El pangolín, sospechoso de contagiar el coronavirus
Estos mamíferos con escamas son un manjar de lujo en China y se usan en la medicina tradicional por las supuestas propiedades curativas de sus escamas
A finales de enero, las autoridades chinas determinaron la suspensión del comercio de animales salvajes tras considerar que el origen del coronavirus[contexto id=»460724″] se encuentra en la mutación de un virus procedente de uno de los ejemplares, en concreto de pangolín, que se vendía en un mercado de marisco de Wuhan, en el centro del país.
Un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad Agrícola del Sur de China ha dado pistas sobre la propagación del coronavirus que ya ha provocado 636 y 31.000 afectados en el país asiático. Los resultados señalan al tráfico ilegal de pangolines como la posible causa de la transmisión de la enfermedad de los murciélagos a los seres humanos.
The genome sequences of the novel #coronavirus strain separated from pangolins were 99% identical to those from infected people, indicating pangolins may be an intermediate host of the virus, a study has found. pic.twitter.com/YcHqMxc6N4
— China Science (@PDChinaScience) February 7, 2020
La investigación concluye que los pangolines «son el huésped intermedio más probable», tras comprobar que al separar la secuencia del genoma del coronavirus en pangolines, se comprobase que era idéntica en un 99% con la de otros seres humanos afectados por la enfermedad.
Los pangolines son una especie muy apreciada en China. Estos mamíferos con escamas son considerados un manjar de lujo y se usan en la medicina tradicional por las supuestas propiedades curativas de estas. Aunque protegidos por la legislación internacional, en países como China el tráfico ilegal de estos animales es una práctica común.
Los expertos en salud han defendido que el origen del coronavirus se sitúa en un mercado de Wuhan en el que se vendían animales ilegalmente. A pesar de estas investigaciones, el profesor Dirk Pfeiffer, experto en medicina veterinaria de la Universidad de Hong Kong, asegura que «solo se pueden sacar conclusiones definitivas si se compara la prevalencia entre diferentes especies en base a muestras representativas, lo que casi con certeza no es así».
Pfeiffer insiste en que la clave radica en establecer unos vínculos con los humanos a través de los mercados de alimentos, un extremo que todavía no se ha conseguido.