La ciudad china de Shenzhen prohíbe comer perros y gatos tras la crisis del coronavirus
Esta prohibición se suma a la de comerciar y consumir animales salvajes
Shenzhen, una de las mayores ciudades de China, ha anunciado que incorporará en mayo la prohibición de comer perros y gatos a la de comerciar y consumir animales salvajes, impuesta en el marco de la crisis del coronavirus[contexto id=»460724″].
En su página web, el Gobierno municipal asegura que se trata de la «regulación más estricta» que se ha impuesto en China desde que las autoridades nacionales iniciaron una campaña contra el consumo de animales salvajes tras las sospechas de que el brote de COVID-19 pudo estar relacionado con un mercado de Wuhan donde se vendían.
El Ejecutivo de la ciudad asegura que, desde el comienzo de la epidemia, «el comercio y el consumo de animales salvajes ha supuesto un gran peligro oculto para la salud pública», algo que «ha atraído la atención de la sociedad».
La lista de animales terrestres permitidos se limita a cerdos, vacas, ovejas, burros, conejos, pollos, patos, ocas, palomas y codornices, así como a «otros incluidos en el Directorio Nacional de Recursos Genéticos de Ganado y Aves Domésticas», donde también figuran otras especies como búfalos, camellos o caballos.
Queda así prohibido también comer animales como serpientes o lagartos; sin embargo, la megalópolis suroriental permitirá seguir consumiendo productos acuáticos que no estén específicamente prohibidos, como tortugas o sapos.
Quienes sigan consumiendo animales salvajes tendrán que enfrentarse a multas de, como mínimo, 150.000 yuanes (19.320 euros), mientras que quienes los vendan harán frente a sanciones que comienzan por 100.000 yuanes (12.880 euros).
«No hay pruebas de que los animales salvajes sean más nutritivos que las aves domésticas o el ganado. Las especies permitidas para su consumo pueden satisfacer las necesidades diarias de la gente», ha dicho el número dos de la Oficina de Seguridad Alimentaria del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Shenzhen, Liu Jianping, citado por la prensa local.
Aparte de Shenzhen, la cercana ciudad de Zhuhai y la provincia a la que ambas pertenecen, Cantón, también han emitido recientemente regulaciones al respecto, siguiendo la iniciativa de las autoridades nacionales.
Las asociaciones animalistas han celebrado la decisión: «Es la primera ciudad en China que prohíbe la producción y el consumo de carne de perro y gato», dice en un comunicado Humane Society International, que estima que cada año se matan 10 millones de perros y cuatro millones de gatos para su consumo en China.
No obstante, pese a los estereotipos, la ingesta de estos animales no es habitual en China y cada vez, especialmente entre los más jóvenes, hay más oposición social a que se permita hacerlo.