Hallan restos de un pesticida prohibido por la UE en melones procedentes de Marruecos
El RASFF, el sistema para informar sobre seguridad alimentaria dentro de la UE, ha lanzado una nueva alerta
La fruta procedente de Marruecos vuelve a dar problemas. El RASFF, el sistema para informar sobre seguridad alimentaria dentro de la Unión Europea, ha hecho pública estos días una nueva notificación relacionada con esta cuestión. En ella se indica la detección de restos de un producto fitosanitario en melones procedentes del país africano.
En concreto, se trata del clorpirifós, un pesticida prohibido en la Unión Europea y que ha sido detectado en una partida de melones marroquíes. Esta es la segunda vez en poco tiempo que se produce una alerta similar. Hace unos días, el RASFF avisaba de la presencia de hepatitis A en las fresas que vienen de Marruecos. A causa de la agitación de la opinión pública que generó esta alerta, el Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural, Agua y Bosques de dicho país rechazó categóricamente «los rumores y las informaciones falsas». Asimismo, señalaron que estas buscaban manchar la reputación de los productos agrícolas de la región, por lo que se reservaban el derecho de tomar medidas legales.
El Ministerio marroquí explicó en ese momento que, tras recibir la notificación sanitaria relativa a un lote de fresas exportadas desde Marruecos, la Oficina Nacional de Seguridad Alimentaria (ONSSA) abrió una investigación e identificó el campo y la unidad de embalaje en cuestión, además de rastrear el envío, realizando todos los análisis necesarios con el fin de evaluar su calidad y determinar cualquier posible riesgo para la salud.
«Las pruebas de laboratorio arrojaron resultados negativos para hepatitis A y no hubo signos de contaminación del agua de riego utilizada«, afirmaron desde el Ministerio en un comunicado, donde añadieron que también se confirmó que los trabajadores del campo están sujetos a una estricta supervisión para garantizar la seguridad sanitaria de las fresas.
Marruecos, un «gran competidor»
«Marruecos es el principal proveedor a la Unión Europea como tercer país», explica Juan Salvador Torres, secretario general de la asociación de agricultores Ava-Asaja, en conversación con THE OBJECTIVE. «Es importante el valor de productos frescos que Marruecos exporta a la Unión Europea», añade. «En el 2023 ascendió a 1.830.000.000 de euros, además, este valor incrementó respecto al año 2022 un 6%».
Torres afirma que el país africano es un gran competidor. «La diferencia es que nosotros seguimos una legislación europea muy estricta y muy exigente, mientras que Marruecos no tiene, ni de lejos, una que pueda asemejarse a la de la Unión Europea», asevera.
Según el secretario general de Ava-Asaja, «en Marruecos hacen las cosas de una manera muy diferente, a veces, incluso con hechos muy graves», indica. «Al final, entran en el mercado europeo y compiten en igualdad de condiciones con nuestras producciones», critica.
En cuanto a la cuestión vinculada con las fresas procedentes de Marruecos, Torres asegura que «el problema que probablemente tuvieron es que fueron regadas con aguas fecales, lo que en la Unión Europea estaría prohibido».
«Hace un año también comprobamos y denunciamos que habían entrado aguacates de Marruecos en la Unión Europea con residuos de clorpirifos, pero, además, con el agravante de que eran aguacates ecológicos, por lo que no deberían haber tenido ningún residuo de ningún producto fitosanitario de síntesis», cuenta el secretario general.
«Competencia desleal»
«Ellos pueden poner aquí sus producciones a un precio mucho menor, porque disponen de muchas más materias activas para combatir plagas y enfermedades, además, a precios más baratos de lo que nosotros las tenemos aquí», explica Torres.
El secretario general de la citada asociación de agricultores también ha mostrado su disconformidad sobre las condiciones laborales y los salarios existentes en el país africano.
En definitiva, no cabe duda de que Marruecos es un gran productor agrario, un competidor fuerte en toda regla. Sin embargo, los profesionales españoles de este sector no mantienen una buena relación con el país. «Nos está haciendo desde hace muchísimos años una competencia desleal, tolerada y alentada por los poderes públicos europeos y españoles», concluye Torres.