The Objective
Hastío y estío

Cuando el CIS no se lo cree ni Sánchez

«Si estas estimaciones son tan favorables, tan rotundas, ¿por qué Pedro Sánchez no convoca elecciones ya?»

Cuando el CIS no se lo cree ni Sánchez

El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos. | Alberto Ortega (EP)

Qué delicia despertar en esta soleada mañana de octubre de 2025 con las buenas nuevas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ese faro de la verdad demoscópica dirigido por el inefable José Félix Tezanos. El pasado lunes nos regaló su último barómetro, un auténtico festín de optimismo para el PSOE. Según esta obra maestra de la estadística, el PSOE sería el partido más votado en unas hipotéticas elecciones generales, con una ventaja de nada menos que 15 puntos sobre el Partido Popular, que quedaría en un modesto segundo puesto. Y ojo, porque Vox le pisaría los talones al PP, casi pisándole los talones con esa proximidad que huele a empate técnico en el podio de los perdedores.

En un país donde la inflación sigue mordiendo los tobillos de las familias, donde la deuda pública sube con cada parpadeo, y donde el Gobierno de Pedro Sánchez navega entre escándalos judiciales y alianzas con independentistas, ¿el PSOE arrasa con 15 puntos de ventaja? Es como si Tezanos hubiera consultado a Gonzalo Miró o Ángels Barceló en vez de a personas que sufren la realidad. O quizás el oráculo sea el propio palacio de Moncloa, dictando resultados al gusto del consumidor… presidencial.

No me malinterpreten, admiro la constancia de Tezanos. Lleva años al frente del CIS, convirtiéndolo en una suerte de máquina de sueños socialistas. Recuerden aquellos barómetros preelectorales donde el PSOE siempre salía fortalecido, incluso cuando las urnas decían lo contrario. No me creo este resultado, ni aunque me lo jure el mismísimo Tezanos. La realidad, esa terca compañera, nos muestra un panorama bien distinto. Las encuestas independientes, esas que no dependen del erario público ni de la voluntad gubernamental, pintan un tablero donde el bloque conservador, formado por PP y Vox, obtiene la mayoría en casi todas, incluida la de El País. 

Si estas estimaciones son tan favorables, tan rotundas, tan irrefutables, ¿por qué Pedro Sánchez no convoca elecciones ya? Con una victoria tan segura en el bolsillo, podría disolver las Cortes, ir a las urnas y barrer a la oposición. Sería el golpe maestro, el jaque mate a PP y Vox, que quedarían relegados a lamerse las heridas mientras el PSOE gobernaría con sus queridos aliados. Pero no, Sánchez se mantiene en su trono, sin presupuestos generales, negociando con socios volubles y evitando como la peste cualquier adelanto electoral.

¿Será que Pedro Sánchez es el primero que no se traga el plato tan «cocinado» por Tezanos? El presidente, astuto como pocos, sabe que las encuestas del CIS son como esos postres hipercalóricos, apetecibles en la vitrina, pero indigestos en la realidad. Si realmente creyera en esa ventaja de 15 puntos, ¿por qué dormirse en los laureles ante una victoria tan segura? Sánchez no es tonto, es un superviviente político. Sabe que el CIS de Tezanos falla más que una escopeta de feria, inflando expectativas socialistas para luego chocar con la dura pared de las urnas. 

Con una economía global tambaleante, migración descontrolada y tensiones geopolíticas, la España sanchista ha navegado estas aguas con más suerte que pericia, pero los ciudadanos no son tontos. Los precios en los supermercados, las facturas de la luz, los sueldos bajos, la subida de las cuotas a los autónomos… pesan más que una encuesta sesgada. Tezanos, con su metodología «particular» nos vende humo. Y Sánchez, que lo sabe, prefiere no arriesgar. Mejor gobernar en minoría, con muletas independentistas, que jugársela a una ruleta donde el CIS es el crupier tramposo.

En fin, este barómetro es un chiste malo, de esos que provocan risa nerviosa. Sirve para animar a las tropas socialistas, para que los ministros se den palmaditas en la espalda y digan «¡vamos bien!». Pero en el fondo, incluso en Moncloa, saben que es ficción. Si Sánchez convocara elecciones, sería admitir que cree en Tezanos, y eso, queridos lectores, sería el mayor acto de fe desde que Moisés dividió el Mar Rojo. Mientras tanto, el resto de mortales seguiremos esperando las urnas reales, esas que no se cocinan en fogones oficiales.

Con esta dosis de escepticismo sano me hago una pregunta, ¿cuántas encuestas seguirán manipulando Sánchez y Tezanos para seguir engañándonos? La respuesta, como siempre, está en el viento. Uno que siempre vuela en dirección contraria a la verdad. La misma dirección equivocada que cogió Bob Dylan cuando fue a recoger el premio Nobel. 

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