Basi, la panda más longeva del mundo en cautiverio, cumple 37 años
Sólo tres pandas gigantes en el mundo, incluyendo a Basi, han llegado a esta edad: Jia Jia falleció en octubre del año pasado a la edad de 38 años. La panda fue sedada en el parque temático de Hong Kong debido a su deteriorado estado de salud. Y Du Du, que vivió en Wuhan, China, y murió en 1998 a los 37 años. Chen, el director del centro donde se encuentra Basi, asegura que la mayoría de los pandas comienzan a tener problemas de salud, como enfermedades del corazón, cuando cumplen los 20 años. «Esperamos que la panda viva dos o tres años más». El animal se ha convertido en el zoológico en toda una estrella después de haber sido entrenada para realizar algunas actividades deportivas, como levantamiento de pesas y montar en bicicleta. En 1987 visitó el zoo de San Diego, California, atrayendo a más de 2,5 millones de visitantes. En 1990, el talento deportivo de Basi atrajo la atención de los Juegos Asiáticos, convirtiéndose en la mascota del evento.
Rescatada de un río congelado siendo un cachorro, Basi cumple hoy 37 años y lo celebra comiéndose un pastel de golosinas, la comida favorita del animal, según cuenta el zoológico chino de Fuzhou, donde reside. Basi se convierte, así, en el panda gigante en cautiverio más longevo del mundo.
Sólo tres pandas gigantes en el mundo, incluyendo a Basi, han llegado a esta edad: Jia Jia falleció en octubre del año pasado a la edad de 38 años. La panda fue sedada en el parque temático de Hong Kong debido a su deteriorado estado de salud. Y Du Du, que vivió en Wuhan, China, y murió en 1998 a los 37 años. Chen, el director del centro donde se encuentra Basi, asegura que la mayoría de los pandas comienzan a tener problemas de salud, como enfermedades del corazón, cuando cumplen los 20 años. «Esperamos que la panda viva dos o tres años más».
El animal se ha convertido en el zoológico en toda una estrella después de haber sido entrenada para realizar algunas actividades deportivas, como levantamiento de pesas y montar en bicicleta. En 1987 visitó el zoo de San Diego, California, atrayendo a más de 2,5 millones de visitantes. En 1990, el talento deportivo de Basi atrajo la atención de los Juegos Asiáticos, convirtiéndose en la mascota del evento.