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Montoro admite la posibilidad de malversación en el 1-O

El 1-O «no era un tema del Gobierno, sino del pueblo soberano y sobre ese punto ni nos íbamos a entender ni íbamos a negociar», declara la exvicepresidenta

Montoro admite la posibilidad de malversación en el 1-O

El exministro de Hacienda Cristóbal Montoro ha admitido que no se puede descartar que se destinasen fondos públicos a la organización del referéndum independentista del 1 de octubre a pesar de que el Gobierno hubiera intervenido las cuentas de la Generalitat, ya que un análisis contable «siempre puede resultar engañoso o defraudado». Durante su declaración como testigo del juicio del procés ante el Tribunal Supremo, Montoro ha explicado que durante 2016 y 2017 el Gobierno central controlaba las cuentas de Cataluña y, cuando el Ministerio que él dirigía detectaba «algún tipo de irregularidad», lo denunciaba.

Montoro ha hecho estas declaraciones después de que el fiscal Javier Zaragoza le preguntara por una entrevista con el diario El Mundo en la que aseguró que las «urnas de los chinos del 1 de octubre» y «la manutención de Puigdemont» no se habían pagado con dinero público.

El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que también ha comparecido como testigo, ha negado que el 1 de octubre se celebrara un referéndum independentista en Cataluña y se ha referido a la votación como «esos acontecimientos». «Allí no hubo ningún referéndum», ha zanjado. «La propia Junta Electoral dijo que no se había celebrado el referéndum», ha dicho.

Sáenz de Santamaría niega en el Supremo haber negociado un referéndum
Rajoy, a su llegada al Supremo. | Foto: Zipi | Efe

Asimismo, Rajoy ha defendido que siempre fue muy claro con los líderes independentistas a la hora de transmitirles que no iba a autorizar un referéndum ya que «España es lo que quiera el conjunto de los españoles y no una parte de ellos».

Sobre la aplicación del artículo 155 en Cataluña, Rajoy ha defendido que se basó en distintos criterios. «El primero, el más importante, es el respeto a la soberanía nacional y a la unidad nacional», ha dicho. El segundo es «el cumplimiento de la ley, que es algo muy importante porque lo que hay detrás de las pretensiones de algunos es la liquidación de la ley».

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ha negado haber mantenido ninguna negociación sobre el 1-O. «En el tema del referéndum nunca quise entrar», ha dicho a las preguntas del abogado de la acusación popular, Javier Ortega-Smith. «Ese no era un tema del Gobierno, sino del pueblo soberano y sobre ese punto ni nos íbamos a entender ni íbamos a negociar», ha dicho. Poco después, a preguntas del fiscal Javier Zaragoza ha matizado que no trató esta cuestión porque su obligación era «cumplir la ley». La exvicepresidenta ha hecho estas declaraciones durante su comparecencia, anterior a la de Rajoy.

«Ni con el señor Junqueras ni con nadie puedo hablar de convocar un referéndum de autodeterminación», ha explicado, porque «si eso se quiere hacer hay que reformar la Constitución». El Gobierno que presidía Mariano Rajoy, ha añadido, «nunca se prestó» a negociar algo así y ha opinado que «ningún Gobierno democrático puede prestarse».

Soraya Supremo
Soraya Sáenz de Santamaría, a su llegada al Tribunal Supremo, donde ha comparecido antes que Rajoy. | Foto: Ballesteros | Efe

Sáenz de Santamaría, responsable de la conocida como «operación diálogo», ha relatado las tres reuniones que mantuvo con Oriol Junqueras, acusado en este juicio en el que se enfrenta a 25 años de cárcel por rebelión, entre abril de 2016 y enero de 2017, dos de ellas en su despacho en la Moncloa y la otra en la Conselleria de Economía de la Generalitat.

En la primera de ellas se reunieron para abordar «una serie de peticiones de la Generalitat», entre ellas el referéndum, un punto en el que «nunca» quiso entrar. Ya en julio de 2016 se volvieron a reunir junto con el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro -que declarará después de ella-, para abordar «la difícil» y «dramática» situación financiera de la Generalitat. «Nuestra preocupación era que se sufragaran los servicios públicos», ha manifestado. En el último encuentro, a principios de 2017, el exvicepresidente de la Generalitat le dijo «que tenía el mandato exclusivo de abordar la petición del referéndum», ha explicado Sáenz de Santamaría, y declinó tratar el resto de los «45 asuntos» que figuraban en un documento que el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont le entregó al jefe del Ejecutivo central Mariano Rajoy.

«Le dije que sobre el referéndum no tenía nada que tratar ni que abordar», ha precisado la exvicepresidenta. Y ha añadido: «En ese asunto no había diálogo ni capacidad de entendimiento, ni nos íbamos a entender, ni íbamos a negociar ningún asunto relativo al referéndum», ha señalado. Después, ha dicho, no se volvió a reunir con él.

Antes de Rajoy y Santamaría, hoy han comparecido como testigos en el juicio del procés el diputado de ERC en el Congreso Joan Tardà y el expresidente de la Generalitat Artur Mas.

El primero ha tenido un encontronazo nada más iniciar su comparecencia con el presidente del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, quien le ha pedido que se abstuviera de compartir sus opiniones personales y se ciñera a los hechos. El segundo, por su parte, declaró que convocar el referéndum del 1-O supuso una “alteración de la hoja de ruta” con la que la coalición JxSí se presentó a las elecciones de 2015.

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