La sanidad pública ha gastado 74 millones en el último medicamento para dejar de fumar
Para conseguir la receta del fármaco se exige que el paciente esté en un programa de apoyo de deshabituación tabáquica
El Ministerio de Sanidad ha gastado casi 74 millones de euros en un medicamento destinado a fumadores que quieren poner fin a su adicción. Dicho fármaco contiene un principio activo denominado Citisina, que se lanzó al mercado en febrero de 2023. Según los datos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE y que van desde ese mismo mes hasta marzo de 2024, la sanidad pública fabricó un total de 645.071 envases del producto, lo que se traduce en una inversión de 55,6 millones de euros en 2023 y de 18,3 millones en el primer trimestre de 2024. La suma total eleva la cifra a casi a 74 millones (73,9).
Los datos proceden del Sistema Nacional de Salud, que realiza una recopilación de toda la información relacionada con las cifras de facturación de recetas médicas en oficinas de farmacia. El consumo de Citisina (Todacitan®) por comunidades autónomas, según asegura el SNS, «de acuerdo a lo establecido en la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, corresponde a los Servicios de Salud de las comunidades autónomas en su ámbito territorial y a la Administración General del Estado en la información del conjunto del SNS».
Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio de Sanidad para resolver algunas dudas sobre el tratamiento, su evolución y los mecanismos de control usados para evaluar el impacto del fármaco en la salud pública, pero no ha habido respuesta.
¿Qué es Citisina (Todacitan®) y cómo funciona?
El Todacitan es un medicamento que se utiliza como tratamiento para la dependencia tabáquica en fumadores que tengan intención de dejar de fumar. Para adquirir el fármaco es necesaria una prescripción médica, y, según afirman múltiples revistas médicas, es incluso más eficaz que la terapia de sustitución de nicotina.
El compuesto es de origen vegetal, de bajo coste y, según explica Infosalud, multiplica por más de dos las posibilidades de dejar de fumar con éxito en comparación con otro tipo de opciones. Sin embargo, su venta no está autorizada en una gran parte del territorio fuera de Europa central y oriental, lo que supone una gran pérdida, ya que, debido a su bajo coste, su comercialización en países de rentas bajas podría marcar una gran diferencia en la salud de sus ciudadanos.
La duración del tratamiento es de 25 días. El número de comprimidos por día varía según la etapa del ciclo en la que se encuentre el afectado, y van desde 6 pastillas los tres primeros días, hasta 2 dosis los cinco últimos. El fumador debe dejar de fumar como tarde en el quinto día de tratamiento, ya que, de lo contrario, deberá interrumpirlo y reanudarlo 2 o 3 meses después.
Otro aspecto llamativo de este medicamento es que, para realizar la prescripción del mismo, es necesario que el paciente esté incluido en un programa de apoyo de deshabituación tabáquica. Este suele dividirse en seis fases, y el tratamiento con Citisina se da en las dos centrales, en las que se lleva a cabo la preparación por parte del paciente para dejar de fumar (tomar la decisión de dejar el tabaco y recibir terapia individual o grupal) y la acción, que consistiría en iniciar una nueva etapa con ayuda de un tratamiento farmacológico.
¿Qué opina un farmacéutico del medicamento?
Para aportar una visión más técnica y especializada del tema en cuestión, THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con un farmacéutico. El profesional ve «normal» que la Seguridad Social invierta esa cantidad en el medicamento y asegura que el proceso para recetarlo está más que regulado: «La Seguridad Social cubre ese medicamento solo una vez al año, previa consulta médica, y si lo tomas y vuelves a fumar dentro de ese año, tienes que parar el tratamiento y no te lo vuelve a cubrir hasta el año siguiente», explica.
Preguntado por otros fármacos con la misma función, el farmacéutico menciona Champix. Asegura que ese medicamento es incluso más eficaz que el mencionado antes, pero que dejó de comercializarse porque en el proceso de síntesis del fármaco se producía una sustancia cancerígena. «Ahora han logrado encontrar un método de síntesis distinto sin producir dicha sustancia, optimizando así el proceso, y se ha vuelto a comercializar», asegura. «El que es realmente efectivo de verdad, dicho por cientos de pacientes, es el Champix antiguo. La Citisina es igual de eficaz a nivel fisiológico y bioquímico, pero yo, como farmacéutico te aseguro que en varios casos el paciente acaba volviendo a fumar».