Alerta: este material para horno podría ser cancerígeno, según advierten los médicos
Conocer estos compuestos y explorar alternativas es crucial para quienes buscan reducir la exposición a tóxicos
Preparar una pizza, hornear galletas o simplemente extender una hoja de papel de horno es un gesto automático en la cocina, pero detrás de esta práctica común se esconde una realidad menos inofensiva de lo que pensamos.
Recientes estudios alertan sobre los posibles riesgos de ciertos productos de cocina, y el papel de horno es uno de los implicados debido a su posible contenido en químicos dañinos, como los PFAS, también llamados sustancias eternas.
Conocer estos compuestos y explorar alternativas es crucial para quienes buscan reducir la exposición a tóxicos en su hogar.
¿Qué son los PFAS y por qué preocupan?
Los PFAS, o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, son una familia de compuestos químicos conocidos por su resistencia extrema al calor, al agua y a la grasa, cualidades que los hacen ideales para revestimientos antiadherentes.
No obstante, esta misma durabilidad los convierte en sustancias altamente persistentes tanto en el medio ambiente como en el organismo humano.
Llamados químicos eternos, los PFAS no se degradan fácilmente, acumulándose en el cuerpo y el entorno durante largos periodos.
Estudios realizados por la Asociación Italiana de Médicos para el Medio Ambiente (ISDE) señalan que la exposición a los PFAS está relacionada con una amplia variedad de problemas de salud.
Se ha descubierto que estos químicos afectan al sistema inmunológico, el hígado y la función reproductiva, y pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Además, su acumulación puede causar problemas de tiroides y comprometer la salud general. Ante estos riesgos, expertos recomiendan verificar la etiqueta del papel de horno para asegurarse de que esté libre de PFAS, evitando así la exposición innecesaria.
¿Dónde está el riesgo?
El uso de papel de horno a temperaturas elevadas aumenta la posibilidad de que estos químicos se liberen y contaminen los alimentos.
En algunos casos, las temperaturas recomendadas en el envase son insuficientes para evitar que el papel se degrade y libere sustancias nocivas.
Además, reutilizar el papel de horno después de haber sido expuesto al calor puede incrementar la liberación de estos compuestos. Francesco Romizi, portavoz de ISDE, sugiere evitar reutilizar el papel de horno y limitar su uso a bajas temperaturas para minimizar riesgos.
Alternativas saludables al papel de horno
Afortunadamente, existen varias alternativas ecológicas y seguras que cumplen las funciones del papel de horno sin los riesgos de exposición a PFAS:
- Tapetes de silicona reutilizables: los tapetes de silicona para hornear, fabricados con silicona de calidad alimentaria, son una opción duradera y libre de PFAS. Estos tapetes pueden utilizarse muchas veces y proporcionan una superficie antiadherente perfecta para hornear galletas, pasteles y otros alimentos.
- Grasas naturales:usar aceites o mantequilla es una técnica clásica para evitar que los alimentos se peguen. Aplicar una fina capa de aceite de oliva, coco o mantequilla en la bandeja de horneado es suficiente para lograr una cocción adecuada sin químicos adicionales. Esta opción es ideal para quienes buscan reducir el uso de materiales desechables y añadir un toque de sabor extra.
- Hojas naturales: en diferentes culturas, se emplean hojas naturales como sustituto del papel de horno. Hojas de plátano, de vid o incluso de col pueden utilizarse para envolver y hornear alimentos, proporcionando una superficie biodegradable y libre de tóxicos. Estas hojas, además, aportan un sabor sutil que complementa ciertos platos y representan una opción natural y sostenible.
La importancia de tomar decisiones conscientes en la cocina
El papel de horno y otros productos cotidianos pueden esconder riesgos que solemos pasar por alto. Con la creciente exposición a materiales sintéticos en nuestra vida diaria, es importante tomar decisiones informadas y considerar alternativas más seguras para reducir la carga tóxica en el hogar.
Optar por productos que no contengan PFAS o evitar temperaturas excesivas y la reutilización son medidas sencillas para proteger tanto nuestra salud como el medio ambiente.
Reducir la exposición a químicos tóxicos en la cocina no solo beneficia al organismo, sino que contribuye a la preservación del planeta al limitar la contaminación y los residuos.
Así, la próxima vez que preparemos una receta en el horno, podemos hacerlo de forma más consciente, eligiendo alternativas que respeten nuestra salud y la del planeta.