El Gobierno modificará las alertas por olas de calor y tendrá en cuenta el nivel de renta
Se espera que este proceso esté implementado para el próximo verano y unificará los avisos de la Aemet y los de Sanidad
El Gobierno ultima la modificación del sistema de alertas por olas de calor. El objetivo es unificar las alertas de la Aemet y las del Ministerio de Sanidad teniendo en cuenta los datos históricos de temperaturas, pero también la temperatura máxima diaria a partir de la cual aumenta la mortalidad de forma estadísticamente significativa. Para ello considerarán factores que abarcan, entre otros matices, aspectos socioeconómicos, como el nivel de renta.
«Actualmente, existen dos tipos de alertas: las relacionadas con la salud y las meteorológicas. Las primeras se dan cuando las temperaturas afectan directamente a las personas y las emite el Ministerio de Sanidad, mientras que las segundas se basan en datos estadísticos sobre las condiciones climáticas, y las emite Aemet», explica a THE OBJECTIVE Héctor Tejero, responsable de salud y cambio climático en el Ministerio de Sanidad.
Para ello tendrán en cuenta factores que van más allá de los valores que alcance la temperatura máxima diaria. Esto factores abarcan aspectos socioeconómicos como el nivel de renta, pero también las características demográficas de la población y su vulnerabilidad. El carácter rural o urbano de cada lugar, la frecuencia con que están sometidos o no a las olas de calor, las infraestructuras urbanas con la existencia o no de zonas verdes o la calidad de la vivienda.
Según el estudio Determinación de umbrales de mortalidad por ola de calor según regiones isoclimáticas en España, realizado por el Instituto de Salud Carlos III, y que será la base de esta nueva redefinición, «carece de lógica que la temperatura a partir de la cual se define una ola de calor desde el punto de vista de la salud se base únicamente en un percentil fijo para todos
los lugares de un ámbito geográfico, valor que no tiene en consideración ninguno de los factores anteriormente considerados».
Aviso por regiones isoclimáticas
Y es que el objetivo de este nuevo sistema de alertas, en el que trabaja el Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC), un nuevo organismo presentado este jueves por las titulares de los ministerios de Sanidad, Ciencia e Innovación y Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es lanzar los avisos por regiones isoclimáticas, teniendo en cuenta las diferencias geográficas y climáticas dentro de cada región española, y no por provincias, como se hacía hasta ahora.
«El principal objetivo del grupo de trabajo sobre temperaturas extremas del Observatorio de Salud y Cambio Climático es coordinar estas alertas, llevando las de salud también a un nivel de zona meteoalerta (subprovincial) para garantizar una mejor respuesta a nivel local», aclara a THE OBJECTIVE Héctor Tejero, que señala que se espera que este proceso esté implementado para el próximo verano.
De esta forma, por ejemplo, la provincia de Córdoba, queda divida en tres regiones isoclimáticas, según el informe mencionado anteriormente, que serían: Sierra y Pedroches, que incluye 29 municipios con un umbral de disparo (temperatura a partir de la cual aumenta la mortalidad de forma estadísticamente significativa) de 39º; la Campiña cordobesa, con 22 municipios y una temperatura umbral de 40,4º, y la Subbética cordobesa, con 25 municipios y un umbral térmico de 39,1º.
Por su parte, la provincia valenciana, se divide en cuatro regiones isoclimáticas con temperaturas umbral mucho más bajas: interior norte de Valencia (36,1º), interior sur de Valencia (38,1º), litoral norte de Valencia (34,7º), y litoral sur de Valencia (33,5º).
11.324 muertes por altas temperaturas en 2023
Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha indicado durante la presentación del Observatorio de Salud y Cambio Climático que estas consideraciones ayudarán a tener «un mejor sistema de alertas tempranas, tanto para olas de calor y frío, cuando supongan una amenaza para la salud». «El cambio climático perjudica a la salud, pero no lo hace igual para todos, mujeres embarazadas, mayores, niños o personas con rentas bajas son más vulnerables a las olas de calor», ha añadido, matizando que actualmente se están configurando los grupos de expertos del organismo.
Además, la titular de Sanidad, que ha recordado que 2023 fue el año más caluroso desde que hay registros con 11.324 muertes a causa de las altas temperaturas, también ha advertido que la crisis climática va a «amplificar las enfermedades»: «En los próximos años podríamos ver cómo enfermedades como el dengue, propio de lugares más cálidos, puede llegar a suponer un problema de salud pública aquí».
Así las cosas, las titulares de los ministerios de Sanidad, Ciencia e Innovación y Transición Ecológica han apercibido que los periodos de calor extremos pueden convertirse en algo común en años venideros. España ha registrado 85 olas de calor en lo que va de este siglo (45 en la península, Ceuta y Melilla, y 40 en Canarias) y 39 entre 1978 y 2000 (24 en la península, Ceuta y Melilla, y 15 en Canarias), lo que supone un aumento de algo más del doble. Además, Meteorología ha contabilizado 452 días de ola de calor en España durante este siglo XXI frente a 144 de los últimos 23 años del XX, lo que representa un incremento de casi el triple.
Durante el verano pasado fueron frecuentes los episodios de altas temperaturas, observándose cuatro olas de calor en España, por lo que se trataría del cuarto verano con mayor número de días en esa situación, tras los de 2022, 2015 y 2017. Las dos primeras se extendieron entre los días 9 a 12 de julio y 17 a 20 de julio, con 14 y 20 provincias afectadas, respectivamente.
Las dos siguientes, que se extendieron entre los días 6 a 13 de agosto (con 19 provincias afectadas) y 18 a 25 de agosto (35 provincias afectadas), fueron las más prolongadas e intensas, con temperaturas máximas por encima de los 40,0 °C en gran parte del territorio.
Más allá del verano, con los datos comprendidos entre enero y agosto, el año 2023 empata con 2022 y 2020 como los más cálidos de la serie histórica, con una temperatura media de 15,7º C, que se sitúa 1,1 º C por encima del promedio normal. Desde 1961 hasta 2023, la temperatura media en la España peninsular ha aumentado 1,6 º C.