Un grupo de pilotos alemanes se niega a deportar refugiados en sus vuelos

Los pilotos alemanes se han negado a despegar hasta 222 vuelos entre enero y septiembre de este año para no participar en la política de deportaciones de afganos cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas. Lo han hecho alegando que no quieren devolver a estas personas a su país de procedencia, donde la violencia permanece tras años de ocupación y conflicto.

Los datos, confirmados por fuentes cercanas al Gobierno de Alemania al diario The Independent, reportan que 140 de los vuelos partieron de Frankfurt, otros 40 de Dusseldorf, y 85 pertenecían a la compañía Lufthansa y a su filial Eurowings.

Alemania ha sido el destino europeo preferido para los migrantes que proceden de Siria, Irak y Afganistán, quienes huyen de la guerra. Así, la flexibilidad inicial de Angela Merkel conllevó la entrada en el país de 1,5 millones de personas en 2015, de los que medio millón llegaron desde otros países de la Unión Europea. En lo que va de año, el Estado alemán ha registrado algo menos de 400.000 de solicitudes de asilo, según el periódico Die Welt. De estas, de acuerdo con la Oficina de Inmigración alemana, se han aceptado unas 170.000 y se han rechazado sobre 210.000.

La política de deportaciones europea ha generado críticas de organismos como Amnistía Internacional, que apunta que estas medidas pueden poner a miles de persones en situaciones de peligro extremo: “Ninguna parte de Afganistán es segura, están poniendo en riesgo de tortura, asesinato y muerte y toda clase de horrores”. Asimismo, recuerdan que entre estas personas hay niños y menores.