'Uritrottoir', los urinarios ecológicos de París que indignan a los residentes
Unas peculiares estructuras rojas de cemento proliferan desde hace unas semanas en las calles de París. Las autoridades están experimentando un sistema de urinarios «ecológicos» que divierten a los turistas, pero provocan molestias entre los residentes. El experimento ha recibido el rechazo de peatones y comerciantes por considerarlos poco estéticos y «exhibicionistas».
Unas peculiares estructuras rojas de cemento proliferan desde hace unas semanas en las calles de París. Las autoridades están experimentando un sistema de urinarios «ecológicos» que divierten a los turistas, pero provocan molestias entre los residentes. El experimento ha recibido el rechazo de peatones y comerciantes por considerarlos poco estéticos y «exhibicionistas».
En una ciudad en la que no es raro ver a hombres orinando en las calles, algunos han acogido la llegada de los uritrottoirs (urinarios en las veredas) como una idea que podría ayudar a liberar a la capital francesa de sus olores desagradables.
El Ayuntamiento recoge la orina cada día para crear con ella fertilizantes. Al utilizar el urinario la orina se va directo a unos contenedores de paja para minimizar los olores causados por estos. Los uritrottoirs, destinados para los hombres , están ubicados en plena calle y tienen una ligera cobertura lateral, pero aun así el usuario queda bastante expuesto cuando los usa.
«De momento la instalación es experimental, la idea es que complete los existentes, los 450 que hay en todo París que tienen puerta automática, gratuitos, de los que cerca de la mitad son accesibles las 24 horas», han explicado a la agencia Efe fuentes del ayuntamiento.
El de la Isla de Saint-Louis, cerca de la Catedral de Notre Dame, es el tercero y último que se colocó, el pasado julio.
Algunos residentes se han quejado de que estas estructuras rojas, similares a un basurero alto, dañan la estética de las pintorescas calles de París. Otros, en cambio, estiman que hay algo extraño en alentar a los hombres a orinar en la calle, incluso si es en un urinario.
«Es un poco extraño (…) pero si necesitas ir, es mejor que orinar en la calle», asegura a la agencia AFP Jonathan, un turista de Nueva York. Aun así el turista afirma que «Orinar al aire libre, puede ser incómodo para algunas personas».
Las quejan llegan de personas como Sarah Sahali, trabajadora en el bar cercano a Saint-Louis, Le Pelican. «Es cierto que puede molestarme ver a alguien hacer sus necesidades en público. Aunque todo el mundo pueda necesitarlo, hay baños públicos cubiertos en el espacio turístico parisino», dijo a Efe.
Ante las críticas recibidas, la alcaldía del distrito número cuatro, en el que está ubicado el polémico urinario, se ha mostrado abierta a un eventual cambio de sitio, que será discutido con el Ayuntamiento parisino a partir de septiembre.