España desperdicia 35.000 litros de plasma al año pese a ser deficitaria en hemoderivados
El desaprovechamiento ocurre en incidentes durante el proceso de producción, como bolsas con volumen insuficiente

Donación de plasma. | EP.
España desaprovecha alrededor de 35.000 litros de plasma al año por desperdicios en distintas fases del proceso de producción. Una situación que preocupa a médicos y enfermos, teniendo en cuenta que nuestro país tiene un déficit que supera el 50%, lo que complica cada vez más producir hemoderivados propios sin necesidad de depender de las donaciones de otros países, generalmente de Estados Unidos. «Es crítico optimizar lo que estamos haciendo. Tenemos desperdicios en la cadena de transfusión que podemos disminuir», explica la doctora Luisa María Barea, gerente del Centro de Transfusiones de Madrid, durante el Foro Paradigma, organizado por Takeda.
Según la experta, estos desperdicios tienen lugar, en algunos casos, durante el proceso de producción; por ejemplo, debido a bolsas a las que se les abre el circuito y hay que desechar. La doctora Barea también apunta a un porcentaje considerable de bolsas de sangre con volumen insuficiente: «Esto puede ser por diversos motivos, bien porque haya un fallo en la función venosa del donante o bien porque el donante se maree un poquito y haya que retirarle la bolsa. En este sentido, el rango de desperdicio está entre el 0,5% y el 2%». «Si ponemos el foco en todo esto y nos ponemos todos las pilas, yo calculo que al año en España se podría ahorrar en torno a 35.000 litros de plasma», advierte la gerente del Centro de Transfusiones de Madrid, que si bien señala que esa cantidad aún seguiría siendo «insuficiente» para llegar a ser un país autosuficiente, ayudaría a reducir la dependencia del extranjero para obtener derivados del plasma.
En 2023, se enviaron unos 407.000 litros de plasma al procesamiento farmacéutico, pero para alcanzar la autosuficiencia, «haría falta el doble para cubrir la demanda de albúmina y el triple para las inmunoglobulinas», subrayar Luisa María Barea. Y es que a pesar de que las donaciones de plasma por aféresis aumentan cada año —90.000 en 2023—, siguen siendo «muy insuficientes». Por ello, los expertos proponen aumentar los programas de plasmaféresis e intentar que cada donante done al año al menos dos veces: «Si lográsemos esto, una parte importante del problema lo habríamos solucionado y probablemente conseguiríamos la autosuficiencia en plasma». En España, alrededor de un millón de donantes realizan aproximadamente 1,6 millones de donaciones de sangre al año, de las cuales unas 90.000 se llevan a cabo mediante aféresis.
Problemas estructurales: precios y falta de incentivos
A esta situación se suma un problema estructural: el precio bajo que España paga por algunos medicamentos derivados del plasma. «Es verdad que los precios de algunos medicamentos baratos, entre ellos las inmunoglobulinas, han quedado por debajo en comparación con otros países europeos», ha reconocido César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, durante el Foro Paradigma organizado por Takeda.
No obstante, señala que el año pasado se subió el precio de todas las inmunoglobulinas e indica que con la nueva reforma farmacéutica en marcha se pretende «recolocar» el dinero «en el sitio del valor». «El sector farmacéutico está tremendamente desequilibrado y prioriza la entrada de medicamentos nuevos a precios altos, a veces por encima de lo que tendría sentido con respecto al valor que están ofreciendo, mientras productos con muchísimo valor clínico se van quedando a precios poco competitivos», explica el directivo.
España basa su modelo en la donación voluntaria y no remunerada, lo cual contrasta con países como EE.UU. y Alemania, donde se compensa económicamente a los donantes. Esto dificulta aumentar las cifras, además de producirse una extraña paradoja, ya que el 90% del plasma para terapias médicas proviene principalmente de países que permiten la compensación monetaria a sus donantes. Estos son Estados Unidos, Alemania, Austria, República Checa y Hungría.
El Real Decreto 1945/1985 prohíbe la compensación económica por donación de sangre o componentes (como el plasma). Para ajustarse al nuevo reglamento europeo SoHO, España tendría que permitir reembolsos limitados y transparentes, exclusivamente para cubrir gastos reales de los donantes, sin generar ganancia alguna. Sin embargo, hasta el momento España califica toda ayuda económica como incompatible con el carácter altruista de la donación. Por su parte, los expertos insisten en la necesidad de no contraponer medidas, sino sumar esfuerzos desde todos los frentes: aumentar la donación, mejorar la gestión, revisar las indicaciones clínicas y ajustar los precios.