiado guapa y, por lo tanto, tiene todas las papeletas para ser tonta, pues ella se hace pasar por más tonta si cabe, soltando perlas como bombas de racimo. Que si es latina y apenas sabe hablar inglés, pues se empeña en marcar más el acento colombiano y se enreda con las palabras para hacer todo tipo de bromas, en principio a costa de su torpeza, al final como chiste en sí mismo. Porque Sofía Vergara no tiene un pelo de tonta y habla tan bien como cualquier nativo de Florida. O Nebraska. Todo forma parte de una estrategia que la ha llevado a la cima.
En un guiño inteligente para confundir al espectador, Sofía Vergara ha jugado a borrar la frontera entre la realidad y la ficción, convirtiendo su persona en una prolongación de su personaje en la serie Modern Family con el que ha alcanzado la fama mundial. ¿Qué hay de verdad y qué hay de su personaje en Sofía? Ya no importa. Una y otro van de la mano y funcionan como un tiro. Lo único cierto es que tiene mucho mérito, porque el personaje responde a unos diálogos brillantes escritos por un equipo de aclamados guionistas y la persona se guía por la improvisación en cualquier entrevista, conversación o declaración. Y, sin papeles, Sofía responde con el mismo talento con el que provoca la carcajada cuando la avala un guion.
Gracias a todo esto, Sofía ha conquistado a quienes podrían sentir envidia de su belleza y a quienes podría rechazarla por ser una inmigrante (aunque legal y con papeles). Huesos duros de roer ambos. Y, por si fuera poco, destaca por dar consejos como el siguiente: “Nunca salgáis como hombres con menos dinero que vosotras, porque os odiarán”. Por eso, para cumplirlo a rajatabla, se encarga de generar por sí misma los ingresos que le den más independencia y andar siempre por delante de aquellos hombres que quieran seducirla. Y eso que la lista de candidatos ha ido creciendo en los últimos tiempos, desde Lewis Hamilton a Douglas Chabbott, un piloto y un empresario, aunque ninguno parece haberse ganado el corazón de la colombiana.
Sofía ha vuelto a España, esta vez sin acudir a la llamada de Pablo Motos y El hormiguero, para promocionar Toty, su nueva línea de cosméticos, en una campaña que la ha llevado a celebrar un fiestón acompañada de rostros femeninos tan conocidos como Vicky Martín Berrocal o Alba Carrillo. Se comenta que sus planes en Madrid han pasado por encontrarse con Eugenia Martínez de Irujo y con Karol G, lo cual demuestra que la capital de España es también capital del salseo.
La actriz justifica su negocio porque ya tiene una edad: “Cumplo 53, ya soy una viejita, y debo cuidarme más. Antes era diferente, hacía gimnasia solo cuando podía y comía lo que me daba la gana. Ahora me toca ser consciente y, si me duele la rodilla, me toca hacer fisioterapia, ya cosas de vieja. Todo con moderación, porque me gusta pasarla bien y disfrutar. Pero cumplo 53 y sigo con los pelos largos y los mismos escotes que hace 30 años”.
Pues si ella es “vieja”, apaga y vámonos.
Con 24 millones de seguidores, Sofía no se corta a la hora de mostrar la cicatriz que le dejó el cáncer de tiroides que sufrió a los 28 años (“ahora veo esa marca y siento lo afortunada que soy de poder contarlo, así que aprovecho la situación en la que estoy para lanzar el mensaje de la importancia de la prevención”), demostrando que se puede jugar a la comedia sin olvidar su responsabilidad social cuando la ocasión lo merezca. Porque el humor es algo muy serio.