Cambio de rutinas en los centros DomusVi para hacer frente a las altas temperaturas
Los mayores de 65 años son uno de los grupos poblacionales más vulnerables frente a las altas temperaturas
En plena época estival y ante la posible llegada de olas de calor, DomusVi, compañía del sector sociosanitario, comparte el protocolo para proteger a las personas mayores de los efectos negativos que estas pueden tener en la salud y el día a día de sus residentes.
Los mayores de 65 años son uno de los grupos poblacionales más vulnerables frente a las altas temperaturas y, por tanto, desde el departamento Técnico Asistencial de DomusVi ponen en marcha una serie de medidas encaminadas a protegerlos y cuidarlos durante este período.
«Hemos definido y aplicado un protocolo de actuación frente a las altas temperaturas que minimiza el riesgo de que las personas mayores puedan desarrollar cuadros de deshidratación u otros problemas de salud derivados de las altas temperaturas. Su cuidado y bienestar son nuestra prioridad y, con este foco, trabajamos para construir un buen día a día para ellos durante todo el año, especialmente en verano», destaca Olga Sánchez, profesional del equipo del Departamento Técnico Asistencial de DomusVi.
Entre las medidas de prevención descritas en el protocolo DomusVi frente a olas de calor está mantener cerradas las persianas y ventanas en las horas centrales del día, para favorecer la refrigeración natural de las estancias durante las horas de menos calor. Se incluirán en las rutas de trabajo los horarios de apertura y cierre.
También controlar y supervisar la temperatura del centro en las zonas comunes en las horas de estancia de los usuarios y en las habitaciones en las horas de descanso nocturno. La finalidad es detectar estancias con temperatura especialmente elevada para poder trasladar a los residentes, ofrecerles toallas mojadas o duchas y aumento de la hidratación. Configurar el uso de ventiladores y aire acondicionado durante las horas necesarias y a la temperatura adecuada. Limitar el aforo en las estancias más cálidas.
Además, revisar semanalmente la previsión de temperaturas en la zona, en base a estas, se revisa la efectividad de las medidas que se están llevando a cabo y si es necesario, se realizan las modificaciones y mejoras que sean necesarias.
Asimismo, publicar en los tablones del centro la información sobre las alertas de calor y las medidas de protección al alcance de los residentes. Taller para residentes autónomos sin deterioro cognitivo informando de las olas de calor y las medidas preventivas.
Otra medida es reforzar la hidratación nocturna priorizando la ingesta líquida sobre la de alimento, en los casos que sea necesario se establecerán las dos. En los residentes autónomos verificar que tengan accesible una botella de agua o similar. Así como el refuerzo de la hidratación en todas las actividades y terapias.
También ofrecer abundantes líquidos, reforzar las hidrataciones con bebida fresca. Poner a disposición de familiares y residentes jarras de agua fresca con rodajas de limón o naranja. Evitar comidas muy calientes y de difícil digestión.
Entre las iniciativa también está evitar exposiciones al sol en horas centrales del día. Caminar por la sombra con la cabeza cubierta y utilizar protección solar. Recomendar a los residentes no salir en las horas centrales del día. Programar actividades refrescantes al aire libre en las horas más frescas, como, por ejemplo, juegos de agua.
Vestir ropa liviana y de colores claros, con especial atención a aquellos residentes que se visten de forma autónoma para que sea acorde a la época estival, y vigilar síntomas (boca pegajosa, piel pálida o grisácea, mucosa seca, ojos hundidos) en los usuarios identificados de riesgo, en especial aquellos con probabilidad de deshidratación, así como procesos que cursan con fiebre, diarrea o anorexia, son otras de las acciones.