España ha endurecido el tono este jueves contra Marruecos, al que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha acusado de «agresión» y «chantaje» tras la llegada de más de 8.000 migrantes desde el lunes a Ceuta. Más de la mitad (5.600) ya han sido devueltos, aunque el Gobierno no ha detallado qué protocolo se ha seguido.
Las claves: la ministra de Defensa ha defendido la actuación de España y en particular de sus Fuerzas Armadas desde que comenzó la crisis con Marruecos. «Con España no se juega. No se va a aceptar ningún tipo de chantaje. La integridad de España no es negociable ni está en juego», ha declarado en una entrevista en RNE.
«No solamente es una agresión a las fronteras españolas sino a las fronteras de la Unión Europea», ha denunciado la ministra, que ha acusado a Marruecos de «poner en juego las vidas de menores» dejándoles vía libre para acceder a nado a Ceuta. «Han utilizado a los niños, saltándose cualquier regla de derecho internacional».
Entre el lunes y el martes, más de 8.000 personas, en su inmensa mayoría jóvenes marroquíes, ingresaron a nado en el enclave norteafricano español de Ceuta, que junto con Melilla constituye la única frontera terrestre entre la Unión Europea y África.
La crisis tiene como telón de fondo la disputa diplomática por el malestar causado a Marruecos por la decisión española de acoger en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim Gali. El miércoles, y tras el pago de 30 millones de euros a Marruecos, se calmó la situación, con la movilización de la policía marroquí, que impidió a centenares de jóvenes acercarse a la frontera.
Varias ONG españolas y marroquíes han criticado la presencia de menores y su utilización en un «juego político», a la vez que cuestionan su expulsión de vuelta a Marruecos. Las devoluciones se están produciendo de forma inmediata, según ha subrayado en el Congreso este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y después de que este martes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmara que se están realizando conforme al acuerdo firmado con Marruecos en 1992.
La zona fronteriza recupera la calma este jueves después de tres días tumultuosos con un repunte migratorio nunca visto en la zona. A lo largo de los cuatro días que ha durado la crisis, el Gobierno marroquí no ha hecho la menor alusión a ella, ni ha respondido a las llamadas de los medios de comunicación que trataban de encontrar una explicación a una avalancha migratoria nunca antes registrada.