El material sanitario inunda la costa francesa: "Pronto habrá más mascarillas que medusas"
El mal reciclaje de estos residuos médicos puede convertirse en una nueva fuente de contaminación para estos paisajes naturales
Las mascarillas y los guantes ya forman parte de nuestro día a día. El incremento en la producción y consumo de estos materiales está afectando a nuestros mares. El grupo ecologista francés Operation Mer Propre Sea (Operación Mar Limpio) ha encontrado restos de estos elementos de protección en las costas cercanas al centro turístico de la rivera francesa de Antibes.
El riesgo ambiental de estos elementos se suma a la problemática contaminación de los plásticos en el fondo marino. Tras varios meses confinados, el coronavirus [contexto id=»460724″] comienza a pasarle factura al medioambiente, contemplando como un mal reciclaje de estos residuos médicos puede convertirse en una nueva fuente de contaminación en estos paisajes naturales.
El fundador de la asociación, Laurent Lombard, ha destacado en sus redes sociales que, sabiendo que se han comprado más de 2.000 millones de mascarillas, «pronto habrá más mascarillas que medusas en las aguas del Mediterráneo». Por ello, insiste en que es una responsabilidad social evitar «esta nueva contaminación».
Un paso atrás en la reducción del plástico en el mar
Los ecologistas recuerdan que, «más que nunca y aún más en una situación de salud pública crítica, el civismo es la única forma de combatir esta contaminación inaceptable» e invitan a unirse a iniciativas medioambientales para paliar «rápida y firmemente» esta nueva contaminación. Recuerdan, además, que estas actitudes «destruyen el medio ambiente y nuestra salud a largo plazo».
Lombard ha recordado que durante varios años parte de la población ha estado luchando contra la degradación del medio ambiente en el fondo marino y este momento es una oportunidad para unirse de nuevo y resolver la problemática. El impacto de guantes y mascarillas desechables en el hábitat natural es dañino, pues estos productos sanitarios están elaborados con materiales que tardan en degradarse desde varios meses hasta años. La llamada a la sociedad es que, cuando las playas vuelvan a abrirse para el uso del baño, se tenga conciencia sobre el cuidado de este ecosistema.