Los preservativos enfrentan al Papa y a la Orden de Malta
Tras la dimisión de Von Boeselager, Francisco nombró una comisión de investigación de cinco miembros para aclarar las circunstancias de la destitución. Pero la Orden de Malta, una de las instituciones cristianas más antiguas y tradicionales, se opuso categóricamente a dicha investigación, aludiendo a su soberanía y afirmando que la salida del alemán era una cuestión interna. Según Von Boeselager, el tema de los condones ha sido la excusa de Festing y del cardenal Raymond Leo Burke, un ultraconservador que considera que Francisco es demasiado liberal, para aumentar su poder en Roma. La dimisión de Festing es un movimiento prácticamente inédito en la historia de esta orden de caridad afincada en Roma y fundada en el siglo XI. Habitualmente, los grandes maestros de la orden mantienen el cargo de forma vitalicia. «El Papa le ha pedido que dimita y él ha aceptado», ha subrayado el portavoz. La dirección de la institución recaerá ahora en el número dos hasta que se elija un nuevo Gran Maestro. La Iglesia no permite el uso de preservativos como método de control de la natalidad ni para evitar la transmisión de enfermedades sexuales. Sin embargo, el papa Francisco ha reclamado a los miembros de la Iglesia a evitar las lecciones morales y a mostrar compasión con aquellos que no pueden vivir siguiendo las normas del Vaticano, especialmente con los pobres.
El gran maestre de la Orden de Malta, Matthew Festing, de 67 años, ha dimitido a petición del papa Francisco, ha informado este miércoles la organización, después de un mes de enfrentamiento sin precedentes con la Santa Sede. El conflicto comenzó tras la salida forzada, el 6 de diciembre, del número tres de la Orden, el alemán Albrecht von Boeselager, tras autorizar el reparto de preservativos en un proyecto médico destinado a personas en situación de pobreza.
Tras la dimisión de Von Boeselager, Francisco nombró una comisión de investigación de cinco miembros para aclarar las circunstancias de la destitución. Pero la Orden de Malta, una de las instituciones cristianas más antiguas y tradicionales, se opuso categóricamente a dicha investigación, aludiendo a su soberanía y afirmando que la salida del alemán era una cuestión interna. Según Von Boeselager, el tema de los condones ha sido la excusa de Festing y del cardenal Raymond Leo Burke, un ultraconservador que considera que Francisco es demasiado liberal, para aumentar su poder en Roma.
La dimisión de Festing es un movimiento prácticamente inédito en la historia de esta orden de caridad afincada en Roma y fundada en el siglo XI. Habitualmente, los grandes maestros de la orden mantienen el cargo de forma vitalicia. «El Papa le ha pedido que dimita y él ha aceptado», ha subrayado el portavoz. La dirección de la institución recaerá ahora en el número dos hasta que se elija un nuevo Gran Maestro.
La Iglesia no permite el uso de preservativos como método de control de la natalidad ni para evitar la transmisión de enfermedades sexuales. Sin embargo, el papa Francisco ha reclamado a los miembros de la Iglesia a evitar las lecciones morales y a mostrar compasión con aquellos que no pueden vivir siguiendo las normas del Vaticano, especialmente con los pobres.