El estadounidense Michael Phelps, el mejor nadador de la historia, ha revelado que ha sufrido graves episodios depresivos durante su carrera, lo que lo llevó incluso a pensar en el suicidio después de los Juegos Olímpicos de Londres-2012. «Después de cada Olimpiada, creo que tuve un período de depresión», dijo Phelps en una conferencia de salud mental esta semana en Chicago, Illinois.
El atleta más exitoso en la historia olímpica, que terminó su carrera después de los Juegos Olímpicos de Rio-2016, tocó fondo después de los de Londres, donde ganó cuatro títulos.
«No quería nadar más, ni siquiera quería vivir más (…) Entonces pensé en el suicidio», explicó Phelps, quien, después de los Juegos Olímpicos de 2012, se retiró para regresar dos años más tarde. «Nunca había estado tan mal, he estado encerrado en mi habitación durante tres o cinco días, sin comer, apenas durmiendo, sin ganas de vivir», confesó el nadador con 23 títulos olímpicos.
Según contó, su primera depresión post-olímpica fue después de los Juegos Olímpicos de Atenas-2004, donde ganó seis medallas de oro. Cuatro años más tarde, después de romper el récord de su compatriota Mark Spitz al ganar ocho títulos en los Juegos Olímpicos de Pekin, se refugió en el alcohol y se vio una foto que dio la vuelta al mundo que lo mostraba fumando una pipa de cannabis. «Fue para tratar de escapar de los problemas con los que tuve que lidiar», dijo Phelps, quien después se convirtió en padre en 2016 y se casó con una ex Miss California.
Cuando le preguntaron cómo se lograba ser campeón mundial. El deportista contestó de inmediato: “Creo que esa parte es sencilla. Se trata de trabajo duro, dedicación y de no rendirse”.
Recordó que cuando fue tratado por primera vez tras el episodio más severo de depresión “estaba temblando y temblando porque estaba nervioso de los cambios que se aproximaban”. “Necesitaba saber qué me estaba pasando”, continuó.
El nadador recordó que, estando internado, una enfermera lo despertó a las 6 de la mañana y le dijo: “Observa la pared y dime qué ves”. Rememoró que se podían ver ocho emoticones. “¿Cómo crees que me siento? Estoy cansado. No estoy feliz. No soy una persona de la mañana”, le contestó a la especialista.
En la reciente conferencia también sostuvo que una vez que empezó a hablar de sus emociones y sentimientos “la vida comenzó a ser más sencilla”. Incluso se preguntó por qué no había comenzado a hacerlo antes.
“Hoy entiendo que está okey, no estar okey. Creo que finalmente hoy en día la gente está asimilando que este tipo de problemas son reales hablar de ellos es la única manera de superarlos”. Al finalizar su ponencia, afirmó: «Estoy muy agradecido de no haberme quitado la vida».