Cuando comience el mes de noviembre, muchos de los sanitarios contratados para hacer frente a la pandemia no verán renovados sus contratos. Algunas comunidades autónomas han anunciado que ante la bajada de los casos y la incidencia y el alivio de la atención a pacientes covid comenzarán a reducir las plantillas.
De los más de 80.000 sanitarios contratados durante la pandemia, más de 21.000 médicos, enfermeras, personal administrativo y personal de limpieza ya han sido despedidos de sus puestos, según adelanta el diario El País, y aún se espera que se produzcan más reducciones en los próximos meses si la tendencia sigue a la baja. Comunidades como Cataluña o Canarias han anunciado que, de poder permitírselo, mantendrán a los efectivos de la pandemia. Los sindicatos médicos denuncian la problemática que se producirá ante el aumento de la carga con el inicio de la campaña de la gripe y califican esta situación como «una oportunidad perdida» de reforzar el sistema sanitario y reclaman.
Andalucía ya ha anunciado que prescindirá de 8.000 de los 20.000 trabajadores contratados, algo que desde la Junta consideran que no afectará a la presión de sus trabajadores y, añaden, que es suficiente para cubrir «perfectamente» los servicios. Los sindicatos han reclamado al Gobierno andaluz que mantenga a estos trabajadores, a lo que el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, ha respondido destacando que la suya será la comunidad que más personal mantenga.
Otras comunidades que también prescinden de personal son la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana. En la primera, el Gobierno presidido por el popular López Mirás no renovará a un 59% de los sanitarios que lucharon contra el coronavirus y de los 6.000 que habían sido contratados solo quedan 2.460. En la segunda, el Gobierno del socialista Ximo Puig dejará de contar en diciembre con un 35% del personal salvo un cambio en la tendencia del virus, algo que a día de hoy, y teniendo en cuenta el ritmo de vacunación en España, parece poco probable. Por su parte, Extremadura, liderada por el socialista Fernández Vara solo mantiene a 429 de los 1.938 refuerzos, aunque su estancia en el cuerpo de salud de la comunidad dependerá de si la pandemia lo requiere, fiando su futuro a la evolución de los casos.
Galicia no mantendrá ninguno de los efectivos de refuerzo. Los 1.200 sanitarios contratados irán marchándose de sus puestos cuando su contrato finalice entre noviembre y diciembre. Desde la Junta, defienden que estas plazas serán reforzadas en 2022 gracias a la bolsa de empleo que planean añadir en los presupuestos; algo que desde los sindicatos de la comunidad valoran como insuficiente y que mantiene un problema para la Sanidad gallega, donde sostienen que se produce un déficit de personal. Castilla la Mancha, según los datos, dejará de contar con un 36% del personal.
Situaciones muy distintas en Cataluña, Canarias o Madrid
Otras comunidades han decidido mantener una gran parte o todo el personal que fue contratado como refuerzo. Madrid ha prescindido de un un 2% del personal contratado. Aún no se sabe qué ocurrirá en diciembre con los contratos que el sistema de salud madrileño añadió para luchar contra la pandemia y se espera que la Consejería de Sanidad lo explique con el paso de las semanas, pero por el momento más de 9.800 personas continuarán trabajando en los hospitales de la capital.
Aragón, Cataluña, Canarias, Baleares y La Rioja han anunciado su decisión de mantener a todo el personal contratado durante la pandemia si las cuentas de 2022 les permiten hacerlo. Cataluña ha planteado su deseo de continuar con los más de 15.000 contratos creados durante la pandemia y pide que se mantengan los fondos covid para poder continuar contando con los nuevos trabajadores.
Los sindicatos médicos reclaman la necesidad de no prescindir de personal, sobre todo una vez que ha comenzado la campaña de la gripe. Alertan que el aumento de los pacientes por esta enfermedad y el refuerzo de otras áreas para combatir las patologías estacionales o las necesidades que puedan derivar debilitará los sistemas de salud nacionales ante un personal agotado tras la pandemia y que, con estos despidos, ve como su labor, de nuevo, no ha sido agradecida por las administraciones.